Cristina Vallejo
La mejora de la deuda se debe a la promesa de intervención del BCE si el Gobierno solicita ayuda
Pleno agosto y la prima de riesgo registra una fuerte corrección. En el momento de escribir estas líneas ha caído por debajo de los 500 puntos básicos. Hace
menos de un mes, el 25 de julio, marcaba máximos en los 650 puntos
básicos. Justo ese día, el presidente del Banco Central Europeo, Mario
Draghi, realizaba en Londres un importante discurso en el que
manifestaba su apoyo inquebrantable al euro
que se materializaría en medidas de apoyo a los países con más
dificultades. Entre ellos, España. Ello sirvió para que en dos o tres
sesiones, la prima de riesgo de la deuda española cayera cien puntos
básicos de repente.
Una semana después de ese discurso, tenía lugar la reunión de política monetaria del BCE. Draghi templó los ánimos del mercado: para que un país reciba ayuda, debe pedirla y someterse a una condicionalidad que se adivina muy dura. Y la prima de riesgo volvía a superar los 600 puntos básicos. Pero fue sólo cosa de una sesión. La prima de riesgo pronto volvió a calmarse, manteniéndose en el entorno de los 550 puntos básicos durante unos cuantos días. Los inversores debieron pensar que España está abocada a pedir el rescate, que conllevará compras de bonos por parte de la autoridad monetaria europea, una dura competencia contra la que es imposible ganar. Por eso se replegaron. O, como dice Alberto Matellán, de Inverseguros, simplemente, cerraron cortos.
En la última semana, la mejora de la prima de riesgo se ha intensificado: de los 550 puntos básicos ha bajado hasta los 500. La reducción del volumen de negocio típico de la semana más festiva del año tiene mucho que ver en este movimiento: cierre de cortos con bajo volumen amplían el movimiento. Aunque Javier Casal, de Ahorro Corporación, afirma que este agosto hay todavía menos volumen que otros años. "El mercado está en compás de espera, a la expectativa de los pasos que finalmente siga España", asegura Casal.
La reducción de la prima de riesgo de España tiene mucho que ver con la fuerte caída de la rentabilidad de los bonos españoles a diez años. De superar ampliamente el 7,5% ha caído hasta el 6,6%. Pero también el bono alemán ha puesto de su parte: de intereses en el entorno del 1,16% ha subido hasta el 1,60%. Como explica Alberto Matellán, ello se debe a que la deuda germana cotizaba con una cierta prima por el peligro de ruptura del euro. Ahora ese sobreprecio se ha corregido en parte.
Óscar Moreno, de Renta 4, resume la situación: "Los inversores están deshaciendo posiciones en la deuda pública alemana atraidos por activos de más riesgo y más rentabilidad, mientras que la deuda española está disfrutando de una tregua". Aunque, como comenta Javier Casal, apenas hay operaciones en la deuda a diez años. Entonces, ¿cómo se forman los precios? Este experto explica que hay cotizaciones porque los creadores de mercado están obligados a dar precios de compra y de venta y los están subiendo poco a poco ante la posibilidad de que el Gobierno pida el rescate y el Banco Central Europeo intervenga. Así, tienen bonos preparados a un precio más alto para vendérselos a la autoridad monetaria. Estos inversores temen, incluso, que entre un gran inversor aprovechando las atractivas rentabilidades que da la deuda española.
La tregua de la que disfruta la deuda pública española es más patente en los plazos más cortos. No en vano, el Banco Central Europeo ha dicho que su objetivo es reducir los costes de financiación en los vencimientos más cercanos. Por eso, la rentabilidad de los bonos a dos años ha bajado desde el 6,5% hasta el 3,80% (su prima de riesgo desde los 657 hasta los 383 puntos básicos), lo que ha favorecido que el diferencial de rentabilidad entre la deuda a diez y a dos años haya marcado máximos. Casal afirma que en la deuda a dos años sí ha habido volúmenes importantes, fundamentalmente a finales de julio y principios de agosto.
Pero, ¿durará la tregua de la que habla Moreno? ¿Será suficiente para esquivar el rescate? "Los niveles actuales de rentabilidad y las primas de riesgo están muy bien si los comparamos con los de hace un mes, pero no con los de hace dos años", comenta este analista. "En la deuda a dos años, sería deseable que la rentabilidad bajara hasta el 3% y en los largos plazos aún es necesario un buen recorrido a la baja para que sea sostenible", añade este experto.
Aún hay muchos factores de riesgo que pueden meter ruido, según este experto: el diseño del banco malo, las auditorías detalladas de la banca o la negociación del rescate. Porque, a su juicio, éste, se produzca de una o de otra manera, es inevitable: "Si no se pidiera, la deuda española se volvería a tensar. Los fundamentales de España no han cambiado en estas semanas". De la misma opinión es Casal: "Cualquier noticia que apunte que España no va a pedir el rescate provocaría un gran movimiento de venta de deuda española y con un volumen muy elevado".
Alberto Matellán afirma que España necesita que sus costes de financiación en octubre sean bajos, porque en ese momento cuando tendrá que hacer frente de nuevo a vencimientos que a día de hoy no tiene cubiertos. Debería pedirlo algo antes de esa fecha. ¿En septiembre? España también podría tomar la decisión de intentar financiarse con emisiones a corto plazo, más baratas, pero también peligrosas, por la cercanía del momento de las nuevas refinanciaciones. Pero, en ese caso, como apunta Alberto Matellán, "el inversor quedaría un tanto decepcionado de que llegue finales de septiembre y no haya acuerdo para el rescate de España". En cualquier caso, este experto opina que la ayuda a nuestro país no será como la que han recibido Grecia o Portugal. Simplemente, porque es imposible.
¿Consejo para el inversor? Casal recomienda tomar posiciones en deuda a diez años, aunque con precaución. En la deuda a más corto plazo hay menos margen de mejora, según su opinión.
Fuente: finanzas.com
Una semana después de ese discurso, tenía lugar la reunión de política monetaria del BCE. Draghi templó los ánimos del mercado: para que un país reciba ayuda, debe pedirla y someterse a una condicionalidad que se adivina muy dura. Y la prima de riesgo volvía a superar los 600 puntos básicos. Pero fue sólo cosa de una sesión. La prima de riesgo pronto volvió a calmarse, manteniéndose en el entorno de los 550 puntos básicos durante unos cuantos días. Los inversores debieron pensar que España está abocada a pedir el rescate, que conllevará compras de bonos por parte de la autoridad monetaria europea, una dura competencia contra la que es imposible ganar. Por eso se replegaron. O, como dice Alberto Matellán, de Inverseguros, simplemente, cerraron cortos.
En la última semana, la mejora de la prima de riesgo se ha intensificado: de los 550 puntos básicos ha bajado hasta los 500. La reducción del volumen de negocio típico de la semana más festiva del año tiene mucho que ver en este movimiento: cierre de cortos con bajo volumen amplían el movimiento. Aunque Javier Casal, de Ahorro Corporación, afirma que este agosto hay todavía menos volumen que otros años. "El mercado está en compás de espera, a la expectativa de los pasos que finalmente siga España", asegura Casal.
La reducción de la prima de riesgo de España tiene mucho que ver con la fuerte caída de la rentabilidad de los bonos españoles a diez años. De superar ampliamente el 7,5% ha caído hasta el 6,6%. Pero también el bono alemán ha puesto de su parte: de intereses en el entorno del 1,16% ha subido hasta el 1,60%. Como explica Alberto Matellán, ello se debe a que la deuda germana cotizaba con una cierta prima por el peligro de ruptura del euro. Ahora ese sobreprecio se ha corregido en parte.
Óscar Moreno, de Renta 4, resume la situación: "Los inversores están deshaciendo posiciones en la deuda pública alemana atraidos por activos de más riesgo y más rentabilidad, mientras que la deuda española está disfrutando de una tregua". Aunque, como comenta Javier Casal, apenas hay operaciones en la deuda a diez años. Entonces, ¿cómo se forman los precios? Este experto explica que hay cotizaciones porque los creadores de mercado están obligados a dar precios de compra y de venta y los están subiendo poco a poco ante la posibilidad de que el Gobierno pida el rescate y el Banco Central Europeo intervenga. Así, tienen bonos preparados a un precio más alto para vendérselos a la autoridad monetaria. Estos inversores temen, incluso, que entre un gran inversor aprovechando las atractivas rentabilidades que da la deuda española.
La deuda a corto plazo mejora más rápido
La tregua de la que disfruta la deuda pública española es más patente en los plazos más cortos. No en vano, el Banco Central Europeo ha dicho que su objetivo es reducir los costes de financiación en los vencimientos más cercanos. Por eso, la rentabilidad de los bonos a dos años ha bajado desde el 6,5% hasta el 3,80% (su prima de riesgo desde los 657 hasta los 383 puntos básicos), lo que ha favorecido que el diferencial de rentabilidad entre la deuda a diez y a dos años haya marcado máximos. Casal afirma que en la deuda a dos años sí ha habido volúmenes importantes, fundamentalmente a finales de julio y principios de agosto.
Pero, ¿durará la tregua de la que habla Moreno? ¿Será suficiente para esquivar el rescate? "Los niveles actuales de rentabilidad y las primas de riesgo están muy bien si los comparamos con los de hace un mes, pero no con los de hace dos años", comenta este analista. "En la deuda a dos años, sería deseable que la rentabilidad bajara hasta el 3% y en los largos plazos aún es necesario un buen recorrido a la baja para que sea sostenible", añade este experto.
Aún hay muchos factores de riesgo que pueden meter ruido, según este experto: el diseño del banco malo, las auditorías detalladas de la banca o la negociación del rescate. Porque, a su juicio, éste, se produzca de una o de otra manera, es inevitable: "Si no se pidiera, la deuda española se volvería a tensar. Los fundamentales de España no han cambiado en estas semanas". De la misma opinión es Casal: "Cualquier noticia que apunte que España no va a pedir el rescate provocaría un gran movimiento de venta de deuda española y con un volumen muy elevado".
El rescate, ¿para cuándo?
Alberto Matellán afirma que España necesita que sus costes de financiación en octubre sean bajos, porque en ese momento cuando tendrá que hacer frente de nuevo a vencimientos que a día de hoy no tiene cubiertos. Debería pedirlo algo antes de esa fecha. ¿En septiembre? España también podría tomar la decisión de intentar financiarse con emisiones a corto plazo, más baratas, pero también peligrosas, por la cercanía del momento de las nuevas refinanciaciones. Pero, en ese caso, como apunta Alberto Matellán, "el inversor quedaría un tanto decepcionado de que llegue finales de septiembre y no haya acuerdo para el rescate de España". En cualquier caso, este experto opina que la ayuda a nuestro país no será como la que han recibido Grecia o Portugal. Simplemente, porque es imposible.
¿Consejo para el inversor? Casal recomienda tomar posiciones en deuda a diez años, aunque con precaución. En la deuda a más corto plazo hay menos margen de mejora, según su opinión.
Fuente: finanzas.com
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