19/09/2012 By
En los últimos meses, hemos sido testigos, que los departamentos de riesgo, comités de evaluación de riesgo, así como los departamentos especializados de las entidades financieras, tienen puestas sus esperanzas en el banco malo para dar una salida razonable a los casos de particulares que no pueden pagar sus hipotecas o que tienen un deteriorio generalizado con otro tipo de créditos (también se incluyen en los denominados activos tóxicos que asumirá el banco malo).
En concreto, las entidades financieras consideran que el traspaso de los activos tóxicos aliviará los balances de los bancos (reduciendo sus necesidades de capital) y facilitará la aceptación de la dación en pago de viviendas de los particulares, así como la reestructuración de sus deudas.
Ahora o nunca. Para la banca, ha llegado el momento de identificar los activos tóxicos.
Según las fuentes que citó el pasado Lunes el diario El Mundo, “en Bruselas no se fiaban mucho de las cifras de los bancos intervenidos y la constitución del banco malo les daba garantías de que se iban a poner sobre la mesa todos sus activos tóxicos.“
Y aquí reside la oportunidad de los deudores con dificultades en el pago de su hipoteca y otros créditos.
La adjudicación de los activos tóxicos por parte del banco malo (con descuentos del 70 % aproximadamente, según fuentes de El Mundo) facilitará que créditos que deban refinanciarse ahora por deterioro del deudor, puedan ser traspasados al banco malo, consiguiendo dos de los objetivos de la reestructuración de las entidades financieras:
1.- Identificar de manera definitiva los activos tóxicos evitando refinanciar deudas que son fallidas.
2.- Reducir las necesidades de capital de los bancos intervenidos, así como de las entidades financiaras que a partir de ahora soliciten la ayuda.
En definitiva, la aparición en escena del banco malo puede convertirse en una vía de salida para los deudores con situaciones financieras altamente tóxicas, así como la apertura de un nuevo período o escenario de negociaciones entre acreedores y deudores en el marco extrajudicial (negociaciones bancarias) o en procesos judiciales (ejecuciones hipotecarias iniciadas o procesos concursales en curso).
El banco malo puede ser la primera puerta para que el Gobierno se decida a modificar la ley concursal, con la creación de un procedimiento especial extrajudicial para las personas físicas sobreendeudadas con el objetivo de liberar y cancelar las deudas después de una liquidación.
La eterna oposición de la banca a la creación de este procedimiento para personas físicas, por el miedo a las repercusiones en la morosidad, puede verse atenuado por el rescate de la UE y la compra de activos tóxicos por parte del banco malo.
La compra de activos tóxicos por parte de la Sociedad Gestora de Activos, puede ser la oportunidad del Gobierno, con el beneplácito de la banca, para aprobar una ley concursal de particulares equiparable a la mayoría de países de la Unión Europea.
Fuente: diariojuridico.com
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