El lustro que tumbó el sistema capitalista
Luis del Amo |
Un día como hoy de hace cinco años comenzaban las primeras señales de
alarma de lo que sería la peor crisis económica y financiera mundial
desde la Gran Depresión. La burbuja explotó en EEUU y salpicó a Europa.
Los primeros ven ya la luz al final del túnel, los segundos no.
El 9 de agosto de 2007 el mundo descubría que
al otro lado del Atlántico se concedían préstamos para la vivienda a
gente que no tenían posibilidades de pagarlas. Eran las llamadas hipotecas basura o 'subprime'.
Un año después, caía la primera víctima. Lehman Brothers, otrora uno de los bancos más reputados, se desmoronaba por aquel producto de riesgo y con él, como fichas de dominó, cayeron otros gigantes financieros víctimas de un sistema basado en la pura y dura especulación. La bola fue tan grande que ya no hubo nadie capaz de frenarla.
Ese mismo año la tormenta llegó con fuerza a Europa, en general, y a
España, en particular, y amenaza ahora con la desaparición del euro. Fue
tal la virulencia que un año después, la mayoría de países europeos
entraba en recesión, con caídas del PIB de hasta el 4,2% en el caso de nuestro país.
Grecia, Irlanda y Portugal acabaron rescatadas por Europa. Ahora, la sombra de la intervención se cierne sobre dos gigantes, Italia y España.
El ficticio modelo económico español, construido de
ladrillos, sigue causando estragos. Bancos nacionalizados, forzados a
unirse, forzados a sanearse hasta extremos insospechados. Ciudadanos
embargados, ciudadanos en paro (casi 5,7 millones de desempleados que
suponen más del 24% de la población activa, según la última EPA), sin opciones porque no fluye el crédito. La fuerte contracción económica se superó hace dos años, pero España ha vuelto a caer éste en la recesión.
El tantas veces negado rescate de nuestro país es ahora más real que
nunca, aunque en versión más 'light' a los ya aplicados. No parece que
hayan sido suficientes los 100.000 millones
que la Europa del euro va a inyectar a la maltrecha banca española para
aplacar a los mercados. A la espera de que llegue este dinero, la
tensión sobre la prima de riesgo española no desaparece por las dudas
que genera la capacidad de España para salir del agujero por sí misma.
Esto coloca al país en la necesidad de pedir más ayuda para financiarse a
unos costes inferiores a lo que actualmente exigen los inversores
privados (7% de interés en el caso de la deuda a largo plazo).
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se resiste a ello porque
sabe que habrá nuevas exigencias económicas que se traducirán en más
ajustes. La amenaza de despidos masivos entre los empleados públicos
está latente, después de subir otra vez los impuestos, bajar aún más los
sueldos y aprobar un nuevo recorte de gastos por 65.000 millones, que no será el último.
"Más del 60% del último ajuste viene vía ingresos y no gastos. Con
esto no funciona el Estado y no vamos a ser competitivos. Esta es la
alternativa al rescate, hacer las cosas bien desde ya, recortar y
ajustar el Estado a la capacidad de nuestro país", afirma la estratega
de mercados de IG Markets, Soledad Pellón.
¿Cómo será el año que viene? Peor. Los informes más agoreros auguran que hasta 2014 España no saldrá de esta. Veremos.
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