La presidenta Cristina Fernández de Kirchner
anunció la emisión de 20 millones de billetes con la cara de Eva Duarte
de Perón para conmemorar el 60 aniversario de su muerte. Pero el papel
moneda confeccionado tiene un fallo que impide que los cajeros
automáticos puedan expenderlo.
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| La presidenta argentina, Cristina Fernández, presentó el miércoles una edición especial de un billete de 100 pesos con el rostro de Eva Perón, en conmemoración por el sexagésimo aniversario de su muerte. En la imagen, foto a gran escala del billete de 100 pesos con el rostro de la ex primera dama Eva Perón, durante una ceremonia en el palacio presidencial la Casa Rosada, en Buenos Aires, el 25 de julio de 2012. REUTERS/Marcos Brindicci |
“Evita” sólo descansará en los bancos. Tras
empeñarse, pese a la controversia, "Voy a pedir, y no quiero entrar en
ninguna polémica, que las autoridades monetarias puedan arbitrar todas
las medidas legales para que éste sea el nuevo billete de 100 pesos", la
presidenta argentina se ha llevado un chasco con su capricho, recoge el diario La Nación.
Los nuevos billetes de 100 pesos con la cara de Eva Duarte de Perón tienen un fallo: son demasiado grandes y los cajeros automáticos no pueden leerlos.
La idea inicial era que todos estos billetes para recordar el 60º aniversario de la muerte de Evita fueran sólo para circulación conmemorativa.
Para la presidenta no era suficiente. Durante su discurso- homenaje en
el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada pidió que el nuevo papel
moneda remplazase a los de circulación actual, con la cara del
expresidente Julio Argentino Roca.
Además del tamaño, un informe de Banco Central argentino también
identifica otros pequeños fallos. Por todo ello, los billetes sólo
podrán repartirse entre “los tesoros o cajas de los bancos".
Quienes quieran hacerse con uno, deberán pasar por la ventanilla y
ponerse a la cola. Una medida que choca paradójicamente, desvela La Nación,
con la intensa campaña que estan haciendo los bancos argentinos para
que los ciudadanos dejasen de acudir a las entidades para sacar dinero y
utilizasen la red de canales automáticos por las grandes colas en las
sucursales.
Según el diario argentino, para el diseño de los billetes la Casa de
La Moneda se ha basado en un boceto de un papel que nunca llegó a
imprimirse diseñado en 1952, después de la exprimera dama.
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