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jueves, 1 de septiembre de 2011

Zapatero admite que CiU no se sumará a la reforma constitucional

España

Confirma que el Gobierno no creará ahora una tasa para «los ricos» ni recuperará el impuesto de patrimonio

Día 01/09/2011
GABRIEL SANZ | MADRID
José Luis Rodríguez Zapatero demostró ayer que está de salida: no va a subir impuestos a «los ricos» antes del 20-N y además, vino a decir, que CiU proponga lo que quiera en 2012, cuando PSOE y PP aprueben la nueva Ley Orgánica de estabilidad presupuestaria, porque eso es «difícil» incorporarlo ahora a la reforma constitucional. El presidente del Gobierno zanjó la cuestión fiscal asegurando que no tiene previsto cambios previos a las elecciones. Fuentes gubernamentales consultadas por ABC argumentan que si se busca un efecto recaudatorio inmediato, tiene poco sentido elevar la fiscalidad de las rentas porque no se cobran hasta el año siguiente.

Pese a estas palabras, el Ejecutivo y el partido llevan desde mayo de 2010, cuando empezaron a tener problemas con su base social por los duros recortes que toca aplicar, amagando con recuperar un impuesto de patrimonio que el propio Zapatero suprimió en 2007, en plena euforia económica y bajo el principio de «bajar impuestos es de izquierdas». Una decisión que privó al Estado de 2.100 millones anuales. La subida a «los ricos» consistió en elevar el tramo más alto del IRPF 2011 y el impuesto sobre rendimientos del capital hasta el 19% (de 0 a 6.000 euros) y hasta el 21% (de 6.000 en adelante).

«No hay tiempo»

 
Pero, desde hace una semana, con ocasión de la reforma constitucional que ha vuelto a poner al PSOE en un brete ante su electorado, el Ejecutivo había recuperado la cantinela. «Para un impuesto nuevo sobre grandes fortunas no hay tiempo. Para aumentar la presión sobre las grandes fortunas, permítame que esperemos al viernes», decía enigmática Elena Salgado el pasado miércoles 24. Dos días más tarde, el portavoz, José Blanco, reveló que no se había tratado el asunto en Consejo de Ministros y ayer Rodríguez Zapatero zanjó el debate: «No está previsto».

Este pasado domingo, Blanco dio una pista durante un acto del PSOE en Mislata (Valencia): «El impuesto para los ricos» se deja para el programa del candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ayer, en un acto con jóvenes en la sede de Ferraz anunció la promesa de crear, si gana el 20-N, 100.000 contratos en prácticas durante cuatro años a cargo de lo que recaude el impuesto de Patrimonio y de la tasa a los beneficios de la banca, que también ha prometido. El Grupo Socialista, en la tensa reunión del pasado lunes por la noche, también había exigido un aumento del impuesto a las rentas más altas para que los efectos de la crisis no recaiga solo en las capas más desfavorecidas.

Ayer, además de descartar el impuesto de patrimonio de aquí al 20-N, Zapatero aprovechó la rueda de prensa que protagonizó con el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, para hablar de la reforma constitucional. Reconoce lo «difícil» de incorporar a la reforma constitucional pactada por PSOE y PP los postulados que quiere CiU —respeto a la autonomía de la Generalitat para fijar su tope de déficit y un establecer tope de déficit del Estado con las comunidades— porque el PP lo rechaza y porque precisamente rompería el consenso básico entre los dos grandes partidos.

Aseguró haber escuchado «atentamente» al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida cuando habló, con cierto tono dramático, el pasado martes ante el Congreso, de «ruptura del consenso constitucional». Recomendó al parlamentario catalán que en política «no abuse de los adjetivos» y redujo todo a «una interpretación, que creo no es correcta, sobre el impacto de la reforma en el autogobierno y en la autonomía financiera».

De un plumazo, el presidente del Gobierno enterró así los esfuerzos de su partido, sobre todo de Rubalcaba, por sumar a CiU a una reforma que no le gusta y cuya presencia le permitiría aguar en cierta medida lo que ha representado un triunfo de las tesis de Mariano Rajoy a solo tres meses de las elecciones generales. «No sé si será posible durante la tramitación de la ley orgánica» en 2012», añadió Zapatero en alusión a que él ya no estará en la política activa.

AVE a Portugal, paralizado


Por su parte, el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, destacó que su país, tras el rescate financiero por parte del FMI y la UE, no está en condiciones de cumplir los plazos del proyecto para unir ambos países con el AVE Madrid-Lisboa y apostó por reformularlo con la UE y España. El proyecto consiste en la construcción de la línea de alta velocidad ferroviaria entre las dos capitales en el tramo que discurre por el país luso y que forma parte de la Red Transeuropea del Transporte.

Passos, que no quiso comprometerse abiertamente a una reforma constitucional como la española —recordó que el equilibrio presupuestario luso «ya está regulado por ley»—, recibió el apoyo del presidente del Gobierno español por sus reformas. Zapatero dijo que Portugal apunta ya signos positivos y que las medidas aplicadas en ambos países ante la crisis han sido «dolorosas pero imprescindibles».
Fuente: ABC

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