El escritor nicaragüense Sergio Ramírez,
ganador de los premios Alfaguara en 1998 e Iberoamericano de Letras
"José Donoso" en 2011, llegó hoy a sus 70 años de vida y 50 en las
letras marcado por la dictadura de los Somoza, la revolución sandinista y
sus 48 libros.
Luis Felipe Palacios
Managua, 5 ago.- El
escritor nicaragüense Sergio Ramírez, ganador de los premios Alfaguara
en 1998 e Iberoamericano de Letras "José Donoso" en 2011, llegó hoy a
sus 70 años de vida y 50 en las letras marcado por la dictadura de los
Somoza, la revolución sandinista y sus 48 libros.
"He estado en el
centro de los acontecimientos políticos o literarios" de Nicaragua,
reconoció en entrevista con Efe Ramírez, quien fue vicepresidente del
país durante el primer gobierno sandinista (1984-1990).
Sus siete
décadas las ha vivido "de manera intensa" tanto en el campo estudiantil,
político y literario, aunque, confesó, han sido las letras su vocación y
devoción de toda la vida.
Retirado ya de la política, sostuvo que le gusta "más la vida literaria" porque le produce "más satisfacciones".
"Ahora lo que celebro al llegar a los 70 años son medio siglo de escribir, que me ha dado como fruto 48 libros", destacó.
Ramírez explicó que la literatura ha sido para él "una devoción verdadera, una dedicación disciplinada, que es la única manera de hacer una obra literaria".
Casado
y con tres hijos, Ramírez nació en Masatepe, en la provincia
nicaragüense de Masaya el 5 de agosto de 1942, cuando el país era
gobernado por el padre de la dinastía, Anastasio Somoza García, un personaje que sería inspiración de sus novelas, cuentos y para involucrarse en la política.
"Nací
bajo el viejo Somoza, llegué a la universidad bajo otro Somoza (Luis
Somoza Debayle) y participé en el derrocamiento del último de los Somoza
(Anastasio Somoza Debayle)" el 19 de julio de 1979. Mi vida está
marcada por esta familia dictatorial", resumió.
A sus 14 años
inauguró el camino literario con el cuento La carreta Náhualt, publicado
en La Prensa Literaria, y ese mismo año publicó su primer artículo
periodístico sobre los 100 años de la Batalla de San Jacinto, en
Nicaragua.
Hijo de un agricultor y de una profesora de educación
secundaria, se licenció en 1964 en Leyes en la Universidad Nacional de
León, donde se involucra en los movimientos antisomocistas.
En 1975 se integró en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, y tras el derrocamiento de los Somoza fue designado miembro de la denominada Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
"Otra vez una vida muy intensa, muy afanada", dijo Ramírez, quien junto al actual presidente nicaragüense, Daniel Ortega, gobernó el país en medio de una cruenta guerra civil que dejó miles de muertos.
El
25 de febrero de 1990 se presentó como candidato a la vicepresidencia
por el FSLN, elecciones que marcaron el fin del primer régimen
sandinista al ganar la coalición de partidos Unión Nacional Opositora (UNO), de Violeta Chamorro.
Desde
su escaño en el Parlamento y por sus progresivos choques con la línea
ortodoxa de Daniel Ortega, en mayo de 1994 quedó excluido de la
dirección del partido.
En enero de 1995 decidió abandonar el FSLN
tras 20 años de militancia y acto seguido promovió la constitución del
Movimiento Renovador Sandinista (MSR), del que fue candidato
presidencial en octubre de 1996, cuando fue derrotado por Arnoldo Alemán (1997-2002).
Después
compatibilizó la política con la dirección del periódico "El Semanario"
y la literatura, a la que poco a poco fue dedicando más tiempo.
"En
fin, no puedo quejarme de que haya tenido momentos aburridos en mi vida
o de vivir al margen. Siempre he estado en el centro de los
acontecimientos políticos o literarios" de Nicaragua, señaló el
escritor.
En sus 70 años de vida, el librar al país de la
dictadura de los Somoza (1937-1979) ha sido una de sus tareas, que como
consecuencia lo hizo asumir un papel en el primer gobierno sandinista,
"pero no porque fuera mi vocación, sino porque se trataba de una
revolución", aclaró.
"Mi vocación es la literatura", remarcó
Ramírez, quien explicó que una vez que se retiró de la política no
improvisó otro "oficio para" consolarse sino que "simplemente" volvió
"al espacio de donde había partido".
Actualmente se define como un
escritor que actúa como ciudadano, consciente de que su nombre en la
literatura permite que sus opiniones sean más escuchadas.
"Por lo
tanto tengo esa tribuna y la utilizo para hablar de manera crítica
cuando creo debo hablar, pero sin mezclar el oficio literario con mis
opiniones", afirmó.
Entre sus múltiples obras se encuentra
"Margarita, está linda la mar", una novela sobre la dinastía de los
Somoza, que le valió el Premio Alfagura de Novela en 1998.
También
están "Castigo Divino" (1988), "La marca del Zorro" (1989), "Oficios
compartidos" (1994), "Charles Atlas también muere" (1994), "Un baile de
máscaras" (1995), reconocida con el Premio Laure-Bataillon 1998 en Francia, "Adiós muchachos" (1999), "Mentiras verdaderas" (2000) y la compilación de cuentos "Catalina, Catalina" (2001).
Entre
otros, ha sido distinguido con la Medalla Presidencial con motivo del
Centenario del nacimiento de Pablo Neruda y es Premio del Concurso
Latinoamericano de Cuento de la revista venezolana Imagen.
Es
además doctor honoris causa por la Universidad Clermond-Ferrand
(Francia) y cuenta con los Premios Bruno Kreisky a los derechos humanos y
José María Arquedas (Cuba).
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