La administración concursal que desde el pasado mes de septiembre gestiona la empresa Ingeconser, en concurso de acreedores desde entonces, ha presentado al juez el informe sobre la situación de la sociedad exigido por la Ley Concursal. En dicho informe, que puede ser examinado en el juzgado por quienes tengan interés en el concurso, se reconoce un pasivo de 73.675.578,45 euros.
Este pasivo es el resultado de incluir en el cálculo la totalidad de los contingentes, es decir, aquellos créditos sobre cuya cuantía existe discusión o que incluso se han llevado a los tribunales. Sin contabilizar estos créditos la cuantía del pasivo sería únicamente de 56.588.125,87 euros.
En el documento, que refleja el balance de la situación patrimonial de la empresa, se incluye un activo de 82.576,055 euros, lo que supondría que la compañía presenta un superávit patrimonial cifrado en 8.900.476,55 euros. Sin contabilizar los créditos puestos en tela de juicio el superávit ascendería a 25.987.929,13 euros.
Eso sí, en el activo la administración concursal incluye, además de inmuebles, terrenos y bienes, mobiliario, equipos, vehículos y maquinarias, 16.292.392 euros en derechos, deudores y fianzas, y 2.340.740 euros de deudores morosos. En Tesorería se reflejan 895.221 euros, según el escrito, al que ha tenido acceso EL MUNDO.
Los propietarios de la constructora y promotora inmobiliaria Ingeconser solicitaron el pasado 25 de septiembre en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga el concurso voluntario de acreedores, forzados por el impago de varias deudas por parte de diversas administraciones, y en especial de la Junta de Andalucía, que adeuda unos cinco millones de euros en certificaciones relacionadas con la construcción de la Escuela de Enfermería de Sevilla, y que superan el año de antigüedad.
La compañía tiene sede central en Málaga y delegaciones en Sevilla, Granada, Brasil, Argentina, Argelia y Panamá. En la solicitud del concurso de acreedores se exponía entre los motivos de la petición el alto volumen de pasivo acumulado por la empresa.
En los meses anteriores a la solicitud del concurso ya se habían tomado medidas severas para controlar la difícil situación derivada de la crisis, como la reducción de la plantilla, que pasó de 88 trabajadores en 2011 a los 47 que mantiene la empresa en la actualidad.
Además, se iniciaron gestiones para la refinanciación de la deuda, se acometió la diversificación del negocio y se promovió la actividad internacional de la compañía ante la caída de la demanda en el territorio nacional, lo que llevó a Ingeconser a proyectar urbanizaciones de lujo, centros comerciales y resorts no sólo en España, sino también en Centroamérica y el norte de África.
Este pasivo es el resultado de incluir en el cálculo la totalidad de los contingentes, es decir, aquellos créditos sobre cuya cuantía existe discusión o que incluso se han llevado a los tribunales. Sin contabilizar estos créditos la cuantía del pasivo sería únicamente de 56.588.125,87 euros.
En el documento, que refleja el balance de la situación patrimonial de la empresa, se incluye un activo de 82.576,055 euros, lo que supondría que la compañía presenta un superávit patrimonial cifrado en 8.900.476,55 euros. Sin contabilizar los créditos puestos en tela de juicio el superávit ascendería a 25.987.929,13 euros.
Eso sí, en el activo la administración concursal incluye, además de inmuebles, terrenos y bienes, mobiliario, equipos, vehículos y maquinarias, 16.292.392 euros en derechos, deudores y fianzas, y 2.340.740 euros de deudores morosos. En Tesorería se reflejan 895.221 euros, según el escrito, al que ha tenido acceso EL MUNDO.
Los propietarios de la constructora y promotora inmobiliaria Ingeconser solicitaron el pasado 25 de septiembre en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga el concurso voluntario de acreedores, forzados por el impago de varias deudas por parte de diversas administraciones, y en especial de la Junta de Andalucía, que adeuda unos cinco millones de euros en certificaciones relacionadas con la construcción de la Escuela de Enfermería de Sevilla, y que superan el año de antigüedad.
La compañía tiene sede central en Málaga y delegaciones en Sevilla, Granada, Brasil, Argentina, Argelia y Panamá. En la solicitud del concurso de acreedores se exponía entre los motivos de la petición el alto volumen de pasivo acumulado por la empresa.
En los meses anteriores a la solicitud del concurso ya se habían tomado medidas severas para controlar la difícil situación derivada de la crisis, como la reducción de la plantilla, que pasó de 88 trabajadores en 2011 a los 47 que mantiene la empresa en la actualidad.
Además, se iniciaron gestiones para la refinanciación de la deuda, se acometió la diversificación del negocio y se promovió la actividad internacional de la compañía ante la caída de la demanda en el territorio nacional, lo que llevó a Ingeconser a proyectar urbanizaciones de lujo, centros comerciales y resorts no sólo en España, sino también en Centroamérica y el norte de África.
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