Santiago Carbó, director de Funcas, considera que si caen con fuerza los precios necesitaría más dinero público y perjudicaría a los balances de las entidades financieras
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) considera que España
cerrará esta semana la financiación europea para la banca, algo que se
considera un éxito. Sin embargo, no oculta que quedan temas pendientes.
Uno de ellos es el banco malo. El director de Estudios Financieros de
Funcas, Santiago Carbó, ha destacado el "gran trabajo" que se está
realizando desde el banco malo, oficialmente llamado Sociedad de Gestión
de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb),
aunque la aconseja "que mida los tiempos, es decir, que no hunda los
precios del mercado porque sería malo para su solidez financiera, ya que
necesitaría más apoyo público, y perjudicará los balances de las
entidades financieras. Debe evitar que se genere una tensión innecesaria
en el sector bancario". De una manera gráfica, comentó que debe evitar
que "descarrilen" los procesos de ajuste del sector financiero e
inmobiliario.
Santiago Carbó, que ha presentado el último número de "Papeles de la Economía Española", ha definido a la Sareb "como la mayor agencia inmobiliaria del mundo. Es así, por increíble que parezca, y se ha organizado en un tiempo récord". Ha destacado que las ventas de la Sareb y la de los bancos ofrecen una buena señal al mercado, "reflejan que es interesante entrar en el mercado español".
Por su parte, el director general de Funcas, Carlos Ocaña, ha apuntado que el papel del banco malo será "referencia e indicativo" en el mercado inmobiliario y en el sector bancario.
Preguntado por los activos que nunca conseguirá vender la Sareb, Carbó ha admitido que "algunos puede que nunca se vendan y se deberá asumir la pérdida". También admitió que la reestructuración bancaria provocará pérdidas imposibles de recuperar, "que serán mayores o menores dependiendo de la recuperación económica. Si se hubiera actuado antes y con más contundencia, el coste hubiera sido menor", ha apuntado y ha dicho que los países escandinavos son de los pocos que cerraron la crisis bancaria con beneficio, "aunque eso fue hace 20 años".
Se ha referido a la unión bancaria y el sector bancario español ha hecho "muchísimos deberes para desapalancarse, mientras que otros países europeos siguen sin hacer el saneamiento completo de sus entidades.
Tanto Carbó como Ocaña admitieron que el gran problema de la economía española es la falta y carestía del crédito. El que fuera secretario de Estado de Hacienda comentó que desde 2002, las familias han devuelto crédito por 104.000 millones (y están endeudados por 800.000 millones) mientras que las empresas se han desecho de 218.000 millones y mantienen 1,1 billones de préstamo. "El consenso es que no habrá recuperación sin crédito, pero también es verdad que primero debe haber proyectos de inversión con viabilidad para que llegue el crédito. Hace falta crédito pero no llegará hasta que no crezca algo el PIB", ha sentenciado.
Respecto al precio del dinero, Carbó ha apuntado que la ausencia de la unión bancaria es lo que provoca el alto precio de la financiación para la banca española. También ha comentado que si se realizar las pruebas de esfuerzo de la autoridad bancaria europea (EBA) "sin que esté en marcha el mecanismo de resolución, sería un proceso fallido, pero eso no va a ocurrir. Los mercados se preguntarían por lo que iban a hacer los bancos que necesitaran capital y no pudieran ir al mercado. Sería un lío".
Fuente: EL PAÍS
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