Economía y Política
Durante el verano se han acelerado los tiempos de la política española. Se anunció el adelanto de las elecciones y se procedió a una reforma ‘exprés’ de la Constitución. En los próximos meses fructificarán cambios esenciales para España.
No hay tiempo para tomar aliento. Tras un verano sin vacaciones y plagado de sobresaltos, la vida política española afronta este otoño un periodo atípico y de especial turbulencia, con la reforma constitucional y las elecciones generales en la agenda a corto plazo y las dudas sobre la solvencia de la economía española ocupando el centro del debate. Estas son las claves para transitar por la política española durante los próximos meses.
Reforma constitucional sin consenso
El Pleno del Congreso de los Diputados aprobará mañana la reforma de la Constitución pactada entre PP y PSOE para limitar el gasto de las Administraciones Públicas y aliviar así la presión de los mercados y alejar el fantasma de un posible rescate financiero.
La reforma no ha conseguido concitar el apoyo del resto de grupos parlamentarios, tanto por el fondo como por la forma en la que se ha tramitado, ya que se va a aprobar por vía de urgencia y sin referéndum. El objetivo de tanta premura: que la modificación entre en vigor antes del 27 de septiembre, fecha en la que se disolverán las Cortes.
Además, el pacto con los populares ha levantado ampollas en el seno del PSOE, sobre todo, en el equipo del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba tendrá que defender ante los electores socialistas una medida con la que se ha mostrado públicamente disconforme y que no gusta a la izquierda.
Los sindicatos, en pie de guerra
Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, también han mostrado su oposición a la reforma constitucional y han convocado una manifestación en Madrid para el próximo 6 de septiembre como paso previo a un otoño caliente. No así a las reformas laborales, por las que se han dado dos años de vía libre para encadenar contratos temporales y acumular sin límites a aprendices de formación.
Además, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, alertaron ayer ante la posibilidad de que el Gobierno acepte suprimir la ultraactividad de los convenios para conseguir el voto favorable de PNV y CiU a la reforma de la Constitución.
Elecciones generales
La cita electoral, convocada para el 20 de noviembre, deja poco margen de maniobra, tanto para el Ejecutivo, como para el Legislativo. No obstante, antes de que se disuelvan las Cámaras Congreso y Senado deberán concluir la tramitación de diversos proyectos, como la negociación colectiva o la ley de agilización procesal.
El 27 de septiembre se disolverán las Cámaras y los partidos se volcarán sus energías en la preparación de sus respectivos programas y estrategias electorales. Como novedad, este año los partidos deberán a aplicar la nueva disposición de la Ley Electoral que prohíbe la contratación de publicidad exterior (vallas y carteles, principalmente) en periodo de precampaña, por lo que el gasto en publicidad electoral se limitará a los quince días que dura la campaña.
Entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre el PSOE celebrará una conferencia política de la que saldrá su programa marco. Rubalcaba se enfrentará al complicado reto de elaborar un mensaje que sirva para recuperar al electorado de izquierdas sin apartarse de la realidad que imponen los mercados y la débil situación de la economía española.
El candidato y presidente del PP, Mariano Rajoy, por su parte, lo tiene todo de cara para que, a la tercera, consiga ganar las elecciones generales e instalarse en el Palacio de la Moncloa. Nada más formar Gobierno, su primera responsabilidad será la de elaborar los Presupuestos Generales del Estado para 2012. La preparación de las Cuentas no podrá empezar hasta enero.
Formación de Gobierno
Tras las elecciones se procederá a la formación de un nuevo equipo económico, toda vez que Salgado ha renunciado a seguir en listas. Ante la previsible victoria electoral del PP ya han sonado muchos nombres como posibles responsable del área económica, como son Cristóbal Montoro o Luis de Guindos.
Los últimos días de Zapatero
El pasado 29 de julio, el presidente del Gobierno anunció el tan cacareado adelanto electoral al 20N. A partir de ese momento puso en marcha el reloj de sus últimos días en La Moncloa. Desde entonces ha desarrollado una efervescencia legislativa impropia de un Gobierno saliente.
La elevada actividad, de todos modos, no ha sido una decisión. Las sacudidas de los mercados, que llevaron el riesgo país a los 400 puntos básicos en los primeros días de agosto, provocaron toda una suerte de reacciones. Entre ellas, la del BCE, que por carta se comprometió con España e Italia a comprar deuda pública a cambio de reformas.
El reclamo no pudo tener más acogida. En pocos días, el Gobierno alentó una reforma constitucional de la que se había burlado y una revolución en materia laboral.
Rajoy mide los tiempos
El presidente del PP, Mariano Rajoy, mantuvo durante la mayor parte del verano una presencia de bajo perfil. Las noticias económicas negativas se sucedían y el líder del PP aparecía poco.
Sin embargo, la reforma constitucional a la que se precipitó Zapatero permitió al gallego reaparecer en un escenario político idóneo: Rubalcaba y Salgado se habían mofado de una propuesta del PP muy similar hace menos de un año. Ahora, se tenía que aprobar deprisa, corriendo y con el aliente de los mercados y el BCE en la nuca.
De todos modos, los populares han optado por no hacer sangre de la cuestión y centrar sus críticas en el guirigay que se ha organizado en el PSOE. A fin de cuentas, fueron muchos los barones que plantearon sus reticencias a cambiar la Carta Magna.
Fuente: Expansión.com
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