José Barta; 29 de julio de 2012
El próximo martes, 31 de julio, celebraremos el centenario del nacimiento de Milton Friedman.
Hijo de emigrantes judíos, originarios de Berehovo, que ahora forma
parte de Ucrania pero entonces correspondía al imperio Austro Húngaro.
Nace en New York, en el seno de una familia humilde: su
padre, comerciante de frutos secos, muere cuando Milton tiene 15 años, y
su madre trabaja de costurera en una fábrica.
Milton, que es el pequeño de cuatro hijos, trabaja vendiendo
corbatas, dando clases particulares y solicitando todo tipo de becas;
así termina su Bachelor en la Universidad de Rutgers (1932) y su Máster
en la de Chicago (1933).
Se casa con Rose Director, compañera de estudios, en 1938. Tienen dos hijos; David es también economista y profesor como su padre.
De baja estatura, simpático, sonriente, luchador infatigable,
terrible polemista (dotado principalmente de argumentos estadísticos),
mordaz, provocador…amante de los bailes de salón, que practica con Rose,
con habilidad y elegancia.
Sus raíces judías, las duras circunstancias económicas
familiares y el drama social que contempla durante la Gran Depresión,
influyen extraordinariamente en la configuración de sus valores: el
profundo respeto que siente por cada persona, derivado del
reconocimiento de su dignidad de “ser trascendente”, creado por Dios “a
su imagen y semejanza”; lo que se materializa en un profundo sentido de
la equidad y en una defensa a ultranza de la libertad de cada persona.
Milton Friedman rechazaba ser considerado como un pensador, y menos
como un filósofo, de la economía, pero su defensa extrema de la libertad
personal, sin la cual es imposible realizar actos éticos, o morales, y
las conclusiones a las que esto le llevaba, en el desarrollo de teorías
económicas, quizás sin él saberlo, le hacen más próximo a los pensadores
de la Escuela de Salamanca, como Martin de Azpilicueta, De Soto o Luis
de Molina, que a la tradición neo-clásica anglo-americana derivada
principalmente de Alfred Marshall (sobre este punto ya trataré en otro
artículo).
Milton Friedman desarrolló su actividad brillantemente en tres actividades complementarias:
1) Estaba el Friedman economista de economistas, que escribía
análisis técnicos, sobre el comportamiento de los consumidores y la
inflación. (La publicación de su “Metodología de la Economía Positiva”
ejerció una enorme influencia en la investigación de la ciencia
económica).
Teoría de los precios; Teoria de la Función de Consumo; teoría
monetarista,…siendo el pensador más relevante de la Escuela de Chicago.
2) Estaba el Friedman pensador político-económico, que pasó décadas
haciendo campaña sobre sus teorías e influyó en Nixon, Reagan, Thatcher,
Zhao Ziyang – secretario general del Partido Comunista Chino -, y
tantos otros, aunque sus enemigos solo recuerden la entrevista de media
hora que tuvo con el dictador Pinochet.
3) Por último, estaba el Friedman gran divulgador de la doctrina del libre mercado, con sus apariciones en televisión.
Podemos afirmar que, en un momento en que el escepticismo en los
mercados era galopante, Friedman explicó, en un lenguaje claro y
accesible, que la empresa privada es el fundamento de la prosperidad
económica. Todas las economías exitosas están basadas en el ahorro, el
trabajo duro y la iniciativa individual. Se oponía a la regulación
gubernamental que obstaculizaba la iniciativa empresarial y limitaba los
mercados. Lo que Adam Smith fue para el siglo XVIII, Milton Friedman lo
fue para el siglo XX.
Solo una persona fue capaz de rivalizar con el neo liberal Milton
Friedman en influencia sobre el diseño de políticas en el siglo XX, John
Maynard Keynes, que tenía una concepción acerca del papel del gobierno
radicalmente diferente, defendiendo una mayor intervención, en una línea
similar a la que los últimos Gobiernos españoles han adoptado con el
sistema financiero.
El Profesor Shleifer, de Harward, llegó a escribir un artículo
titulado La era de Milton Friedman, perido de tiempo que comprendería el
último cuarto de siglo, en el que la Humanidad ha vivido un
extraordinario crecimiento, mejorándose la calidad de vida de millones
de personas y reduciéndose drásticamente la pobreza alrededor del mundo,
debido principalmente a que, según él, tanto en los países ricos como
en los países pobres se aplicaron las políticas de libre mercado
prescritas por Friedman: privatizaciones, libre comercio, presupuestos
responsables, recortes de impuestos, etc.
La vida de Friedman no resultó fácil, no reconociéndose su
extraordinaria aportación hasta finales de los 60, culminando el mismo
con el logro del Premio Nobel en 1976. Resultaba incomodo. Casi tan
incomodo como resultaría hoy mismo en su valoración de las políticas
económicas adoptadas por la UE y sus miembros. Le diría a De Guindos que
el intervencionismo exacerbado que mantiene el Gobierno, en defensa de
todas las entidades financieras, terminará profundizando el problema del
país, y lo mismo ocurrirá con la política de bajada de sueldos, de las
que siempre se mostró contrario.
Quizás una muestra de algunas de las políticas que Friedman defendió, nos de idea de lo incomodo que resultó:
- Propugnó – y logró – el Servicio militar voluntario (Obviamente en
países como USA, UK, España, no en países que luchan por la
supervivencia día a día, como es Israel).
- Defendió el uso del cheque escolar para defender la libertad de
elección de las familias, descargando al Estado de la necesidad de
promover establecimientos de enseñanza, algo para lo que no está
especialmente bien dotado.
- Propuso el impuesto negativo sobre la renta, para lograr la máxima
eficiencia en la protección a personas sin recursos (se oponía a la
ayuda en especies, optando por la entrega de dinero). Se eliminaría el
subsidio de desempleo ya que se cubriría un mínimo de necesidades para
cada circunstancia personal o familiar, a través de la declaración de la
renta.
- Atacó el control de alquileres (figura similar a la de la vivienda protegida, en USA).
- Atacó la colegiación obligatoria y por supuesto las organizaciones de
poder gremiales, por caracterizarse, antes o después, por crear mercados
oligopolísticos, en perjuicio del consumidor.
- Ataco la Responsabilidad Social Corporativa como Objetivo estratégico
de las empresas. Estas deben tener como objetivo la maximización de
beneficios. La acción social corresponde a la esfera de lo personal e
individual.
- Recomendó Indexación de la Deuda del Estado con el IPC. Personalmente,
en la actualidad yo intentaría jugar más con el PIB que con el IPC, al
objeto de vincular a los acreedores con los objetivos de crecimiento.
- Rechazó el control gubernamental de salarios y precios, por mostrase
estas medidas poco eficaces y propiciar la desconfianza económica.
No resulta extraño que el Gobierno de España, cuya ideología
político-económica se declara deudora de Friedman, deje pasar casi en
absoluto silencio su centenario.