El capital que necesitan los bancos españoles
podría alcanzar los 60.000 millones de euros. Los saneamientos
realizados por Bankia sobre las carteras no inmobiliarias arrecian dudas
sobre la situación de los balances de los demás.
El nuevo equipo gestor de Bankia, capitaneado por José Ignacio
Goirigolzarri, ha evidenciado una necesidad de provisiones adicionales
para el grupo de 19.000 millones. De ellos, 5.500 millones irán a cubrir
las carteras crediticias no inmobiliarias: 3.300 millones para los
préstamos a empresas y 2.200 millones para los créditos a las familias.
La cobertura de estas carteras llegará al 6,8% y al 3%, respectivamente.
Bankia cubrirá estas necesidades gracias al Estado, que le inyectará
capital, con toda probabilidad, bajo la forma de deuda pública. Pero la
pregunta que surge ahora es “¿qué harán los demás?
En el sector ha empezado a tomar forma la idea de que las auditoras
externas que, en mes y medio, tendrán que realizar el análisis de los
balances de los bancos españoles utilizarán el mismo criterio que se ha
aplicado para los saneamientos de Bankia. Es decir, que se les obligará a
incrementar las provisiones también para los créditos que nada tienen a
que ver con el ladrillo.
"Lo que prevemos es que el mercado ahora va a pedir a todos lo mismo
que Bankia. No es justo, entre otras cosas porque no todos tenemos la
misma cartera. Cuando Bankia crecía en créditos al 40%, algunos lo
hacíamos al 205 y esto algo significa", se quejan desde un banco
cotizado. Añaden que ahora el resto de entidades tiene que esforzarse
para que el mercado discrimine y no trate a todos por igual.
Los analistas de Renta 4 también avisan de que el plan de Bankia
establece unos niveles de cobertura del crédito inmobiliario "que podría
servir de punto de referencia para el resto de entidades o para las
valoraciones por parte de los expertos independientes, añadiendo mayor
presión al resto del sector".
En un informe dado a conocer hoy, los analistas de Nomura estiman en
un rango de entre 50.000 y 60.000 millones las necesidades adicionales
de capital que tendrá que soportar el sector para hacer frente a estos
nuevos saneamientos. En concreto, el banco japonés afirma que unos
19.000 millones serán para la banca mediana cotizada y el resto para los
bancos que han sido nacionalizado (es decir, CatalunyaBanc; NovaGalicia
Banco y Banco de Valencia).
Según Nomura, sólo los dos grandes, Santander y BBVA, se salvarán y no necesitarán más capital.
A su vez, Morgan Stanley mantiene en un rango de entre 45.000 y
55.000 millones su estimación sobre cuánto capital adicional necesita la
banca española. Sin embargo, matiza que la puesta a valor de mercado de
las participaciones industriales y la revisión de los activos fiscales
contabilizados en balance pueden elevar esta cifra. Bankia ha realizado
ambas operaciones para la limpieza de su balance, lo que le ha provocado
pérdidas adicionales de 3.900 millones y 2.700 millones,
respectivamente.
Morgan Stanley afirma que, en este escenario, el coste total para el FROB puede alcanzar los 80.000 millones.
Las carteras sanas
El temor principal de los bancos es que se les obligue a elevar las provisiones sobre las carteras sanas. Especialmente, las hipotecas a particulares que, según el sector, no representan un peligro, por su baja morosidad y por el tipo de mercado hipotecario que hay en España.
Entre los inversores extranjeros, sin embargo, sí hay duda sobre si
las hipotecas aguantarán con su reducida morosidad en un escenario de
recesión y paro. Incluso Moody’s la semana pasada indicó que estos
préstamos pueden ser una nueva fuente de problemas.
Bankia ha decidido elevar la cobertura de estos préstamos, así como
de los créditos a pymes. Además, como subraya un análisis que ha
publicado hoy Inverseguros, no ha hecho públicos los criterios de estrés
bajo los cuales ha establecido los nuevos niveles de saneamiento. Si
Oliver Wyman y Roland Berger coinciden con este criterio, el resto de la
banca tendrá que prepararse a una nueva avalancha de provisiones.
Algo que en el sector consideran muy equivocado. "La situación de
Bankia no es extrapolable a lo que ocurre en el resto de las entidades",
zanja una fuente y añade que cuando se rescata un banco que ya está
quebrado el dinero que se le tiene que dar es mucho mayor al que hace
falta para ayudar a alguien con dificultades. "Bankia había superado ya
el punto de no retorno. En estos casos, se necesita mucho dinero, para
volver a empezar a trabajar, para la reestructuración y para dar
tranquilidad", apunta otro directivo del sector.
Fuente: Expansión.com
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