Pedro Calvo madrid.
0:30 - 2/08/2012
Mario Draghi
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Llegó al Gran Día. El día D, de Draghi. Ya es jueves; 2 de
agosto. La fecha que está llamada a marcar un punto de inflexión en la
crisis de la deuda soberana que arrastra la eurozona. Así, al menos, lo
ha anticipado el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario
Draghi. El pasado jueves, con su alegato en favor del euro, con su
compromiso de que estaba dispuesto a hacer "lo que sea" para preservar
la moneda única, levantó una expectación extraordinaria con respecto a
la reunión que hoy celebrará la institución que comanda. Atrás queda el
momento de las palabras; ahora llega el de los hechos. Y aunque Alemania
ha tratado de rebajar esas expectativas, el mercado quiere creer a
Draghi. En su mano tiene un amplio abanico de posibilidades. Unas son
más importantes que otras... y, sobre todo, unas tienen más opciones que
otras.
1 Bajar los tipos de interés. La crisis de
la deuda soberana ha llegado tan lejos y el precio del dinero está ya
tan bajo -en el 0,75%-, que una rebaja adicional apenas cambiaría las
cosas. Como expresan claramente desde Royal Bank of Scotland (RBS),
"Alemania no necesita una rebaja de los tipos y a España un recorte no
le salvará". En un momento en el que el problema reside en la deuda
soberana y en el que la transmisión de la política monetaria no
funciona, los recortes de los intereses no son demasiado efectivos. Y
así parecen entenderlo los expertos, puesto que sólo 4 de los 55
analistas consultados por Bloomberg anticipan que el BCE reducirá hoy
los tipos al 0,5%. Draghi, en definitiva, puede rebajarlos -la decisión
se conocerá a las 13.45 horas- por el gesto que eso siempre supone, pero
esta medida, por sí sola, no aportaría mucho y resultaría insuficiente.
2 Situar en negativo los intereses de la facilidad de depósito.
En julio, el BCE redujo los intereses de la facilidad de depósito del
0,25 al 0%. Esta decisión ha causado un efecto parcial. Si hasta su
entrada en vigor, el 11 de julio, la facilidad había acogido una media
de 676.000 millones de euros al día en 2012, desde entonces el promedio
se ha reducido hasta los 353.000 millones. Sin embargo, esta cifra,
teniendo en cuenta que el BCE no remunera ese dinero, sigue siendo
demasiado alta. Por este motivo, la entidad podría situar los intereses
de la facilidad de depósito en terreno negativo para tratar de estimular
que los bancos rentabilicen su dinero con inversiones y créditos.
3 Más inyecciones a largo plazo. Otra alternativa que maneja
Draghi pasa por convocar nuevas operaciones de financiación a largo
plazo (LTROs). Ya recurrió a ellas en diciembre de 2011 y febrero de
2012, con sendas operaciones con las que prestó a los bancos un volumen
de un billón de euros por un plazo de tres años. Con más operaciones de
este tipo, la institución pretendería dos objetivos. El primero,
estimular una compra indirecta de bonos; es decir, que los bancos
utilicen el dinero del BCE para comprar deuda pública, un efecto que ya
se observó entre enero y marzo de 2012. Y el segundo, intentar que el
crédito retorne paulatinamente a la economía real -hogares y empresas-,
una meta mucho más difícil de lograr que el primero en las
circunstancias actuales.
4 Suavizar el acceso a la financiación. Una variante de la
opción anterior consiste en que la institución, en lugar de inyectar más
liquidez con nuevas operaciones, lo haga mediante la flexibilización de
las condiciones que exige a las entidades para que estas puedan
financiarse en el BCE. Para que la banca pueda conseguir dinero en las
operaciones de la institución, a cambio debe depositar unas garantías
durante el plazo del préstamo. Si Draghi ampliara esas garantías -con la
aceptación de nuevos títulos o de una deuda de menor calidad-, las
entidades tendrían más facilidades para financiarse.
5 Comprar más activos. Otra vía con la que Draghi podría
reforzar la financiación del sistema consistiría en la posibilidad de
poner en marcha otro programa de compra de deuda privada. Durante la
crisis ya ha recurrido dos veces a la adquisición de cédulas
hipotecarias, una vía que podría volver a explorar en la actualidad.
6 Reactivar las adquisiciones de deuda pública. Es el
gran tema y el que acaparará la mayor atención desde que, a las 14.30
horas, Draghi comparezca ante los medios de comunicación. España e
Italia celebrarían la vuelta de las compras, porque permitiría una caída
de las rentabilidades; es decir, un abaratamiento de los costes de
financiación. Sin embargo, tiene pocas posibilidades de que ocurra
porque Alemania, a través del Bundesbank, se niega a que el BCE retome
las compras, que llevan aparcadas ya 20 semanas. Ahora bien, Draghi
concretó el pasado jueves que las altas primas de riesgo "entran dentro
de su mandato" porque "dificultan la transmisión de la política
monetaria". Por tanto, el mercado sí espera alguna medida que influya
directamente en la deuda pública. La clave residirá en si Draghi
convence a Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank, para que cambie
su posición. Si no lo logra, deberá decidir si ignora su oposición y
reactiva las compras en caso de que reúna el consenso preciso.
7 Conceder licencia bancaria al Mede.
Al igual que en el caso anterior, sería una opción que afianzaría la
capacidad de respuesta de Europa a la crisis, pero Alemania no está por
la labor... por el momento. Si el Mecanismo de Estabilidad (Mede), que
será el fondo de rescate permanente, contara con una ficha bancaria,
podría acceder a la financiación del BCE, con lo que dispondría de más
recursos para ayudar a los países. Actualmente cuenta con 500.000
millones de euros.
Fuente: elEconomista.es
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