Los grupos de cajas han decidido disolver Aliancia Zero, la
inmobiliaria que crearon a principios de la crisis en 2009 para apoyar
la salida de los activos adjudicados por el impago de los créditos. Las
fusiones, el traspaso de inmuebles a la Sareb y las pérdidas
ocasionadas en este vehículo, una especie de banco malo, han llevado a
sus accionistas a poner en marcha el cierre de esta sociedad, que ha
generado pérdidas de 207 millones.
Socios principales
Aliancia Zero fue lanzada por una decena de pequeñas cajas con unos activos cercanos a los 200 millones. Estos fueron aportados por Caja Badajoz, Caja Burgos, Caja Rioja, Caja Ávila, Caja Segovia, Caja Insular y Caja Inmaculada. Un 40 por ciento de la cartera estaba formada por suelo, mientras que el resto eran promociones en curso y en fase de venta. Al proyecto se sumó posteriormente, doce meses después, la CAM, que adquirió la participación de Gerens Hill.
En la actualidad sus socios principales, tras el proceso de reestructuración, son Bankia (59%), La Caixa (9,47%) y el Sabadell, por la absorción de la CAM (14,63%).
La compañía, que llegó a gestionar suelos y viviendas por un valor superior a 400 millones, ha acumulado pérdidas superiores a los 200 millones en corta existencia, debido al ajuste de precios y a su cada vez más baja actividad como consecuencia de la reordenación del sector, la creación de la Sareb y el desarrollo de inmobiliarias propias por parte de las entidades. Este agujero le ha provocado una situación patrimonial insostenible. En septiembre pasado presentaba unos fondos propios negativos de 118 millones.
Traspaso a la Sareb
La empresa achaca su liquidación a las pérdidas ocasionadas por la transferencia de activos que ha tenido que realizar al banco malo, procedentes de sus socios que habían requerido ayudas públicas. La mayor parte corresponden a Bankia. Además, tuvo que colocar en la Sareb activos por unos 30 millones aportados por Caja Inmaculada y Caja Badajoz (hoy Caja3).
Bankia pactó con Aliancia Zero el desembolso de 90 millones por el suelo y créditos trasferidos al banco malo público, neto de provisones. El importe se satisfará en los próximos meses, tras la petición del administrador de la liquidación.
Pero sus problemas también se debieron a la caída del negocio. En 2011 sólo consiguió desprenderse de una vivienda en una promoción de Pozuelo de Alarcón (Madrid), además del alquiler de pisos. En 2012, la ventas fueron todas acordadas con sociedades vinculadas, de uno de sus socios. Transfirió unos 32 millones en activos a las dos inmobiliarias de La Caixa, Servihabitat y Building Center.
El sector, a día de hoy, ha cambiado. Las entidades, incluso, se están desprendiendo de las plataformas inmobiliarias para lograr plusvalías y contar con un socio que se ocupe de los inmuebles.
Fuente: elEconomista.es
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