Renta fija pública
Patricia Pérez Zaragoza
Suiza, ejemplo de lo ultraseguro, "cobra"
casi medio punto porcentual a los inversores que adquieren bonos a dos
años. Es decir, sus activos arrojan rentabilidad negativa
El mercado de deuda pública es extremista. Con
la prima de riesgo española por encima de los 470 puntos y el bono a
diez años superando el 6 por ciento, a muchos puede parecerles
«extravagante» o cuanto menos extraño que haya países, como Suiza, cuyos bonos se negocian en negativo. Sorprendente pero cierto. En el país helvético, el inversor debe pagar porque le custodien su dinero. Sus bonos a dos años se negocian en el mercado secundario con un rendimiento negativo del -0,457 por ciento. El
dato impresiona: los inversores pierden medio punto porcentual de su
ahorro por refugiarlo en la deuda de este país. Por precio, la deuda
suiza a corto plazo se alza como la más cara del mundo.
Además, echando un breve vistazo a la estadística reciente llama la atención el encarecimiento que se ha producido en apenas dos meses: en abril, estos mismos títulos se negociaban al -0,12 por ciento. Está claro: el inversor más averso al riesgo sigue desconfiando de la situación actual y buscando refugios clásicos en los que resguardar su dinero. Las cifras de la economía suiza no dejan lugar a dudas de su esplendor: En 2011, la economía helvética se expandió un 1,9 por ciento. Para este año, el Fondo Monetario Internacional prevé una expansión del 0,8 por ciento y para 2013, del 1,7 por ciento. La tasa de desempleo se sitúa en el 3,2 por ciento de la población activa, una de las más bajas de toda Europa.
Los suizos, sin embargo, no son los únicos que pueden presumir de máxima eficiencia en la captación de fondos para financiar su propio Estado. En Dinamarca, los bonos a dos años también se negocian en negativo (al -0,13%). Al igual que en Suiza, los inversores están valorando la "calidad" de la economía danesa, lo que justifica que los precios de su deuda, al igual que su divisa (la corona danesa) estén al alza.
Alemania es la tercera en el ránking actual de deuda pública más cara a corto plazo. Sus bonos a dos años se estén negociando en el mercado secundario con una exigua rentabilidad del 0,06%. Dan menos, incluso, que los americanos, que rinden un 0,30%.
En general, los datos de a cómo pagan la deuda los Estados se pueden tomar como un termómetro de la percepción de solvencia que tiene el mercado de los diferentes países. Cuanto mayor sea el precio (y menor la rentabilidad de un activo), mayor seguridad. En la clasificación, los tres primeros puestos se quedan en el Viejo Continente, pero por detrás de ellos Asia reclama su hueco.
Tras Suiza, Finlandia y Alemania, las deudas más caras del mundo a corto plazo son las de Singapur (que da un interés del 0,09% en sus bonos a dos años), Japón (0,098%) y Hong Kong (0,14%). La prosperidad de estas economías (en el caso de Singapur y Hong Kong) y la férrea disciplina fiscal nipona justifican los datos. La floreciente Abu Dabi les sigue de cerca: paga el ahorro captado en bonos a corto plazo al 0,66%.
De vuelva a Europa, cabe destacar otra gran lista de países que no remuneran sus bonos a corto plazo ni siquiera al 1%: Finlandia da un interés del 0,15% en sus bonos a dos años, Holanda (0,19%), Austria (0,25%), Reino Unido (0,27%) y Francia (0,36%), según datos de Bloomberg. Todos estos ejemplos exponen que la rentabilidad está hoy reñida con la seguridad.
En cualquier caso, las locuras y curiosidades que arroja el mercado no concluyen ahí. Los bonos españoles a dos años (al 3,88%) son más rentables que los de Líbano (al 3,69%), lo que deja entrever que los inversores ven más riesgo en nuestra economía que en la del país asiático. La deuda española es también más rentable (por tanto, más barata en precio) que la de Israel (2,33%), Filipinas (3,029%), Tailandia (3,20%) o Corea del Sur (3,278%). Dicho de otro modo, al Estado español le cuesta más financiarse a corto plazo que al de los mencionados países asiáticos.
Algo más lógicos resultan los precios de economías en vías de desarrollo, como las de América Latina. Las deudas a corto de países como México, Chile, Brasil o Venezuela figuran entre las más caras del mundo. Los bonos a dos años rinden entre un 4,5% (como es el caso de la deuda mexicana) hasta un 8,5% (la venezolana).
Fuente: finanzas.com
Además, echando un breve vistazo a la estadística reciente llama la atención el encarecimiento que se ha producido en apenas dos meses: en abril, estos mismos títulos se negociaban al -0,12 por ciento. Está claro: el inversor más averso al riesgo sigue desconfiando de la situación actual y buscando refugios clásicos en los que resguardar su dinero. Las cifras de la economía suiza no dejan lugar a dudas de su esplendor: En 2011, la economía helvética se expandió un 1,9 por ciento. Para este año, el Fondo Monetario Internacional prevé una expansión del 0,8 por ciento y para 2013, del 1,7 por ciento. La tasa de desempleo se sitúa en el 3,2 por ciento de la población activa, una de las más bajas de toda Europa.
Los suizos, sin embargo, no son los únicos que pueden presumir de máxima eficiencia en la captación de fondos para financiar su propio Estado. En Dinamarca, los bonos a dos años también se negocian en negativo (al -0,13%). Al igual que en Suiza, los inversores están valorando la "calidad" de la economía danesa, lo que justifica que los precios de su deuda, al igual que su divisa (la corona danesa) estén al alza.
Alemania es la tercera en el ránking actual de deuda pública más cara a corto plazo. Sus bonos a dos años se estén negociando en el mercado secundario con una exigua rentabilidad del 0,06%. Dan menos, incluso, que los americanos, que rinden un 0,30%.
Termómetro de solvencia
En general, los datos de a cómo pagan la deuda los Estados se pueden tomar como un termómetro de la percepción de solvencia que tiene el mercado de los diferentes países. Cuanto mayor sea el precio (y menor la rentabilidad de un activo), mayor seguridad. En la clasificación, los tres primeros puestos se quedan en el Viejo Continente, pero por detrás de ellos Asia reclama su hueco.
Tras Suiza, Finlandia y Alemania, las deudas más caras del mundo a corto plazo son las de Singapur (que da un interés del 0,09% en sus bonos a dos años), Japón (0,098%) y Hong Kong (0,14%). La prosperidad de estas economías (en el caso de Singapur y Hong Kong) y la férrea disciplina fiscal nipona justifican los datos. La floreciente Abu Dabi les sigue de cerca: paga el ahorro captado en bonos a corto plazo al 0,66%.
De vuelva a Europa, cabe destacar otra gran lista de países que no remuneran sus bonos a corto plazo ni siquiera al 1%: Finlandia da un interés del 0,15% en sus bonos a dos años, Holanda (0,19%), Austria (0,25%), Reino Unido (0,27%) y Francia (0,36%), según datos de Bloomberg. Todos estos ejemplos exponen que la rentabilidad está hoy reñida con la seguridad.
España, peor que Líbano
En cualquier caso, las locuras y curiosidades que arroja el mercado no concluyen ahí. Los bonos españoles a dos años (al 3,88%) son más rentables que los de Líbano (al 3,69%), lo que deja entrever que los inversores ven más riesgo en nuestra economía que en la del país asiático. La deuda española es también más rentable (por tanto, más barata en precio) que la de Israel (2,33%), Filipinas (3,029%), Tailandia (3,20%) o Corea del Sur (3,278%). Dicho de otro modo, al Estado español le cuesta más financiarse a corto plazo que al de los mencionados países asiáticos.
Algo más lógicos resultan los precios de economías en vías de desarrollo, como las de América Latina. Las deudas a corto de países como México, Chile, Brasil o Venezuela figuran entre las más caras del mundo. Los bonos a dos años rinden entre un 4,5% (como es el caso de la deuda mexicana) hasta un 8,5% (la venezolana).
Fuente: finanzas.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario