Economía
Valeriano Gómez justifica el estímulo a los contratos temporales diciendo que «es mejor eso que un parado»
Día 27/08/2011
Al Gobierno de Rodríguez Zapatero le quedaban los dos últimos viernes de agosto para aprobar medidas valientes que saneen las cuentas públicas de arriba abajo y pongan en marcha la economía española. Ayer, como hace una semana, el Consejo de Ministros sorprendió con un decreto ley previsible. Aprobó suspender, durante dos años, el límite al encadenamiento de contratos temporales; prorrogar durante seis meses la ayuda de los 400 euros a parados sin ingresos, y crear un nuevo contrato de formación para jóvenes, entre otras medidas para favorecer la creación de empleo. En contra de lo esperado, Moncloa aparcó cualquier reforma fiscal.
«No se ha abordado en este Consejo de Ministros», zanjó ayer en rueda de prensa el portavoz del Gobierno, José Blanco. Un viernes antes, la vicepresidenta, Elena Salgado, usó las mismas palabras para eludir el tema. Aunque esta misma semana, en una entrevista radiofónica, dejó la puerta abierta a un rescate del impuesto de patrimonio. «Para un impuesto nuevo sobre grandes fortunas no hay tiempo», dijo rechazando la posibilidad de aumentar el gravamen a los ricos, en línea con lo hecho por Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy. «Para aumentar la presión sobre las grandes fortunas, permítanme que esperemos al viernes», insinuó el pasado miércoles.
El Ministerio de Economía trabajó durante toda la semana en fórmulas que permitiesen subir los impuestos a las rentas más altas sin castigar demasiado a la economía y, sobre todo, a las clases medias, por la cercanía en el tiempo de las elecciones. Además de con una recuperación del impuesto de patrimomio, se especuló con un aumento de las tasas sobre los carburantes e incluso del IRPF. Al final, ayer no hubo nada de eso.
El Consejo de Ministros anunció una serie de medidas para intentar afrontar lo que Blanco calificó de «prioridad nacional»: la sangría del paro. La tasa de desempleo alcanza ya el 20,89% (4.833.700 parados), según las últimas cifras del INE. «Y nuestro mayor desafío en la lucha contra el paro es el desempleo juvenil», que roza el 46%, remarcó el también ministro de Fomento.
Al estilo alemán
Para ello, el Ejecutivo aprobó ayer crear un nuevo contrato de formación y aprendizaje destinado con carácter general a jóvenes de entre 16 y 25 años sin cualificación, y con carácter transitorio, hasta el 31 de diciciembre de 2013, a jóvenes de hasta 30 años. Este nuevo contrato, que deroga el existente hasta ahora, permitirá trabajar y formarse al mismo tiempo dentro de la propia empresa. El 75% de la jornada laboral se destinará a la actividad práctica y el 25% restante a la formación. La retribución será proporcional a la jornada laboral efectiva y en consonancia con el convenio colectivo. Además, el empleado gozará de las mismas protecciones sociales que cualquier otro trabajador. La duración mínima de este contrato será de un año —frente a los seis meses actuales—, y la máxima de dos.
Las empresas que al finalizar su duración transformen esos contratos de formación y aprendizaje en indefinidos disfrutarán de una reducción de la cuota empresarial de la Seguridad Social de 1.500 euros al año durante tres ejercicios, y de 1.800 euros si la empleada es mujer. Asimismo, la nueva norma premiará a los empresarios que efectúen contratos de este tipo con reducciones de las cotizaciones del 100% en el caso de empresas con menos de 250 empleados, y del 75% en el de las grandes compañías. Eso sí, para acceder a estos incentivos, el cambio de contrato debe traducirse también en un aumento del empleo fijo en el seno de la empresa.
En su comparecencia junto a Blanco tras la reunión interministerial, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, aseguró que el anterior contrato de formación ya estaba funcionando «aceptablemente»; informó de que el nuevo se ha diseñado siguiendo como modelo el contrato dual alemán y rechazó que se esté creando un contrato basura. «No se trata de eso», zanjó.
Sin coto a la temporalidad
«El Gobierno prefiere un trabajador temporal a un parado», añadió. Y con ese argumento, Valeriano informó además de que el decreto aprobado ayer en Consejo de Ministros suspende temporalmente, durante dos años, la obligación de hacer fijo a un trabajador que haya estado en la empresa durante dos años encadenando contratos temporales.
Frente a las críticas de que esta medida favorecerá la precariedad laboral, el ministro aseguró que el actual límite a la temporalidad está agotado y ya no respondía a las necesidades de la crisis, sino que estaba obstaculizando la contratación, pues los empresarios no renovaban a sus empleados a tiempo parcial.
De igual modo, se ha prolongado hasta finales de 2013 el periodo para poder transformar contratos temporales en fijos siempre que su duración no exceda los seis meses.
El Gobierno decidió ayer prorrogar también, desde el 16 de agosto de este año hasta el 15 de febrero de 2012, la ayuda de 400 euros a los parados a los que se le haya agotado la prestación por desempleo. Una medida que el Ejecutivo socialista creó primero con 426 euros, redujo luego a 400 y ahora, ya fuera de vigencia, renueva a sugerencia del candidato Rubalcaba y a pesar del recelo de Economía, empeñado en sanear las cuentas públicas a cualquier precio.
En cuanto al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), el Ejecutivo se ha fijado un límite de seis meses para integrarlo en los Servicios Públicos de Empleo. Además, ese fondo seguirá pagando una parte (8 días) de la indemnización por despido, siempre que este sea procedente.
Fuente: ABC
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