Parece que la crisis ha vuelto a poner sobre la mesa las diferencias
económicas entre el norte y el sur de nuestro país. A pesar de todos los
esfuerzos realizados por acortarla en pos de la convergencia entre
comunidades, la brecha económica entre regiones vuelve a crecer en
muchos ámbitos. También cuando hablamos del precio de la vivienda, la
diferencia es notable.
La recesión económica que vivimos y el estallido de la burbuja
inmobiliaria han sido determinantes en esta situación, que afecta de
forma más acusada a las regiones del sur, históricamente más pobres.
Aunque la cifra del paro a nivel nacional es lo suficientemente dramática, el desempleo es uno de los indicadores más claros de las diferencias entre norte y sur, con tasas que van desde el 16% de la población activa para los vascos a casi el 36% para los andaluces.
En cuanto al PIB per cápita y la renta disponible bruta de los hogares españoles, en el siguiente gráfico del Instituto Nacional de Estadística (INE) se observa claramente que las comunidades del norte peninsular son las que arrojan unas cifras más altas, es decir son las que tienen más poder adquisitivo.
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