“Si han provisionado el 42% del préstamo a
promotores, dándolo por perdido, ¿por qué no trasladan esa rebaja al
deudor?”. Es la pregunta que se hacen muchas empresas inmobiliarias
españolas tras el traspaso de los créditos de la banca nacionalizada a
Sareb.
El escenario actual es el siguiente: tras cinco años de caída en las ventas de inmuebles y con graves restricciones de acceso al crédito, las promotoras españolas (desde grandes cotizadas hasta medianas y pequeñas empresas surgidas al calor del boom) se ven incapaces de poder devolver los préstamos concedidos.
Por ello, reclaman que, al menos las entidades nacionalizadas, hagan una quita en la deuda similar a la aplicada en el traspaso de activos a Sareb. Es decir, un 32,4% en el caso de los préstamos vinculados viviendas terminadas, un 53,6% en el caso de préstamos para la compra de suelo urbano, un 56,5% para los rústicos y un 67% para los préstamos sin garantías.
“Si hay que ajustar el precio de un activo para venderlo y la inmobiliaria no puede asumirlo porque ya no tiene más dinero en su caja, entonces, la rebaja tiene que ser asumida también por alguien”, explica José Manuel Galindo, presidente de las patronales madrileña y nacional Asprima y APCE.“El sector inmobiliario no puede devolver el total del préstamo”, asegura Fernando Rodríguez-Avial, presidente de Testa y del lobby G-14.
“Jamás se podrá devolver el 100% si el mercado ha caído un 40%”, agrega el presidente del G-14. Muchas de las cajas nacionalizadas, como las extintas Caja Madrid y Bancaja (integradas en Bankia), Catalunya Bank o Caixa Galicia (ahora Novagalicia Banco), eran los principales acreedores de las grandes inmobiliarias españolas, unas deudas que han pasado ahora al balance de Sareb.
Así, esta petición afectaría a firmas cotizadas como Martinsa Fadesa, Reyal Urbis, Realia y Vallehermoso, que arrastran una deuda de más de 21.380 millones de euros.
Plan de negocio
Sin embargo, la reclamación no es tan sencilla, ya que Sareb debe cumplir un exigente plan de negocio que incluye el pago a sus accionistas y la devolución del dinero público prestado. “Creer que se logrará es ciencia ficción. La rebaja del traspaso a Sareb es un colchón que tiene esta sociedad, pero no supone un trato de favor al deudor”, subraya Mikel Echavarren, consejero delegado de la firma de asesoría Irea.
Sareb prevé lograr unas plusvalías de más de 2.000 millones con la venta de créditos ligados al ladrillo en sus cinco primeros años de vida, según su plan de negocio. “No se va a reducir la deuda por reducir, perdiendo Sareb derechos de cobro. Tan sólo habrá quita en caso de liquidación de una compañía, nunca para una refinanciación”, añade Echavarren.
Otro de los problemas de la puesta en marcha de Sareb, según los promotores, es que, aunque los activos han sido traspasados, la banca nacionalizada sigue siendo la responsable de los créditos e inmuebles, como gestores, “lo que dificulta la negociación de préstamos y retrasa los pagos”, asegura Galindo.
Fuente: Expansión.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario