SOCIEDAD
François Cluzet y Omar Sy protagonizan la comedia francesa que ha llevado a 19 millones de espectadores a las salas del país galo
François Cluzet y Omar Sy protagonizan la comedia francesa que ha llevado a 19 millones de espectadores a las salas del país galo
04.03.12 - 00:27 -DANIEL ROLDÁN | MADRID.
El pequeño François Cluzet siempre había soñado con ser actor. Quería ser famoso, aunque con los años, y tras verse metido en ese mundo de la fanfarria, ha ido perdiendo las ganas de notoriedad. Curtido en decenas películas francesas de las últimas décadas, este parisino de 56 años ha visto cómo su última película está batiendo todos los récords. Más de 19,5 millones de franceses han visto 'Intocable', una comedia agridulce sobre la amistad entre dos hombres que no pueden ser más diferentes y que llega a España el próximo viernes después de clausurar el pasado Festival de San Sebastián.
Cluzet encontró la motivación necesaria para romper con sus sueños de niño. «Buscó todo lo que puede alejarme del ego», indica en esa necesidad imperiosa de no ser famoso, ni siquiera un modelo. «Quiero envejecer olvidándome a mi mismo», insiste de forma constante. Por eso aceptó el papel que le ofrecieron Eric Toledano y Olivier Nakache, los dos directores de 'Intocable'. Porque era el de un millonario, con una gran casa en París, que se queda tetrapléjico en un accidente y que decide contratar a un chaval de las barriadas de la capital francesa (interpretado por Omar Sy, un actor y cómico desconocido en España) para que le ayude. «Uno puede ser tetrapléjico, pero Phillippe es un ser humano. Driss (Sy) no tenía piedad ni compasión conmigo y ahí puede estar la clave de la película», señala Cluzet.
Los dos personajes, «con sus imperfecciones y sus virtudes», se van relacionando durante toda la película, mostrando al espectador cómo cada uno ve al otro bajo prismas diferentes. «Para Driss, Phillippe es una persona rica que no tiene nada de que quejarse, aunque no pueda andar o correr. Él sí puede andar correr, pero después de eso no tiene nada. Piensa que no tiene nada de que lamentarse», razona el actor francés.
Esas diferencias son la base de la película que ha enganchado a millones de franceses y que se extiende por Europa. Los resultados en Alemania, Italia o Suiza son también muy buenos. «Su historia de amistad reside en que uno aporta algo que el otro no tenía. Los medios, la cultura, el gusto, la curiosidad por el arte moderno, educar la mirada para ver lo bonito en vez de lo feo... Suelen ser mucho más fácil para los ricos que Driss descubre», explica.
Con facilidad
Cluzet, que ha llevado un ritmo frenético de trabajo con nueve películas en tres años, entre ellas 'Pequeñas mentiras sin importancia', asegura que no le costó mucho no mover ni un músculo del cuello para abajo durante el rodaje. «Hay que trabajar antes del rodaje. Ahí es cuando se pueden plantear las dudas sobre el sentido y el contrasentido de lo planteado en el papel. Y también se establece un método de trabajo para que todos los miembros del equipo estén seguros. El cine es un deporte colectivo. Si uno quiere ser individualista no se tiene que dedicar a esta profesión. A lo mejor sales ganando en una película pero en la vida saldrás perdiendo», apunta el actor. Esa comunicación fluida no se vio afectada porque el mando de la nave estuviera en cuatro manos. «Los dos directores tienen tanta costumbre de trabajar juntos que es como si fueran uno solo. Es como un monstruo bicéfalo», señala con la única mueca que se permite en toda la conversación. «Creo que los actores cuando están en confianza con sus directores pueden estar mejor», añade.
Otra de las sorpresas es su compañero de aventuras. Cluzet no había coincidido con Sy, un actor que se ha curtido más en la televisión del país vecino y en películas que en su mayoría no han llegado a las pantallas españolas. El parisino, por su parte, se mostró encantado de haber descubierto a su compañero: «Creo que lo que más me ha sorprendido es su ambición. Tenía la misma que yo a su edad. Porque si no lo das todo nunca lo consigues. 'El talento son las ganas', dice Jacques Briel. Y lo que más me sorprendió de Omar fueron sus ganas».
Por su parte, Toledano y Nakache, confesos espectadores de 'Mar adentro' de Alejandro Amenábar, empezaron a preparar el proyecto cuando vieron un documental que narra la vida de Philippe Pozzo di Borgo, el millonario al que da vida Cluzet. Decidieron hacer una película sobre él y se trasladaron a Marruecos, a la localidad de Esauira, para preguntarle si le importaba que ellos escribieran un guion y filmaran una cinta sobre su vida. «Después de hablar durante un buen rato, solo nos puso una condición: que lo hiciéramos en tono de comedia», confiesa Nakache. Los dos directores insisten en que se han ajustado lo máximo posible a la realidad. «A Philippe le gustaba franquear todas las fronteras. Incluso volvió a hacer parapente en el mismo sitio donde se quedó tetrapléjico», explica Toledano, que no esconde que se han quedado sorprendidos por la gran acogida. Incluso Omar Sy le arrebató al oscarizado Jean Dujardin el Cesar a mejor actor que concede la Academia de Cine francesa.
Fuente: HOY.es
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