Daniel Méndez
Este economista, antiguo asesor del
Club de Roma, quiere revolucionar la economía. Y el planeta. Más de
3.000 científicos trabajan con él en red buscando soluciones
imaginativas a la crisis.Su consigna: ver los desperdicios como un
recurso e inspirarse en la naturaleza. Gunter Pauli lo llama la
'economía azul' y está a punto de venir a España.
¡Señoras, señores: nos estamos equivocando! Este es el mensaje que transmite Gunter Pauli,
un emprendedor belga, cosecha del 56, que busca salidas a la crisis de
forma innovadora y con los recursos que nos ofrece la naturaleza, como
las algas o los desechos. Son solo algunos de los ejemplos de lo que
propone.
El lo llama economía azul y lo defiende acompañado de un gran objetivo: crear cien millones de puestos de trabajo, a través de otros tantos proyectos innovadores, en un plazo de diez años. Pauli no está solo. Más 3.000 científicos creativos trabajan con él en red para buscar soluciones para los retos del mundo (la Fundación Zeri). La visión común de todos ellos es ver el desperdicio como un recurso y buscar soluciones usando la naturaleza como inspiración. En abril estará en Madrid participando en el octavo Congreso Mundial sobre Cero Emisiones.
XLSemanal. ¿Deberíamos empezar hablando de las cebras, quizá?
Gunter Pauli. Son la maravilla del aire acondicionado, las grandes expertas en el control de la temperatura. Además, al hacerlo mantienen a raya a los mosquitos: generan una corriente de aire sobre su piel que impide que se posen. ¡Nosotros lo hacemos con químicos! ¡E invertimos mucha energía para generar aire fresco! La cebra lo logra sin nada. Es fascinante.
XL. ¿Tenemos mucho que aprender de la naturaleza?
G.P. Casi todos los desafíos que tiene el ser humano ya han sido resueltos antes por un animal, una planta, por hongos... ¡Somos el Homo non sapiens! No reparamos en la maravilla que nos rodea. ¡Despertemos!
XL. ¿Estamos en ello?
G.P. Todavía no. La crisis tiene que pegar un poco más duro para que salgamos de la caja negra.
XL. ¿La caja negra?
G.P. Sí, es ese espacio donde nos hemos encerrado, donde la temperatura es constante y la gratificación, instantánea. ¡Y no queremos salir! Lamentablemente, el ser humano no cambia hasta que no llega una crisis.
XL. Hábleme de su empresa de productos ecológicos Ecover. Todo iba bien, pero un día...
G.P. Yo monté una fábrica de productos de limpieza ecológicos. Pero cuando visité la planta de producción en Indonesia, me di cuenta de que dependía de la palma africana y de que su siembra estaba arrasando el bosque tropical. ¿Un héroe ecológico hundiendo el hábitat del orangután? Aquí es cuando tienes que decir, ¡me estoy equivocando! ¡Nos estamos equivocando! No necesitamos productos biodegradables, sino sostenibles. Esto fue hace 20 años.
XL. ¿Las trampas de la etiqueta ecológica?
G.P. No hay que dividir el mundo entre lo bueno y lo malo. Aceptemos siempre que podemos hacerlo mejor. Y para ello tenemos que analizar menos los problemas y centrarnos más en nuestras posibilidades. ¡Dejemos de lado el pasado y hagamos inventario de las oportunidades!
XL. ¿Por ejemplo?
G.P. El café. En vez de desperdiciar el sobrante que se produce al elaborar café soluble y descafeinado, aprovechémoslo. ¡Usémoslo para cultivar hongos!
XL. Y llegamos a la economía azul. ¿Por qué azul y no verde?
G.P. Porque en la economía verde le pedimos al consumidor que pague más para salvar al mundo, al accionista que gane menos también para salvar al mundo. Hoy, eso es impensable...
XL. ¿Y la economía azul?
G.P. No se opone a la economía verde, no son contrarios. Pero si hay un 50 por ciento de la juventud sin empleo tienes que dar saltos más grandes. El ejemplo del café duplica las ganancias.
XL. Pero no se aplica...
G.P. Hay que salir de la lógica del Harvard Business vigente desde los años 50, que nos impone enfocarnos en una sola cosa. ¡Hagamos papel a partir de la piedra! Podemos.
XL. ¿Y por qué no lo hacemos?
G.P. Hay un dicho: después de mí, el diluvio. Es decir, voy a asegurar mi bonus y mi sueldo ocho años más, después ya se verá. Muchas empresas están ganando mucho dinero y se defienden para no perder flujo de caja.
XL. ¿Qué podemos hacer?
G.P. Tomar grandes decisiones. Yo admiro mucho en eso a los chinos. El último congreso del partido debería interesar a empresas como Zara.
XL. ¿Por qué?
G.P. Decidieron que dentro de 10 años no cultivarán más algodón. ¡Y producen el 32 por ciento del mundo! Es un terreno fértil que han decidido dedicar a cultivar alimento. ¡Me parece una buena decisión cuando tienes más de mil millones de habitantes!
XL. ¿Nos quedaremos sin algodón?
G.P. ¡No nos hará falta! Era una idea estupenda en el siglo XVII, pero ¡por favor! consume el 25 por ciento del agua potable del planeta. ¡Porqué vestirnos con algo que no es sostenible! Busquemos alternativas.
XL. ¿Por ejemplo?
G.P. Las algas. Las algas de color café que generan un alginato que es ideal para textil. El mundo necesita personas que con esta visión macro.
XL. Digamos que soy un joven de 30 años, en paro. ¿Cómo me puede ser útil esto para salir de mi situación?
G.P. Lo primero, piensa en nosotros: yo solo no lograré salir, pero juntos sí. Y hay que huír de la especialización: que los sociólogos dejen de andar solo con sociólogos, los empresarios solo con empresarios. Además, hay que trabajar con lo que ya tenemos.
XL. Le pido de nuevo un ejemplo.
G.P. La isla de El Hierro. Hace unos años decidió ser autosuficiente en agua y energía. La solución anterior era importar petróleo. La actual, usar lo que tiene, el viento.
XL. De hecho usted habla de la importancia del político local.
G.P. ¡Exacto! Yo tengo fotos con un centenar de jefes de estado. Y lo único que recuerdo de esos encuentros es la foto. Pero el político local puede transformar su comunidad. El origen de la democracia es el ciudadano. Es muy importante volver a la raíz de la democracia: la ciudad.
XL. ¿Habría que volver a la polis, a la ciudad-estado?
G.P. Por qué no. Yo creo que la crisis en Europa tiene que ver con que hemos desconectado del ciudadano. ¡Recuperemos la solución local!
XL. ¿Es en este sentido en el que usted habla del fin de la globalización?
G.P. La globalización era una respuesta a la Segunda Guerra Mundial. Buscaban soluciones en la alianza entre Estados Unidos y Europa. Tengamos libre comercio entre naciones para que bajen los precios, pensaban. Pero, ¿qué hemos hecho?: producir más y más para que al final el producto tenga un precio marginal más bajo. ¿Resultado? Contaminamos mucho, transportamos demasiado... Además, producimos todo en China. Y así no llegaremos a la solución, sino a un 50 % de desempleo en la juventud. El nuevo enfoque es mejorar el poder de compra.
XL. ¿Subir los sueldos?
G.P. ¡No! Hacer más con el dinero disponible. Pensemos otra vez en El Hierro: los ocho millones de euros que antes se usaban para comprar petróleo ahora se quedan en la isla. Son 400 euros al año por persona. Significa más poder de compra que, si se gastan en la isla el que ganará será mi vecino.
XL. Usted es, sin embargo, un producto de la globalización: nació en Bélgica, vive entre Japón y Surafrica...
G.P. ¡Yo soy un nómada! En la naturaleza hay pájaros migratorios, déjame serlo.
XL. Además, publica sus hallazgos en Open Source, que también tiene que ver con compartir el conocimiento.
G.P. Es lo de antes: si el ser humano piensa en yo, querrá toda la propiedad intelectual para él. Si piensa en nosotros, lo hará en Open Source. El mundo gana. Si tienes un sistema que va a ayudar a la humanidad, ¿te lo vas a reservar para hacerte millonario?
XL. Muchos pensarían así...
G.P. Muchos, sí. Pero ellos no contribuirán a mejorar el mundo.
XL. Se ha marcado un reto difícil: cien millones de empleos, gracias a cien innovaciones en diez años. ¿Cree de verdad que es posible?
G.P. Imagina que fracasamos y conseguimos solo 50 millones de puestos de trabajo. ¡No está mal! Con la economía actual hay que eliminar empleo, no queda otra. Pero si reduces los costes añadiendo valor agregado pensemos en el ejemplo del café- estás generando puestos de trabajo.
XL. ¿Y cómo van?
G.P. Se han creado 2000 empresas desde que se lanzó mi libro, hace dos años. No es nada, pero solo estamos empezando.
XL. Dará una conferencia en Madrid titulada Cómo crear una empresa sin dinero ni experiencia. ¿Cómo?
G.P. Hay que arrancarla con lo que tengan y con entusiasmo, sin comprar tecnologías o productos. Yo prohíbo a los estudiantes que hagan un plan de negocio. ¡Matan la empresa!
Un hombre de recursos
Gunter Pauli nació en Bélgica en marzo de 1956, pero se define como un «ave migratoria». Estudió en Francia e Italia, habla siete idiomas, su mujer es colombiana y, cuando no está viajando, vive entre Japón y Sudáfrica. Habla un perfecto castellano salpicado de expresiones latinoamericanas como carro o plata. Política: no, gracias. Llegó a tener un cargo como sustituto independiente en el Parlamento Europeo.
«En 1988 fui un apasionado de la Unión Europea y me lancé a la política como independiente. Obtuve una excelente votación, pero después de unas semanas en el Parlamento Europeo me di cuenta de que aquello no era para mí. Me disculpé ante los miles de votantes y les dije: Voy a hacer grandes cosas con su confianza, pero como emprendedor. Y en ello estoy». Gunter Pauli está casado con Katherina Bach, con quien tiene cinco hijos; uno de ellos es adoptado.
Repensemos la economía. Estas ideas son negocio:
El futuro está en los posos del café
Cada año se consumen en todo el mundo 7,5 millones de toneladas de grano de café, pero apenas el 0,2 por ciento termina en nuestras tazas. El resto se convierte en basura. No la tiremos: puede ser útil para otro sector en auge, el de los hongos, que en 2008 generó un negocio mundial superior a los 17.000 millones de dólares. Sucede que la cafeína hace que su crecimiento sea más rápido reduciéndolo de nueve a tres meses y, al mismo tiempo, mantiene a las bacterias bajo control sin apenas coste energético. ¡Bingo! En la región colombiana de El Huila, más de cien productores se han aplicado ya el cuento.
El papel puede nacer de las piedras
¡Quién nos lo iba a decir!, pero las minas pueden salvar bosques. El propio Gunter Pauli se ha implicado en un proyecto que pretende aprovechar los residuos de la extracción de minerales miles de toneladas de piedra convertida en polvo para la fabricación de un papel compuesto en un 80 por ciento de piedra pulverizada y en un 20 por ciento de plásticos reciclados. En este proceso todos ganan. Los primeros, nosotros, que al relajar la presión sobre los bosques, gozaremos de un mejor medio ambiente. Y en segundo término, la industria minera, que sacará partido a millones de toneladas de material que hasta ahora eran solo desechos.
Para la salud no solo valen medicamentos
James Colthurst es un investigador británico que trabaja en un campo muy prometedor. Sus estudios tratan de cómo imitando los impulsos eléctricos que nuestro sistema nervioso emplea para transmitir la información por todo nuestro cuerpo, podemos tratar enfermedades como el asma, la parálisis facial periférica o la enfermedad de Crohn. A raíz de estas investigaciones, un grupo de científicos soviéticos le pidió ayuda para buscar una herramienta que cuidase la salud de sus astronautas en las excursiones al espacio. Aún queda para que su método se comercialice, pero su uso clínico sigue siendo investigado. Es el ejemplo de uno de los axiomas de la economía azul: usa lo que tienes a mano.
Adiós a las baterías de litio: llegan las de madera
Ordenadores, MP3, teléfonos móviles... ¿Qué tienen en común? Que todos ellos dependen del litio para sus baterías, un material limitado y altamente contaminante.. Pero Grzegorz Milczarek, un polaco aficionado a la química desde la escuela primaria ha encontrado un inesperado substituto: la madera. Su propuesta, publicada en la revista Science en marzo del año pasado, se basa en la fotosíntesis: durante este proceso, las plantas generan una buena dosis de lignina, un material altamente conductor de electricidad. La propuesta de Milczarek es aprovechar los residuos de la industria papelera para sustituir al litio. Sus investigaciones se han traducido ya en un prototipo de dos centímetros cuadrados.
El algodón no es ecológico. Vistamos con algas
El algodón tiene los días contados. China, que produce el 32 por ciento del que se consume en todo el mundo, ha decidido dedicar el terreno y el agua que empleaba en él, en la producción de comida. Y ya tiene sustituto: las algas. La misma China podría suministrar anualmente 1,9 millones de toneladas de alginatos, un material producido por las algas que permite crear tejidos más resistentes que los elaborados con algodón. Empresas como como la alemana Twosquaremeter ya los fabrican. Y ya son muchas las empresas, de China, Taiwan o el mar del Norte que utilizan un recurso tan abundante como son las algas para obtener alginatos que después venden a la industria textil.
¿Quiere escucharlo en directo?
El gurú de la economía azul, Gunter Pauli, estará en Madrid a finales de abril. Tiene dos oportunidades para verlo y escucharlo. Estas son:
Los próximos 24 y 25 de abril se celebra en Madrid el octavo Congreso Mundial Cero Emisiones, organizado por la Fundación ZERI. Bajo el lema «Cómo los modelos de negocio de la economía azul están cambiando la competitividad más allá de la globalización», se presentarán ejemplos concretos de negocios de todos los continentes, cubriendo tanto iniciativas multimillonarias a gran escala como pequeños programas fruto del emprendimiento individual.
Ante un foro internacional con más de trescientos asistentes se compartirá cómo este cambio en las reglas de mercado tradicionales está llevando a nuevas realidades macroeconómicas. Con anterioridad al congreso, Gunter Pauli impartirá de manera única un curso de dos días (22 y 23 de abril) sobre emprendimiento.
Bajo el título «Cómo crear una empresa sin dinero ni experiencia», Pauli presentará una nueva visión del emprendimiento que se aleja de los parámetros habituales, aplicando los principios de la economía azul para proponer modelos de negocio viables utilizando aquellos recursos locales que tenemos a nuestro alcance más inmediato.Si desea saber más sobre ambas iniciativas, puede encontrar toda la información en las webs: www.economiaazul.es y www.creaunaempresa sindinero.es.
El lo llama economía azul y lo defiende acompañado de un gran objetivo: crear cien millones de puestos de trabajo, a través de otros tantos proyectos innovadores, en un plazo de diez años. Pauli no está solo. Más 3.000 científicos creativos trabajan con él en red para buscar soluciones para los retos del mundo (la Fundación Zeri). La visión común de todos ellos es ver el desperdicio como un recurso y buscar soluciones usando la naturaleza como inspiración. En abril estará en Madrid participando en el octavo Congreso Mundial sobre Cero Emisiones.
XLSemanal. ¿Deberíamos empezar hablando de las cebras, quizá?
Gunter Pauli. Son la maravilla del aire acondicionado, las grandes expertas en el control de la temperatura. Además, al hacerlo mantienen a raya a los mosquitos: generan una corriente de aire sobre su piel que impide que se posen. ¡Nosotros lo hacemos con químicos! ¡E invertimos mucha energía para generar aire fresco! La cebra lo logra sin nada. Es fascinante.
XL. ¿Tenemos mucho que aprender de la naturaleza?
G.P. Casi todos los desafíos que tiene el ser humano ya han sido resueltos antes por un animal, una planta, por hongos... ¡Somos el Homo non sapiens! No reparamos en la maravilla que nos rodea. ¡Despertemos!
XL. ¿Estamos en ello?
G.P. Todavía no. La crisis tiene que pegar un poco más duro para que salgamos de la caja negra.
XL. ¿La caja negra?
G.P. Sí, es ese espacio donde nos hemos encerrado, donde la temperatura es constante y la gratificación, instantánea. ¡Y no queremos salir! Lamentablemente, el ser humano no cambia hasta que no llega una crisis.
XL. Hábleme de su empresa de productos ecológicos Ecover. Todo iba bien, pero un día...
G.P. Yo monté una fábrica de productos de limpieza ecológicos. Pero cuando visité la planta de producción en Indonesia, me di cuenta de que dependía de la palma africana y de que su siembra estaba arrasando el bosque tropical. ¿Un héroe ecológico hundiendo el hábitat del orangután? Aquí es cuando tienes que decir, ¡me estoy equivocando! ¡Nos estamos equivocando! No necesitamos productos biodegradables, sino sostenibles. Esto fue hace 20 años.
XL. ¿Las trampas de la etiqueta ecológica?
G.P. No hay que dividir el mundo entre lo bueno y lo malo. Aceptemos siempre que podemos hacerlo mejor. Y para ello tenemos que analizar menos los problemas y centrarnos más en nuestras posibilidades. ¡Dejemos de lado el pasado y hagamos inventario de las oportunidades!
XL. ¿Por ejemplo?
G.P. El café. En vez de desperdiciar el sobrante que se produce al elaborar café soluble y descafeinado, aprovechémoslo. ¡Usémoslo para cultivar hongos!
XL. Y llegamos a la economía azul. ¿Por qué azul y no verde?
G.P. Porque en la economía verde le pedimos al consumidor que pague más para salvar al mundo, al accionista que gane menos también para salvar al mundo. Hoy, eso es impensable...
XL. ¿Y la economía azul?
G.P. No se opone a la economía verde, no son contrarios. Pero si hay un 50 por ciento de la juventud sin empleo tienes que dar saltos más grandes. El ejemplo del café duplica las ganancias.
XL. Pero no se aplica...
G.P. Hay que salir de la lógica del Harvard Business vigente desde los años 50, que nos impone enfocarnos en una sola cosa. ¡Hagamos papel a partir de la piedra! Podemos.
XL. ¿Y por qué no lo hacemos?
G.P. Hay un dicho: después de mí, el diluvio. Es decir, voy a asegurar mi bonus y mi sueldo ocho años más, después ya se verá. Muchas empresas están ganando mucho dinero y se defienden para no perder flujo de caja.
XL. ¿Qué podemos hacer?
G.P. Tomar grandes decisiones. Yo admiro mucho en eso a los chinos. El último congreso del partido debería interesar a empresas como Zara.
XL. ¿Por qué?
G.P. Decidieron que dentro de 10 años no cultivarán más algodón. ¡Y producen el 32 por ciento del mundo! Es un terreno fértil que han decidido dedicar a cultivar alimento. ¡Me parece una buena decisión cuando tienes más de mil millones de habitantes!
XL. ¿Nos quedaremos sin algodón?
G.P. ¡No nos hará falta! Era una idea estupenda en el siglo XVII, pero ¡por favor! consume el 25 por ciento del agua potable del planeta. ¡Porqué vestirnos con algo que no es sostenible! Busquemos alternativas.
XL. ¿Por ejemplo?
G.P. Las algas. Las algas de color café que generan un alginato que es ideal para textil. El mundo necesita personas que con esta visión macro.
XL. Digamos que soy un joven de 30 años, en paro. ¿Cómo me puede ser útil esto para salir de mi situación?
G.P. Lo primero, piensa en nosotros: yo solo no lograré salir, pero juntos sí. Y hay que huír de la especialización: que los sociólogos dejen de andar solo con sociólogos, los empresarios solo con empresarios. Además, hay que trabajar con lo que ya tenemos.
XL. Le pido de nuevo un ejemplo.
G.P. La isla de El Hierro. Hace unos años decidió ser autosuficiente en agua y energía. La solución anterior era importar petróleo. La actual, usar lo que tiene, el viento.
XL. De hecho usted habla de la importancia del político local.
G.P. ¡Exacto! Yo tengo fotos con un centenar de jefes de estado. Y lo único que recuerdo de esos encuentros es la foto. Pero el político local puede transformar su comunidad. El origen de la democracia es el ciudadano. Es muy importante volver a la raíz de la democracia: la ciudad.
XL. ¿Habría que volver a la polis, a la ciudad-estado?
G.P. Por qué no. Yo creo que la crisis en Europa tiene que ver con que hemos desconectado del ciudadano. ¡Recuperemos la solución local!
XL. ¿Es en este sentido en el que usted habla del fin de la globalización?
G.P. La globalización era una respuesta a la Segunda Guerra Mundial. Buscaban soluciones en la alianza entre Estados Unidos y Europa. Tengamos libre comercio entre naciones para que bajen los precios, pensaban. Pero, ¿qué hemos hecho?: producir más y más para que al final el producto tenga un precio marginal más bajo. ¿Resultado? Contaminamos mucho, transportamos demasiado... Además, producimos todo en China. Y así no llegaremos a la solución, sino a un 50 % de desempleo en la juventud. El nuevo enfoque es mejorar el poder de compra.
XL. ¿Subir los sueldos?
G.P. ¡No! Hacer más con el dinero disponible. Pensemos otra vez en El Hierro: los ocho millones de euros que antes se usaban para comprar petróleo ahora se quedan en la isla. Son 400 euros al año por persona. Significa más poder de compra que, si se gastan en la isla el que ganará será mi vecino.
XL. Usted es, sin embargo, un producto de la globalización: nació en Bélgica, vive entre Japón y Surafrica...
G.P. ¡Yo soy un nómada! En la naturaleza hay pájaros migratorios, déjame serlo.
XL. Además, publica sus hallazgos en Open Source, que también tiene que ver con compartir el conocimiento.
G.P. Es lo de antes: si el ser humano piensa en yo, querrá toda la propiedad intelectual para él. Si piensa en nosotros, lo hará en Open Source. El mundo gana. Si tienes un sistema que va a ayudar a la humanidad, ¿te lo vas a reservar para hacerte millonario?
XL. Muchos pensarían así...
G.P. Muchos, sí. Pero ellos no contribuirán a mejorar el mundo.
XL. Se ha marcado un reto difícil: cien millones de empleos, gracias a cien innovaciones en diez años. ¿Cree de verdad que es posible?
G.P. Imagina que fracasamos y conseguimos solo 50 millones de puestos de trabajo. ¡No está mal! Con la economía actual hay que eliminar empleo, no queda otra. Pero si reduces los costes añadiendo valor agregado pensemos en el ejemplo del café- estás generando puestos de trabajo.
XL. ¿Y cómo van?
G.P. Se han creado 2000 empresas desde que se lanzó mi libro, hace dos años. No es nada, pero solo estamos empezando.
XL. Dará una conferencia en Madrid titulada Cómo crear una empresa sin dinero ni experiencia. ¿Cómo?
G.P. Hay que arrancarla con lo que tengan y con entusiasmo, sin comprar tecnologías o productos. Yo prohíbo a los estudiantes que hagan un plan de negocio. ¡Matan la empresa!
Un hombre de recursos
Gunter Pauli nació en Bélgica en marzo de 1956, pero se define como un «ave migratoria». Estudió en Francia e Italia, habla siete idiomas, su mujer es colombiana y, cuando no está viajando, vive entre Japón y Sudáfrica. Habla un perfecto castellano salpicado de expresiones latinoamericanas como carro o plata. Política: no, gracias. Llegó a tener un cargo como sustituto independiente en el Parlamento Europeo.
«En 1988 fui un apasionado de la Unión Europea y me lancé a la política como independiente. Obtuve una excelente votación, pero después de unas semanas en el Parlamento Europeo me di cuenta de que aquello no era para mí. Me disculpé ante los miles de votantes y les dije: Voy a hacer grandes cosas con su confianza, pero como emprendedor. Y en ello estoy». Gunter Pauli está casado con Katherina Bach, con quien tiene cinco hijos; uno de ellos es adoptado.
Repensemos la economía. Estas ideas son negocio:
El futuro está en los posos del café
Cada año se consumen en todo el mundo 7,5 millones de toneladas de grano de café, pero apenas el 0,2 por ciento termina en nuestras tazas. El resto se convierte en basura. No la tiremos: puede ser útil para otro sector en auge, el de los hongos, que en 2008 generó un negocio mundial superior a los 17.000 millones de dólares. Sucede que la cafeína hace que su crecimiento sea más rápido reduciéndolo de nueve a tres meses y, al mismo tiempo, mantiene a las bacterias bajo control sin apenas coste energético. ¡Bingo! En la región colombiana de El Huila, más de cien productores se han aplicado ya el cuento.
El papel puede nacer de las piedras
¡Quién nos lo iba a decir!, pero las minas pueden salvar bosques. El propio Gunter Pauli se ha implicado en un proyecto que pretende aprovechar los residuos de la extracción de minerales miles de toneladas de piedra convertida en polvo para la fabricación de un papel compuesto en un 80 por ciento de piedra pulverizada y en un 20 por ciento de plásticos reciclados. En este proceso todos ganan. Los primeros, nosotros, que al relajar la presión sobre los bosques, gozaremos de un mejor medio ambiente. Y en segundo término, la industria minera, que sacará partido a millones de toneladas de material que hasta ahora eran solo desechos.
Para la salud no solo valen medicamentos
James Colthurst es un investigador británico que trabaja en un campo muy prometedor. Sus estudios tratan de cómo imitando los impulsos eléctricos que nuestro sistema nervioso emplea para transmitir la información por todo nuestro cuerpo, podemos tratar enfermedades como el asma, la parálisis facial periférica o la enfermedad de Crohn. A raíz de estas investigaciones, un grupo de científicos soviéticos le pidió ayuda para buscar una herramienta que cuidase la salud de sus astronautas en las excursiones al espacio. Aún queda para que su método se comercialice, pero su uso clínico sigue siendo investigado. Es el ejemplo de uno de los axiomas de la economía azul: usa lo que tienes a mano.
Adiós a las baterías de litio: llegan las de madera
Ordenadores, MP3, teléfonos móviles... ¿Qué tienen en común? Que todos ellos dependen del litio para sus baterías, un material limitado y altamente contaminante.. Pero Grzegorz Milczarek, un polaco aficionado a la química desde la escuela primaria ha encontrado un inesperado substituto: la madera. Su propuesta, publicada en la revista Science en marzo del año pasado, se basa en la fotosíntesis: durante este proceso, las plantas generan una buena dosis de lignina, un material altamente conductor de electricidad. La propuesta de Milczarek es aprovechar los residuos de la industria papelera para sustituir al litio. Sus investigaciones se han traducido ya en un prototipo de dos centímetros cuadrados.
El algodón no es ecológico. Vistamos con algas
El algodón tiene los días contados. China, que produce el 32 por ciento del que se consume en todo el mundo, ha decidido dedicar el terreno y el agua que empleaba en él, en la producción de comida. Y ya tiene sustituto: las algas. La misma China podría suministrar anualmente 1,9 millones de toneladas de alginatos, un material producido por las algas que permite crear tejidos más resistentes que los elaborados con algodón. Empresas como como la alemana Twosquaremeter ya los fabrican. Y ya son muchas las empresas, de China, Taiwan o el mar del Norte que utilizan un recurso tan abundante como son las algas para obtener alginatos que después venden a la industria textil.
¿Quiere escucharlo en directo?
El gurú de la economía azul, Gunter Pauli, estará en Madrid a finales de abril. Tiene dos oportunidades para verlo y escucharlo. Estas son:
Los próximos 24 y 25 de abril se celebra en Madrid el octavo Congreso Mundial Cero Emisiones, organizado por la Fundación ZERI. Bajo el lema «Cómo los modelos de negocio de la economía azul están cambiando la competitividad más allá de la globalización», se presentarán ejemplos concretos de negocios de todos los continentes, cubriendo tanto iniciativas multimillonarias a gran escala como pequeños programas fruto del emprendimiento individual.
Ante un foro internacional con más de trescientos asistentes se compartirá cómo este cambio en las reglas de mercado tradicionales está llevando a nuevas realidades macroeconómicas. Con anterioridad al congreso, Gunter Pauli impartirá de manera única un curso de dos días (22 y 23 de abril) sobre emprendimiento.
Bajo el título «Cómo crear una empresa sin dinero ni experiencia», Pauli presentará una nueva visión del emprendimiento que se aleja de los parámetros habituales, aplicando los principios de la economía azul para proponer modelos de negocio viables utilizando aquellos recursos locales que tenemos a nuestro alcance más inmediato.Si desea saber más sobre ambas iniciativas, puede encontrar toda la información en las webs: www.economiaazul.es y www.creaunaempresa sindinero.es.
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