El plan que tiene Economía sobre la mesa para dar
salida los activos tóxicos -inmobiliarios principalmente- de la banca
española pasa por unificar en un mismo banco malo estatal los activos
inmobiliarios de las cuatro entidades controladas por el Estado y,
además, todas aquellas que sean recapitalizadas con cargo al fondo de
rescate europeo para la banca. Solo las nacionalizadas BFA-Bankia,
Novagalicia y Catalunya Caixa suman más de 50.000 viviendas en stock por un valor, a día de hoy poco claro por su continua devaluación, que rondaría los 15.000 millones de euros.
El día 24 el Consejo de Ministros dará luz
verde a esta agencia de gestión inmobiliaria, un organismo de enormes
proporciones que será el encargado de fijar los precios del mercado de
todos esos activos. De acuerdo con lo ocurrido en el caso irlandés,
podrían provocar caídas de entre el 50 y el 60 % sobre el precio actual,
según reconocen fuentes financieras. «El rescate europeo a la banca
española, supondrá un descenso adicional en el precio de la vivienda, ya
que lo que se persigue es el saneamiento de las entidades financieras
colocando dichos activos inmobiliarios en una gran agencia estatal a
precio de mercado a medio plazo, reconociendo las pérdidas de su cartera
inmobiliaria», explican.
No solo los bancos lo saben. También lo reconocen
en el sector inmobiliario. «Aquellas entidades que tengan que ser
rescatadas se verán obligadas a poner al día sus balances, y por
consiguiente, un abaratamiento de su stock de viviendas. Esto
llevará aparejado que particulares y profesionales se vean obligados
también a ajustar sus precios para competir con la oferta, por lo que
asegura que se podrán ver viviendas de segunda mano con rebajas de hasta
el 65 % respecto a niveles del 2006», aseguran los promotores.
Un desplome moderado
No será un desplome de precios brusco, sino moderado, porque según lo avanzado por el ministro de Economía, Luis de Guindos, el banco malo tendrá diez años de vida. Eso equivale a decir que el Gobierno se da un decenio de margen para pinchar la burbuja inmobiliaria, puesto que esta gran agencia inmobiliaria estatal va a disponer hasta el 2022 para vender los activos inmobiliarios tóxicos.
Pero además significa también que el Ejecutivo se
da un plazo considerable para solucionar la reestructuración del
sistema bancario puesto que la banca en apuros podrá aparcar en ese
banco malo «otros activos y créditos problemáticos» hasta el 2022, según
explican fuentes de Economía. Préstamos fallidos, a empresas, por
ejemplo.
Para pinchar la burbuja inmobiliaria, el Gobierno
confía en el funcionamiento y la financiación del banco malo, que
contará con una aportación de 25.000 millones de capital, con cargo al
fondo de rescate europeo. «Actuará como una sociedad de liquidación de
activos acumulando suelo y vivienda que pagará a los bancos con dinero
del FROB», afirma Economía, que aclara que ese dinero servirá para
sanear los balances bancarios y su financiación permitirá desinflar la
burbuja poco a poco.
El banco malo recibirá créditos a largo plazo
para pagar a la banca (con vencimientos hasta en 15 años) al tiempo que
recibirá ingresos a corto plazo al ir colocando suelo poco a poco,
evitando malvenderlo.
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