POR CRÉDITOS FISCALES DE DUDOSA RECUPERACIÓN
El presidente de Novagalicia Banco
José María Castellano (Efe)
|
Agustín Marco
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23/05/2012
(11:15h)
Deloitte se ha curado en salud con la mayoría de
los bancos auxiliados por el Estado y sobre los que tiene la labor de
auditoría. La firma, que ya advirtió sobre la situación extraordinaria en Bankia y Catalunya Banc en relación a créditos fiscales de dudosa recuperación, ha hecho lo mismo con una salvedad a las cuentas anuales de Novagalicia por importe de 1.911 millones.
Como en los casos del banco presidido ahora por José Ignacio Goirigolzarri y por la entidad resultante de la fusión de CatalunyaCaixa, Tarragona y Manresa,
Deloitte pone en duda que el banco gallego sea capaz de generar los
beneficios suficientes para recuperar los activos fiscales diferidos
(créditos fiscales). El auditor sostiene que “no dispone de información
suficientes para concluir” que la cuenta de resultados podrá compensar
un pasivo que Novagalicia se apunta en su balance de antemano.
En
concreto, Deloitte apunta que el reequilibrio de estos 1.911 millones
dependerán del proceso de privatización que está llevando a cabo el
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dueño del 90% del
grupo gallego tras la nacionalización ejecutada en septiembre de 2011.
En aquel momento, el Estado le inyectó 2.400 millones de euros a
Novagalicia para apuntalar su solvencia ante la imposibilidad de captar
recursos propios en solitario.
El auditor expone que, para corregir este agujero contable, los administradores de la entidad resultante de la fusión entre Caixanova y Caixagalicia
han propuesto al Banco de España dos alternativas. La primera es
proceder a una operación corporativa para dar entrada a inversores
privados, los cuales recomprarían la participación del FROB. Para ello, José María Castellano, su presidente, reclama un Esquema de Protección de Activos (EPA),
así como garantías y avales. Una estructuración de privatización que,
de momento, no ha sido bien vista por el Ministerio de Economía pese a
haber sido aprobada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En la primera ronda de captación de inversores solo levantó 70 millones.
La
segunda opción es facilitar la entrada de inversores particulares
mediante la emisión de obligaciones obligatoriamente convertibles en
acciones ordinaria de NCG Banco por el 20% del capital. De esa manera,
los requerimientos mínimos de capital bajarían del 10% al 8%, ya que se
trataría de una salida a bolsa encubierta. Esta vía ha sido rechazada
por el organismo supervisor.
Activos sobrevalorados
Este no es el único problema de Novagalicia. La entidad ha reconocido en su memoria que en el momento de la fusión los activos se sobrevaloraron en 1.025 millones
respecto al balance de 73.149 millones presentado en diciembre de 2010.
Castellano ha revisado los activos para adaptarlos al valor real
actual, en especial con créditos inmobiliarios por 961 millones de euros
de dudoso cobro. De ese examen también da como resultado un aumento de
los créditos fiscales de 461 millones, de cuya recuperación duda ahora
Deloitte.
Además, Novagalicia ha sido una de las entidades que
peor parada ha salido de la aprobación de los nuevos requisitos sobre
provisiones inmobiliarias. El real decreto de febrero le obliga a dotar 2.396 millones adicionales,
1.513 millones para cobertura de préstamos dudosos y 883 de nuevo
buffer de capital. El que aprobó Luis de Guindos el pasado 11 de mayo le
requiere otros 1.100 millones. A estas cifras hay que sumar los 2.931
millones de saneamientos realizados durante la fusión.
Fuente: El Confidencial
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