Habrá que ver si realmente hay negocio para todos
05-09-2012 (12:49:09) por Redacción
Madrid. Visto que no están oliendo
ninguno de los contratos de todo lo relacionado con los procesos de
gestión de activos llevados a cabo por la Administración, las
consultoras inmobiliarias se han puesto las pilas para que, a partir de
ahora, esto no suceda. Quieren que parte de ese negocio que se avecina
para los próximos quince años, con la actividad generada por el banco
malo, recaiga en sus manos.
Por ello, y ante la posibilidad más que evidente de que las empresas auditoras –ya dentro de ese engranaje de la Administración para realizar tareas de apoyo consultor a las empresas extranjeros contratadas por el FROB (Oliver Wyman, Roland Berger o Alvarez&Marsal)– sientan la tentación de aprovechar la ocasión para ofrecer servicios adicionales al Estado, empresas como Aguirre Newman o CBRE han tirado del carro del resto de empresas del sector para dar forma a un grupo de intereses que arrime el ascua a sus sardinas.
El típico ‘lobby’, encabezado por un personaje de prestigio con buenos alcances dentro de la Administración para que ese pastel del banco malo llegue a todos. Algo similar a lo que en su día fue el G-14, el Grupo Inmobiliarias por la Excelencia, ahora presidido por Fernando Rodríguez-Avial.
Se busca con ello recuperar parte de la actividad perdida en los últimos años tras el estallido de la burbuja. Fueron, al calor del boom inmobiliario, algunos de los grandes protagonistas. En uno u otro momento de la tramitación de un proyecto, sus servicios se reclamaban sin parar por empresas privadas y organismos oficiales.
No daban abasto. Pero aquello se acabó, y en los últimos años han perdido, como el resto del sector, buena parte del negocio y los ingresos se resintieron notablemente, quedando prácticamente limitados a lo recibido por las contadas operaciones de compraventa, el alquiler de algún espacio terciario y poco más. Por eso, ahora, el banco malo les ha abierto los ojos, intuyen que hay negocio y han puesto las bases para hacerse con él.
Hace unos días, José Manuel Galindo, el presidente de los promotores españoles, realizó unas declaraciones en el mismo sentido, dejando caer que también las empresas inmobiliarias pueden aportar su granito de arena en este nuevo banco malo. Habrá que ver si realmente hay negocio para todos.
Fuente: inmodiario
Por ello, y ante la posibilidad más que evidente de que las empresas auditoras –ya dentro de ese engranaje de la Administración para realizar tareas de apoyo consultor a las empresas extranjeros contratadas por el FROB (Oliver Wyman, Roland Berger o Alvarez&Marsal)– sientan la tentación de aprovechar la ocasión para ofrecer servicios adicionales al Estado, empresas como Aguirre Newman o CBRE han tirado del carro del resto de empresas del sector para dar forma a un grupo de intereses que arrime el ascua a sus sardinas.
El típico ‘lobby’, encabezado por un personaje de prestigio con buenos alcances dentro de la Administración para que ese pastel del banco malo llegue a todos. Algo similar a lo que en su día fue el G-14, el Grupo Inmobiliarias por la Excelencia, ahora presidido por Fernando Rodríguez-Avial.
Se busca con ello recuperar parte de la actividad perdida en los últimos años tras el estallido de la burbuja. Fueron, al calor del boom inmobiliario, algunos de los grandes protagonistas. En uno u otro momento de la tramitación de un proyecto, sus servicios se reclamaban sin parar por empresas privadas y organismos oficiales.
No daban abasto. Pero aquello se acabó, y en los últimos años han perdido, como el resto del sector, buena parte del negocio y los ingresos se resintieron notablemente, quedando prácticamente limitados a lo recibido por las contadas operaciones de compraventa, el alquiler de algún espacio terciario y poco más. Por eso, ahora, el banco malo les ha abierto los ojos, intuyen que hay negocio y han puesto las bases para hacerse con él.
Hace unos días, José Manuel Galindo, el presidente de los promotores españoles, realizó unas declaraciones en el mismo sentido, dejando caer que también las empresas inmobiliarias pueden aportar su granito de arena en este nuevo banco malo. Habrá que ver si realmente hay negocio para todos.
Fuente: inmodiario
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