Unnim -cuya compra conllevó el despido de
1.200 empleados- y Catalunya Banc -una operación que ha generado 12.000
millones en pérdidas al Estado- convierten al banco que preside
Francisco González en el primero de España, a través de subastas poco
transparentes.
Luis de Guindos, ministro de Economía
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Esta semana, BBVA sorprendió a sus competidores al hacerse con Catalunya Banc al ofrecer 1.187 millones de euros. Una operación con la que los contribuyentes perderán al menos 12.000 millones y con la que la entidad que preside Francisco González pasa a ser la primera del país por créditos y recursos gestionados.
Los contribuyentes rescataron a la firma catalana, que llegó a ser la cuarta caja mayor de España, con 12.622 millones y recibirán -como mucho- 783 millones con la venta porque el FROB solo tiene el 66% del capital. A pesar de ello, el FROB destacó que a diferencia de otras operaciones, en esta no ha habido EPA. Quizá no se llame así, 'pero haberlo, haylo'. la cantidad aún podría ser menor porque el fondo que depende del Ministerio Economía y el Banco de España cubrirá las contingencias derivadas de las participaciones preferentes, cláusulas suelo y swaps, y de una eventual ruptura del acuerdo en bancaseguros con Mapfre. Unos avales que podrían suponer costes adicionales de cientos de millones de euros.
Donde si hubo EPA propiamente dicho fue en la operación de Unnim, que permitió a BBVA convertirse en el primer banco por activos en España. Pagó un euro por la entidad fruto de la unión de Caixa Sabadell, Terrasa y Manlleu que antes de esta operación ya había recibido 953 millones de euros del erario público.
El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) le concedió el esquema de protección de activos a 10 años para sus créditos morosos. El fondo que garantiza los ahorros de los españoles asumiría el 80% de las pérdidas -BBVA el 20% restante- de una cartera de 7.359,7 millones de euros con provisiones constituidas por 1.330 millones. La pérdida que se calculó inicialmente era de 2.578 millones, que hubiese supuesto una factura de 998 millones para el fondo. Pero hace pocos meses los auditores se han visto obligados a elevar la cifra hasta los 2.984 millones. Así, por el momento las pérdidas para el FGD ascienden a 1.323 millones, una cifra que aún podría elevarse más.
Guindos, el responsable del diseño de rescate y a la vez, quien se ha encargado de asegurarse que la transparencia brille por su ausencia, no ha impuesto además nunca ningún condicionante social. Dirá que por imperativo de la Comisión Europea.
Tras la compra de Unnim, unos 1.200 empleados fueron despedidos, más de un tercio de la plantilla. Ahora la historia volverá a repetirse, aunque BBVA no ha querido ofrecer por el momento ningún detalle de cuántas personas se verán afectadas.
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