- Aspira a ingresar 13.600 millones en sus quince años de vida
Un edificio en construcción.
Imagen de Elisa Senra
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E. Contreras
El banco malo o Sareb se adentra en una
nueva etapa: evalúa la viabilidad comercial de unas 100 promociones. Se
trata de inmuebles inacabados, pero con un grado de construcción de obra
muy avanzado o casi terminados, donde busca ponderar si tiene sentido
invertir en finalizarlos para revalorizar el valor y colocarlos a un
precio superior. O, de manera alternativa, venderlos en su estado actual
o manenerlos en stock, a la espera de que una mejora futura del mercado
ayude a una salida posterior más ventajosa.
La Sareb ha mandatado la evaluación a expertos independientes aprovechando la auditoría de su cartera total aconsejada por la troika. El examen aborda tanto el coste de finalizar las promociones, como una amplia variedad de aspectos susceptibles de influir en los precios, tales como las posibilidades de venta rápida de los pisos -si se localizan en una zona con alto volumen de demanda y poca oferta o en la situación inversa, que haga difícil su pronta desinversión-. Pero el análisis va más allá, incluyendo evaluaciones tales como si la promoción se radica en zonas problemáticas, que puedan sufrir actos de vandalismo, por razones de seguridad.
Cartera de inmuebles
De toda su cartera de inmuebles, un 6% es obra en curso, el 33% suelo y el resto está finalizado. Con los informes, la Sareb decidirá qué hacer con cada promoción, lo que no implica que la inversión, donde así se aconseje, se ponga en marcha de manera inmediata, aunque se abre ya la puerta.
En su corto año de vida, la Sareb ha volcado esfuerzos en constituirse y crear distintos canales de venta a fin de sacar el mejor provecho a cada tipología de activos. Con el análisis a las 100 promociones, da el siguiente paso y las posibilidades de desarrollo inmobiliarios son todas. Su plan de negocio preveía tanto asumir la inversión de manera directa, subcontratando el trabajo, si se aconsejaba por razones de rentabilidad como asociarse con constructores para finalizar la obra.
Terminar promociones sin concluir es parte del plan negocio con el que aspira a ingresar 13.600 millones en sus quince años de andadura. Sigue así los pasos de otros bancos malos. Su homólogo irlandés Nama está invirtiendo en finalizar inmuebles de viviendas y oficinas, al tiempo que vende y, desde el verano de 2012, también ha iniciado un plan de demoliciones. El vehículo irlandés, puesto en marcha en 2009, sistematizó el año pasado el plan para derruir inmuebles y estructuras en las denominadas 'ciudades fantasmas', zonas casi despobladas donde se iniciaron innumerables edificios con la fiebre constructora a los que hoy no se les ve salida. Fuentes del sector inmobiliario sostienen que es fácil ver esa situación en España, a la luz de las múltiples promociones iniciadas en el Levante, con el gancho de la playa, pero ubicadas a 50 o, incluso, 100 kilómetros del litoral, y la mayoría son hoy propiedad de la Sareb.
Fuente: elEconomista.es
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