La banca sana creará inmobiliarias especializadas para dar salida a sus activos adjudicados
Los fondos de Bruselas cambiarán la reestructuración de las cajas en apuros. Buena parte del dinero del Eurogrupo se destinará a crear un banco malo público que aglutine activos inmobiliarios procedentes de las entidades controladas por el FROB (Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia), según fuentes de Economía. Mientras, los bancos sanos sopesan crear inmobiliarias especializadas para desconsolidar y optimizar la venta de sus adjudicados.
Un 'banco malo' público se hará cargo del ladrillo de las cajas del FROB
. Vista de un edificio propiedad de Catalunya Caixa en el barrio de Ciudad Lineal de Madrid.
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M. M. Mendieta / E. G. Ercoreca - Madrid - 25/06/2012 - 07:00
Europa paga y Europa manda. El Eurogrupo tiene las ideas muy claras
de hacia dónde debe dirigirse la inyección de millones que recibirán los
bancos españoles: al saneamiento de las entidades con problemas, a
través de la creación de un banco malo.
A diferencia de lo que ha ocurrido hasta ahora, las entidades rescatadas o nacionalizadas no se venderán con un Esquema de Protección de Activos (EPA), que cubra las potenciales pérdidas que genere la cartera de activos problemáticos.
Según explican fuentes de Economía, a Bruselas "no le gusta el modelo EPA, y prefiere optar por la constitución de un banco malo" donde se acumulen todos los inmuebles de las cajas con problemas.
Este cambio en los criterios de liquidación de entidades es lo que ha provocado la suspensión de las subastas de Catalunya Caixa y Banco de Valencia, dos entidades controladas por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
A falta de que España formalice la petición al Eurogrupo de apoyo financiero para sus bancos -que ha ofrecido hasta 100.000 millones de euros-, la alternativa preferida por Bruselas para sanear el sector es forzar a los cuatro grupos controlados por el FROB (los dos citados, junto con Bankia y Novagalicia) a derivar a una sociedad pública de gestión de activos todos sus inmuebles, que absorbería buena parte del dinero solicitado. Juntas suman adjudicados por más de 15.600 millones.
Una vez que estas cuatro entidades hubieran saneado sus balances, el FROB podría retomar las ventas, aunque las condiciones serían muy distintas. Con el nuevo procedimiento de reestructuración, las entidades interesadas comprarían las cajas nacionalizadas limpias de activos tóxicos, pero sin ningún tipo de ayudas en forma de EPA.
A pesar de que el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, apuntó que alguna de estas cuatro entidades podría verse abocada a la liquidación, desde Economía se descarta por completo esta posibilidad "por ser la opción más cara".
Pero los inmuebles no son solo un problema de las entidades intervenidas. Los bancos y cajas viables también sienten su peso. Mientras estos activos adjudicados permanezcan en su balance, verán restringida su capacidad de dar crédito. Estas entidades barajan fórmulas para desconsolidar esos activos y maximizar el dinero que pueden lograr por ellos. Y parecen haber dado con una: crear inmobiliarias especializadas en cada clase de activo. El Real Decreto 18/2012 exige desde el pasado mayo a todos los bancos traspasar a sociedades anónimas los inmuebles que se adjudican fruto de las daciones en pago y de los embargos. Esto no supuso una gran novedad para el sector porque casi todas las entidades han constituido inmobiliarias para agilizar la gestión, desarrollo, reforma y venta de los activos que reciben. Pero ahora, las entidades darán una vuelta de tuerca a estas firmas. Según explica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG, "es probable que cada entidad disponga de varios vehículos perfilados por tipología de activo".
Las entidades han visto que es imposible vender todos sus inmuebles en bloque sin aplicarles descuentos que generen pérdidas importantes. Por esta razón, barajan la idea de constituir inmobiliarias para cada tipo de activo. Por ejemplo, una sociedad para centros comerciales, otra para naves industriales, una tercera para promociones y otra para el suelo. Esta fórmula facilitaría la llegada de inversores especializados.
Una de las metas que tienen los bancos es desconsolidar sus inmuebles. Para ello, además de transferirlos a una inmobiliaria, deben perder el control y la gestión de esa sociedad. Y aquí, como recuerda Uría, surge otra posibilidad: que varias entidades formen sociedades compartidas, de forma que todos diluyan su participación. Mientras, un tercero podría hacerse cargo de la administración del día a día. No obstante, como destaca el experto de KPMG, "los criterios que permitirán la desconsolidación de los activos aún están pendientes de algún tipo de comunicación o circular del Banco de España".
Fuente: Cinco Días
A diferencia de lo que ha ocurrido hasta ahora, las entidades rescatadas o nacionalizadas no se venderán con un Esquema de Protección de Activos (EPA), que cubra las potenciales pérdidas que genere la cartera de activos problemáticos.
Según explican fuentes de Economía, a Bruselas "no le gusta el modelo EPA, y prefiere optar por la constitución de un banco malo" donde se acumulen todos los inmuebles de las cajas con problemas.
Este cambio en los criterios de liquidación de entidades es lo que ha provocado la suspensión de las subastas de Catalunya Caixa y Banco de Valencia, dos entidades controladas por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
A falta de que España formalice la petición al Eurogrupo de apoyo financiero para sus bancos -que ha ofrecido hasta 100.000 millones de euros-, la alternativa preferida por Bruselas para sanear el sector es forzar a los cuatro grupos controlados por el FROB (los dos citados, junto con Bankia y Novagalicia) a derivar a una sociedad pública de gestión de activos todos sus inmuebles, que absorbería buena parte del dinero solicitado. Juntas suman adjudicados por más de 15.600 millones.
Una vez que estas cuatro entidades hubieran saneado sus balances, el FROB podría retomar las ventas, aunque las condiciones serían muy distintas. Con el nuevo procedimiento de reestructuración, las entidades interesadas comprarían las cajas nacionalizadas limpias de activos tóxicos, pero sin ningún tipo de ayudas en forma de EPA.
A pesar de que el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, apuntó que alguna de estas cuatro entidades podría verse abocada a la liquidación, desde Economía se descarta por completo esta posibilidad "por ser la opción más cara".
Inmobiliarias ad hoc
Pero los inmuebles no son solo un problema de las entidades intervenidas. Los bancos y cajas viables también sienten su peso. Mientras estos activos adjudicados permanezcan en su balance, verán restringida su capacidad de dar crédito. Estas entidades barajan fórmulas para desconsolidar esos activos y maximizar el dinero que pueden lograr por ellos. Y parecen haber dado con una: crear inmobiliarias especializadas en cada clase de activo. El Real Decreto 18/2012 exige desde el pasado mayo a todos los bancos traspasar a sociedades anónimas los inmuebles que se adjudican fruto de las daciones en pago y de los embargos. Esto no supuso una gran novedad para el sector porque casi todas las entidades han constituido inmobiliarias para agilizar la gestión, desarrollo, reforma y venta de los activos que reciben. Pero ahora, las entidades darán una vuelta de tuerca a estas firmas. Según explica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG, "es probable que cada entidad disponga de varios vehículos perfilados por tipología de activo".
Las entidades han visto que es imposible vender todos sus inmuebles en bloque sin aplicarles descuentos que generen pérdidas importantes. Por esta razón, barajan la idea de constituir inmobiliarias para cada tipo de activo. Por ejemplo, una sociedad para centros comerciales, otra para naves industriales, una tercera para promociones y otra para el suelo. Esta fórmula facilitaría la llegada de inversores especializados.
Una de las metas que tienen los bancos es desconsolidar sus inmuebles. Para ello, además de transferirlos a una inmobiliaria, deben perder el control y la gestión de esa sociedad. Y aquí, como recuerda Uría, surge otra posibilidad: que varias entidades formen sociedades compartidas, de forma que todos diluyan su participación. Mientras, un tercero podría hacerse cargo de la administración del día a día. No obstante, como destaca el experto de KPMG, "los criterios que permitirán la desconsolidación de los activos aún están pendientes de algún tipo de comunicación o circular del Banco de España".
Fuente: Cinco Días
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