Para el sector inmobiliario se trata de un público objetivo clave porque no hay que perder de vista que, según datos de INE, en España residen más de 166.000 ciudadanos de origen chino, la mayoría procedentes de la provincia de Zhejiang, al sur del gigante asiático. Sólo en la Comunidad de Madrid hay casi 47.000 empadronados, el 4,37% de la población extranjera.
Los chinos fabrican, exportan, importan, venden y ahora “arrasan” también en el mercado inmobiliario. El secreto para montar sus negocios se centra en los ahorros conseguidos tras años de duro trabajo y horarios maratonianos para un español; pero también gracias a los férreos lazos familiares.
Lo que está claro es que la comunidad china está adquiriendo locales allí donde el español los cierra, o compra los pisos que una familia de clase media están ansiosa por vender desde hace años. Pero entre los chinos también hay “clases”, y en lo que se refiere a los expatriados, son sus empresas los que compran o alquilan grandes viviendas o chalets. Eso sí, estas viviendas están ubicadas con frecuencia en el barrio de Salamanca y hasta en zonas de élite en el noreste de la capital de España.
Fuente: SIMA
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