"Es hora de decir que esta sociedad necesita espíritu crítico porque están destruyendo un país y no va a quedar ni la sombra de humo de lo que fue", ha afirmado Taibo en el discurso de clausura
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| Taibo II. / EFE |
La Semana Negra de Gijón ha clausurado hoy su vigésimo quinta edición
-aunque continúan las actividades hasta esta noche- con una llamada a la
"responsabilidad " de los escritores, artistas e intelectuales de
"pensamiento crítico", para que asuman un papel de vanguardia en la
defensa de los derechos sociales en riesgo por la crisis económica.
"Nos están dejando en los huesos, tenemos una responsabilidad con la sociedad y tenemos que cumplirla", ha dicho la escritora Cristina Fallarás al recibir esta mañana el "Rufo", un muñeco de cartón piedra que reproduce la figura de un detective, y el diploma que le acredita como ganadora del premio Dashiell Hamett de novela negra.
El fundador de la Semana Negra, creador del único festival literario del mundo que se celebra en una feria de atracciones, Paco Ignacio Taibo II, también se ha referido a la situación política y económica de España y ha defendido la necesidad de "más pensamiento crítico y compromiso social", como anticuerpos a los recortes de derechos y libertades.
"Es hora de decir que esta sociedad necesita espíritu crítico porque están destruyendo un país y no va a quedar ni la sombra de humo de lo que fue", ha afirmado Taibo en el discurso de clausura del festival.
Un antiguo astillero a orillas del Mar Cantábrico, donde hasta hace pocos años se registraron los más duros enfrentamientos entre trabajadores de las fuerzas de seguridad en jornadas de lucha por la defensa del sector naval, ha sido el escenario donde se han vivido una semana de diez días de fiesta y cultura.
Por el recinto han pasado más de un centenar de autores invitados que han participado en debates y otras actividades culturales y, como en años anteriores, también cientos de miles de visitantes.
El artista chileno Alejandro "Mono" González, fundador de la brigada Ramona Parra que hizo las pintadas callejeras en la campaña electoral del Frente de Unidad Popular y durante el gobierno de Salvador Allende, ha elaborado con un grupo de graffiteros locales un mural a la entrada del astillero.
La organización confía en que ni la Autoridad Portuaria de Gijón, propietaria del muro, ni el Ayuntamiento, cubran con capas de pintura la obra que ha dejado el artista chileno como "regalo a la ciudad".
Además de Cristina Fallarás, hoy han recibido sus galardones el argentino Guillermo Saccomano, que comparte el premio Rodolfo Walsh de literatura basada en hechos reales, con la mejicana Sanjuana Martínez.
Como en ediciones anteriores, la literatura iberoamericana más pegada a la realidad ha vuelto a convencer a los jurados de los premios, y otro argentino, Enrique Ferrari, ha ganado el Memorial Silverio Cañada, que se le da a la primera novela del genero negro que escribe un autor.
La Semana Negra ha finalizado con la incertidumbre sobre cual va a ser la ubicación que tendrá el año próximo, puesto que se espera la sentencia de un juez sobre la querella que ha presentado una asociación de vecinos molestos por los ruidos de la feria.
Sin embargo, se ha despejado la incógnita de la continuidad: el año próximo "en algún lugar" de Gijón se celebrará la XXVI edición, según han confirmado Taibo y la concejala Eva Illán.
La ceremonia de clausura se ha convertido en un homenaje de despedida a Taibo, alma mater del festival, que ha dejado el cargo de director y se "retirará gradualmente" de las tareas de organización para convertirse en un "autor invitado" que, según ha dicho, es lo que siempre quiso ser. EFE.
Fuente: lne.es
"Nos están dejando en los huesos, tenemos una responsabilidad con la sociedad y tenemos que cumplirla", ha dicho la escritora Cristina Fallarás al recibir esta mañana el "Rufo", un muñeco de cartón piedra que reproduce la figura de un detective, y el diploma que le acredita como ganadora del premio Dashiell Hamett de novela negra.
El fundador de la Semana Negra, creador del único festival literario del mundo que se celebra en una feria de atracciones, Paco Ignacio Taibo II, también se ha referido a la situación política y económica de España y ha defendido la necesidad de "más pensamiento crítico y compromiso social", como anticuerpos a los recortes de derechos y libertades.
"Es hora de decir que esta sociedad necesita espíritu crítico porque están destruyendo un país y no va a quedar ni la sombra de humo de lo que fue", ha afirmado Taibo en el discurso de clausura del festival.
Un antiguo astillero a orillas del Mar Cantábrico, donde hasta hace pocos años se registraron los más duros enfrentamientos entre trabajadores de las fuerzas de seguridad en jornadas de lucha por la defensa del sector naval, ha sido el escenario donde se han vivido una semana de diez días de fiesta y cultura.
Por el recinto han pasado más de un centenar de autores invitados que han participado en debates y otras actividades culturales y, como en años anteriores, también cientos de miles de visitantes.
El artista chileno Alejandro "Mono" González, fundador de la brigada Ramona Parra que hizo las pintadas callejeras en la campaña electoral del Frente de Unidad Popular y durante el gobierno de Salvador Allende, ha elaborado con un grupo de graffiteros locales un mural a la entrada del astillero.
La organización confía en que ni la Autoridad Portuaria de Gijón, propietaria del muro, ni el Ayuntamiento, cubran con capas de pintura la obra que ha dejado el artista chileno como "regalo a la ciudad".
Además de Cristina Fallarás, hoy han recibido sus galardones el argentino Guillermo Saccomano, que comparte el premio Rodolfo Walsh de literatura basada en hechos reales, con la mejicana Sanjuana Martínez.
Como en ediciones anteriores, la literatura iberoamericana más pegada a la realidad ha vuelto a convencer a los jurados de los premios, y otro argentino, Enrique Ferrari, ha ganado el Memorial Silverio Cañada, que se le da a la primera novela del genero negro que escribe un autor.
La Semana Negra ha finalizado con la incertidumbre sobre cual va a ser la ubicación que tendrá el año próximo, puesto que se espera la sentencia de un juez sobre la querella que ha presentado una asociación de vecinos molestos por los ruidos de la feria.
Sin embargo, se ha despejado la incógnita de la continuidad: el año próximo "en algún lugar" de Gijón se celebrará la XXVI edición, según han confirmado Taibo y la concejala Eva Illán.
La ceremonia de clausura se ha convertido en un homenaje de despedida a Taibo, alma mater del festival, que ha dejado el cargo de director y se "retirará gradualmente" de las tareas de organización para convertirse en un "autor invitado" que, según ha dicho, es lo que siempre quiso ser. EFE.
Fuente: lne.es
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