SAREB
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Su estructura será mínima
- El plan de negocio de la Sareb no contempla crear una red de oficinas
La Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria
(Sareb) cuenta ya con una plantilla de 70 empleados. De ellos, el 63%
pertenece al área de activos financieros e inmobiliarios y a la asesoría
jurídica que les presta soporte permanente de sus operaciones.
Desde que se conoció la intención del Gobierno de crear el 'banco malo' son muchos los profesionales, en su mayoría agentes inmobiliarios, que se habían creado expectativas para tratar de conseguir un trabajo en la entidad.
Pero el plan de negocio de la Sareb, recién
presentado, no contempla entre sus acciones –al menos a medio plazo-
crear una red propia de oficinas, sino utilizar su plataforma comercial,
compuesta por empleados de la banca, para competir con el resto de los
agentes del sector. "Buscamos una estructura ágil y eficiente que nos
ayude a cumplir nuestros objetivos de desinversión", explica la entidad.
Estructura mínima
Un plan, que en palabras de Jorge Zanoletty, presidente de la
Asociación Profesional de Gestión de Adjudicados (Apga), "tiene cierta
lógica, al menos en su fase inicial". "Se trata de no perder inercia con
respecto a la comercialización que estaban realizando las entidades,
previa al traspaso de los activos", añade la asociación, que hace unos
meses creó un Observatorio de la Sareb.
Partiendo de ello, la estructura de la Sareb será mínima, "ya que basarán su actividad en externalizar
los servicios con el personal de las propias entidades que forman parte
del accionariado de la Sareb y las que le han transferido los activos",
opina el experto Rafael Hormigos.
De la misma opinión es el analista inmobiliario José Luis Ruiz
Bartolomé, que además aporta tres sólidos argumentos por los que la
Sareb no "rescata" a los cientos de miles de profesionales del sector
inmobiliario que están en paro: "En primer lugar, los empleados de la banca estaban ya gestionando esos activos
en sus respectivas entidades; además, al ser los accionistas de la
Sareb los propios bancos, éstos ejercen un mayor control colocando en el
'banco malo' a antiguos empleados; y finalmente, porque, al estar los
activos en gestión de las entidades, sus ex empleados conocen bien cómo
funcionan las cosas por dentro".
Por lo tanto, "aquellos profesionales que atesoren experiencia
gestionando este tipo de activos en cajas, bancos y sociedades
vinculadas a éstos son los que tienen más posibilidades de ser
contratados", dice Ruiz Bartolomé. En definitiva, "la Sareb no deja de
ser un cementerio de activos de los bancos controlados por los bancos",
apostilla.
La Asociación de Gestores Inmobiliarios (Aegi) y el Consejo de
Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapis) se muestran
contrariados con esta decisión de la Sareb. "Además de por la falta de
actividad que sufre el sector, no tiene mucho sentido que sean
únicamente los propios empleados de la banca quienes se encarguen de
gestionar los activos inmobiliarios, ya que si se pretende que sea el
propio 'banco malo' el que realice la actividad de desinversión, está
claro que no encaja muy bien que la transacción la vuelva a llevar el
propio banco que entregó el inmueble por su necesidad de saneamiento",
expone Jaime Cabrero, presidente de los API.
Desde el Consejo reconocen haberse puesto a disposición de la Sareb
para que tenga en cuenta la red que ofrecen los 6.000 Apis colegiados
que hay en todo el territorio del Estado. "Además, los API existen en
toda la UE y podemos ser un canal receptor de inversores procedentes de
otros países", manifiesta Cabrero.
Los agentes inmobiliarios también tienen mucho que decir. Aunque
desde la Asociación de Gestores Inmobiliarios (Aegi), que cuenta con 800
oficinas repartidas por toda España, están deseando tener una
interlocución directa con la Sareb, ésta todavía no ha llegado.
"Teniendo en cuenta que una parte importante de los activos transferidos
corresponden a suelos, el perfil del empleado tendría que ser el de un
agente inmobiliario especializado", argumenta Rafael Rodríguez Tovar,
presidente de la Aegi.
Para Rodríguez Tovar, "es fundamental que el personal que venda los
activos pertenezca a una asociación o colegio profesional", además de
disponer de un seguro de responsabilidad civil y seguir un Código
Deontológico.
76.000 viviendas vacías
Ante el tamaño de la misión de la Sareb, que ya cuenta con un volumen
de activos inmobiliarios superior a 107.000 (76.000 viviendas vacías,
6.300 alquiladas y 14.900 suelos), "es lógico que busque que no se le
pare la máquina mientras selecciona a los intermediarios más adecuados",
opina Zanoletty, presidente de la Apga.
No obstante, desconoce si pretende o no hacerlo, "pero nos inclinamos
a pensar que sí lo hará, que la solución de utilizar a las propias
entidades cedentes es temporal. Sabemos que está hablando con empresas
de intermediación y que éstas están encontrando una recepción positiva",
reconoce.
Según la Apga, "el problema es la atomización del sector de intermediación
inmobiliaria, constituido en buena parte por agentes individuales que
cubren pequeñas zonas". Una estructura, que a su entender, es adecuada
en cuanto a conocimiento de su territorio y de los clientes que buscan
en ella, "pero no así para mantener un diálogo como una entidad como la
Sareb, que en el corto plazo busca soluciones de distribución
mayorista".
Agentes vs bancarios
No obstante, "estamos convencidos de que los agentes inmobiliarios
profesionales pueden hacer un mejor trabajo que las entidades
financieras", asevera Zanoletty. Y es que, "muchas de las ventas por
parte de los bancos en los últimos años se han apoyado en políticas
agresivas de reducción de precio y/o financiación generosa". Como dice
el presidente de la Apga, "a la herencia que ha recibido la Sareb se le
acabarán en algún momento los mejores bocados y "va a tocar roer el
hueso".
Y añade: "Creemos que en las 45.000 viviendas que
Sareb pretender vender en los próximos cinco años va a haber bastante
hueso. Y seguro que eso lo hace mejor un vendedor inmobiliario, un
agente, que un empleado de una entidad bancaria".
"No olvidemos", concluye Zanoletty, "que los buenos agentes venden; las entidades se dejan comprar". Y a la Sareb le van a hacer falta vendedores, no gente que se deje comprar.
Fuente: EL MUNDO.es