Dudas sobre España
El deterioro de la actividad económica, el caos en Grecia, la salud de la banca y los sobresaltos de las cuentas públicas han desatado las dudas sobre España.
Fernando Martínez - 02/06/2012 - 07:00
El foco de los mercados está centrado en España con más intensidad
que nunca desde que empezó la crisis, hace ya cuatro años. La economía
española es vista como un eslabón problemáticamente débil dentro de la
frágil cadena que vincula a los países del euro. La prima de riesgo está
consolidada por encima de los 530 puntos, comprometiendo la capacidad
de financiación del Estado y en cascada, la de las empresas españolas.
La Bolsa es el farolillo rojo de Europa, con una caída acumulada cercana
al 30%. La sangría no cesa.
El Gobierno de Mariano Rajoy se estrenó con una batería de reformas fiscales y laborales que le hicieron ganar crédito ante el compromiso decidido para atajar el déficit público. Ese aval empezó a diluirse cuando el Ejecutivo revisó por sorpresa los datos déficit de 2011 del 6% al 8,5% y luego decidió sin consultar con sus socios que no cumpliría los objetivos. Bruselas aceptó finalmente suavizar la meta del 4,4% al 5,3%. Pero la nueva corrección del déficit de 2011 hasta el 8,9%, realizada en mayo, ha sido la puntilla. La convicción generalizada es que España será incapaz de cumplir sus objetivos y negocia ahora un nuevo aplazamiento.
El saneamiento del sector financiero es la otra clave de la desconfianza: ha pasado de presumir de solvencia a estar bajo sospecha permanente. El Gobierno ha aprobado dos reales decretos que obligarán a hacer 80.000 millones de euros en provisiones. Pero la sorpresiva nacionalización de Bankia, que requiere 19.000 millones, ha despertado todas las alarmas. Crece el temor ante el posible agujero que descubran las auditorías que están llevando a cabo Oliver Wyman y Roland Berger.
Y todo esto en un entorno económico devastador, con una tasa de paro del 24,3% y una previsión oficial de contracción del PIB del 1,7%.
El Gobierno busca evitar a toda costa la ayuda europea, que tendría todo el estigma de una intervención. La tesis oficial es que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) acuda al mercado para captar los 19.000 millones de euros necesarios para recapitalizar el grupo BFA-Bankia. No se descarta incluso que esta fórmula se haga a tramos. En lugar de financiarse de una sola vez, ir entrando puntualmente cuando haya ventanas de oportunidad (cuando la presión ceda en el mercado). Una de las fórmulas iniciales barajaba la posibilidad de que el Estado entregase títulos de deuda a la entidad financiera a cambio de capital y que luego el banco utilizara esos títulos como colateral ante el BCE para obtener financiación. La autoridad central negó de plano esa posibilidad, nunca expresada oficialmente por el Ejecutivo, que habría resultado más económica.
Se impone ahora buscar otras opciones. Muchos expertos insisten en que Moncloa acuda directamente al fondo de rescate de la UE. Está contemplada la posibilidad de que estos recursos se empleen para recapitalizar bancos, pero la fórmula actual tiene el siguiente condicionamiento: lo ha de solicitar el Gobierno y debe indicar qué entidades necesitan los recursos. Eso implica que sería el Ejecutivo el responsable directo ante Bruselas, que no entregaría esa ayuda como un cheque en blanco, sino a cambio de ciertas condiciones de política fiscal y económica. Es decir, una intervención en toda regla, adoptase el nombre que adoptase. La solución ideal sigue siendo el rescate financiero vía nacional y no comunitaria.
El Gobierno ha presentado este año dos reales decretos que obligarán a hacer unas provisiones totales por un valor superior a los 80.000 millones de euros. Más allá de estas cifras oficiales, aún está por ver las conclusiones que las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman hagan durante las próximas semanas de las pruebas de resistencia a las que están sometiendo a toda la cartera crediticia de la banca. El temor del mercado es a cuánto ascenderá la cuantía de las necesidades adicionales de capital que detecten las dos consultoras.
El sector financiero insiste en que BFA-Bankia no puede ser tomada como referencia, dado que su cartera de créditos fallidos vinculados al sector inmobiliario es extraordinariamente elevada, ya que aproximadamente un 73% de sus préstamos respaldados por el ladrillo son de riesgo. Dado que BFA-Bankia representa un quinto del sector financiero y ha pedido 19.000 millones, la extrapolación directa arrojaría unas necesidades de capital totales próximas a los 100.000 millones de euros. Sin embargo, todos los expertos coinciden en que las cifras serán inferiores. Morgan Stanley calcula que el sector tendrá unas necesidades de capital de entre 45.000 y 55.000 millones. Esa cifra corresponde al peor escenario posible, en el que la morosidad se dispararía sustancialmente. Sin embargo, Morgan Stanley aconseja que los bancos se refuercen igualmente con esas cifras de capital, ante la volatilidad del mercado.
Todos los expertos consultados por este periódico coinciden en que las cifras actuales no respaldan la necesidad de una intervención exterior en el sistema financiero español. El problema es que existen dudas muy grandes acerca de cuáles son las necesidades reales de capital de la banca, habida cuenta del constante deterioro de los activos en un entorno de recesión económica. Es, precisamente, esa incertidumbre la que está penalizando tanto a los activos españoles (deuda o renta variable) en los mercados financieros. Otra de las críticas que se hacen al Ejecutivo es que ha centrado su actividad de saneamiento de la banca en el crédito inmobiliario, sin tener en cuenta los problemas que pueden atravesar otras partidas, como el crédito a empresas y particulares. De hecho, HSBC calcula que solo para estos dos sectores serán necesarias provisiones adicionales por un importe superior a los 23.000 millones de euros entre los años 2012 y 2013.
El actual fondo de rescate, el FEEF será sustituido por un mecanismo permanente, el MEDE, que debería entrar en vigor el próximo 1 de julio y que está dotado con medio billón de euros. La posibilidad de que las entidades entren individualmente bajo el paraguas del fondo requiere cambios legislativos que precisan de la aprobación de los 17 miembros del área euro. En conclusión, es un proceso lento, demasiado lento para la velocidad del mercado. El Gobierno se ha comprometido a evitar la intervención de Bruselas. Podría hacerlo, pero para eso es preciso una relajación sustancial de la prima de riesgo, algo que ahora mismo no se vislumbra.
Esta misma semana se han publicado los datos de la balanza de pagos correspondientes al mes de marzo, que reflejan una salida de capitales de España por un valor de 67.000 millones de euros, el peor dato desde que hay estadísticas. Recurrentemente, surge el tema del miedo a una restricción de movimientos de capital en las cuentas de ahorro del sistema financiero español. Esa posibilidad, sin embargo, no está autorizada dentro de la UE, salvo que concurran circunstancias graves, de un tenor similar al del estallido de un conflicto bélico. O sea, en condiciones normales, no es posible imponer un corralito financiero. Se trata de un término importado de la crisis argentina de comienzos de la década pasada, cuando el Gobierno de Buenos Aires prohibió la retirada de dinero, tras aprobar la conversión forzosa de los depósitos en un nuevo peso argentino, con un tipo de cambio sustancialmente inferior al previo, que establecía una paridad uno a uno entre el dólar y el peso. Un corralito en España solo se decretaría si se abandonara el euro y se regresara a la peseta, con la inevitable devaluación de la moneda. Se trata de un escenario tan caótico que supondría directamente el fin del proyecto de la moneda única y abriría la puerta a una nueva crisis económica y financiera global de efectos imprevisibles.
La prima de riesgo está en el entorno de los 530 puntos. Esto significa que la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y el alemán (considerado como el activo libre de riesgo) es exactamente de 5,3 puntos porcentuales; un 6,5% frente a un 1,16%. Cuanto más elevado es el interés, más difícil es financiarse a largo plazo. El recurso de financiarse a corto tiene el inconveniente de la necesidad de tener que acudir al mercado constantemente. Pero es que además los tramos más cortos también se están encareciendo mucho. Las letras a tres meses ya rentan un 1,28% y para los títulos a un año se pide un 4,2%. Todo esto dificulta la financiación privada, pues se exigen más intereses que al Estado, considerado más solvente, o directamente se cierra el mercado.
La renta variable es el activo más líquido, el más fácil de comprar y vender, y, en consecuencia, el que más sufre cuando el pánico se instala en los mercados. La condición de internacional y de negocio diversificado de una buena parte de las empresas del Ibex no parece que esté impresionando demasiado a los inversores. El Ibex acumula en lo que va de año un retroceso del orden del 30%. Desde el cambio de Gobierno, la capitalización del selectivo ha descendido en 76.215 millones de euros. No solo se trata de las depreciaciones de los valores, cuyas pérdidas no se materializan hasta que no se vende el título; es que todas las compañías se están viendo obligadas a recortar el dividendo. Europa entera se ha visto arrastrada por la crisis. Solo el Dax está en positivo en el año, pero este índice ya ha descendido ya más de un 15% desde los máximos de marzo.
Ninguno de los refugios tradicionales está funcionado. El oro cae un 9% desde los máximos de febrero y el euro y el petróleo han caído un 8% y un 22% respectivamente desde fechas similares. Solo están siendo efectivos los bonos soberanos de determinados países. Los bonos suecos y británicos cotizan ya a más de 20 puntos por encima de su valor nominal. La rentabilidad del bund alemán a 10 años es históricamente baja: un 1,16%.
La puesta en marcha por voluntad propia de medidas ortodoxas para atajar el gasto público ha permitido a Mariano Rajoy eludir el aislamiento en el que se encontraba su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Moncloa ha cometido dos errores que han debilitado su posición. En primer lugar, revisar al alza el objetivo de déficit sin tener en cuenta la opinión de sus socios. En segundo término, decidir la nacionalización de Bankia y una inyección sustancial de capital sin abrir un diálogo con el BCE (Banco Central Europeo) para consensuar una solución que fuera aceptable por la autoridad central. Por otra parte, la incapacidad del Gobierno para impulsar una reforma decidida del sector financiero que ponga fin a la cascada de rumores e incertidumbres sobre la solvencia de la industria bancaria ha terminado agotando la paciencia de Bruselas, que ha impuesto la figura de dos consultoras externas para delimitar el perímetro del agujero inmobiliario. El Gobierno cifra los activos problemáticos directamente vinculados al ladrillo en 184.000 millones; pero el deterioro económico puede hacer aumentar la partida rápidamente.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha recalcado que la autoridad monetaria no está para llenar el vacío provocado por la inacción de los Gobiernos, ni tampoco para bajar las primas de riesgo. Sin embargo, este mismo viernes, en el mercado cundió rápidamente el rumor de que el BCE estaba realizando compras de bonos públicos italianos y españoles. El efecto fue inmediato en la prima de riesgo española, que pasó en cuestión de minutos de 540 a 527 puntos, aunque luego volvió a reanudar su senda ascendente. Los expertos consideran que solo una intervención coordinada del BCE y la Comisión Europea puede detener el ataque de los mercados financieros a los activos españoles. La autoridad monetaria ha invertido 210.000 millones en el programa de estabilización de deuda, en vigor desde mayo de 2010. La cifra contrasta con la de la Fed de EE UU, que ha empleado dos billones de dólares en estabilizar la economía americana. Tras haber inyectado un billón de euros en préstamos a los bancos, en dos tandas, en diciembre y febrero, el BCE rechaza hacer una tercera ronda de liquidez.
La posibilidad de que Grecia salga del euro es una mera conjetura y no es el escenario principal de las firmas de análisis. Los sondeos previos a las elecciones del próximo 17 de junio varían cada día, pero en términos generales, los ganadores serán el socialista Pasok y el partido de extrema izquierda Syriza, que no es partidario de salirse del euro, sino de renegociar los términos del acuerdo firmado con la troika (la UE, el BCE y el FMI). Pese a la mala situación económica, el déficit primario (excluido el gasto en el pago de intereses) es cada vez menor y el FMI estima ahora que se situará en el 1% del PIB, frente al 10,4% de 2009. El principal temor es que una eventual salida de Grecia del euro provoque una huida masiva de depósitos bancarios en otros países bajo presión, como Portugal, Italia y la propia España. El gran peligro es que no existen verdaderos referentes históricos para vislumbrar qué sucedería en una crisis de esta magnitud.
Fuente: Cinco Días.com
1 ¿Cómo se ha llegado a una situación de crisis tan grave?
El Gobierno de Mariano Rajoy se estrenó con una batería de reformas fiscales y laborales que le hicieron ganar crédito ante el compromiso decidido para atajar el déficit público. Ese aval empezó a diluirse cuando el Ejecutivo revisó por sorpresa los datos déficit de 2011 del 6% al 8,5% y luego decidió sin consultar con sus socios que no cumpliría los objetivos. Bruselas aceptó finalmente suavizar la meta del 4,4% al 5,3%. Pero la nueva corrección del déficit de 2011 hasta el 8,9%, realizada en mayo, ha sido la puntilla. La convicción generalizada es que España será incapaz de cumplir sus objetivos y negocia ahora un nuevo aplazamiento.
El saneamiento del sector financiero es la otra clave de la desconfianza: ha pasado de presumir de solvencia a estar bajo sospecha permanente. El Gobierno ha aprobado dos reales decretos que obligarán a hacer 80.000 millones de euros en provisiones. Pero la sorpresiva nacionalización de Bankia, que requiere 19.000 millones, ha despertado todas las alarmas. Crece el temor ante el posible agujero que descubran las auditorías que están llevando a cabo Oliver Wyman y Roland Berger.
Y todo esto en un entorno económico devastador, con una tasa de paro del 24,3% y una previsión oficial de contracción del PIB del 1,7%.
2 ¿De qué manera se puede ejecutar el rescate de Bankia?
El Gobierno busca evitar a toda costa la ayuda europea, que tendría todo el estigma de una intervención. La tesis oficial es que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) acuda al mercado para captar los 19.000 millones de euros necesarios para recapitalizar el grupo BFA-Bankia. No se descarta incluso que esta fórmula se haga a tramos. En lugar de financiarse de una sola vez, ir entrando puntualmente cuando haya ventanas de oportunidad (cuando la presión ceda en el mercado). Una de las fórmulas iniciales barajaba la posibilidad de que el Estado entregase títulos de deuda a la entidad financiera a cambio de capital y que luego el banco utilizara esos títulos como colateral ante el BCE para obtener financiación. La autoridad central negó de plano esa posibilidad, nunca expresada oficialmente por el Ejecutivo, que habría resultado más económica.
Se impone ahora buscar otras opciones. Muchos expertos insisten en que Moncloa acuda directamente al fondo de rescate de la UE. Está contemplada la posibilidad de que estos recursos se empleen para recapitalizar bancos, pero la fórmula actual tiene el siguiente condicionamiento: lo ha de solicitar el Gobierno y debe indicar qué entidades necesitan los recursos. Eso implica que sería el Ejecutivo el responsable directo ante Bruselas, que no entregaría esa ayuda como un cheque en blanco, sino a cambio de ciertas condiciones de política fiscal y económica. Es decir, una intervención en toda regla, adoptase el nombre que adoptase. La solución ideal sigue siendo el rescate financiero vía nacional y no comunitaria.
3 ¿Necesitará inyecciones de capital el resto de la banca?
El Gobierno ha presentado este año dos reales decretos que obligarán a hacer unas provisiones totales por un valor superior a los 80.000 millones de euros. Más allá de estas cifras oficiales, aún está por ver las conclusiones que las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman hagan durante las próximas semanas de las pruebas de resistencia a las que están sometiendo a toda la cartera crediticia de la banca. El temor del mercado es a cuánto ascenderá la cuantía de las necesidades adicionales de capital que detecten las dos consultoras.
El sector financiero insiste en que BFA-Bankia no puede ser tomada como referencia, dado que su cartera de créditos fallidos vinculados al sector inmobiliario es extraordinariamente elevada, ya que aproximadamente un 73% de sus préstamos respaldados por el ladrillo son de riesgo. Dado que BFA-Bankia representa un quinto del sector financiero y ha pedido 19.000 millones, la extrapolación directa arrojaría unas necesidades de capital totales próximas a los 100.000 millones de euros. Sin embargo, todos los expertos coinciden en que las cifras serán inferiores. Morgan Stanley calcula que el sector tendrá unas necesidades de capital de entre 45.000 y 55.000 millones. Esa cifra corresponde al peor escenario posible, en el que la morosidad se dispararía sustancialmente. Sin embargo, Morgan Stanley aconseja que los bancos se refuercen igualmente con esas cifras de capital, ante la volatilidad del mercado.
4 ¿Hay peligro de intervención en la banca española?
Todos los expertos consultados por este periódico coinciden en que las cifras actuales no respaldan la necesidad de una intervención exterior en el sistema financiero español. El problema es que existen dudas muy grandes acerca de cuáles son las necesidades reales de capital de la banca, habida cuenta del constante deterioro de los activos en un entorno de recesión económica. Es, precisamente, esa incertidumbre la que está penalizando tanto a los activos españoles (deuda o renta variable) en los mercados financieros. Otra de las críticas que se hacen al Ejecutivo es que ha centrado su actividad de saneamiento de la banca en el crédito inmobiliario, sin tener en cuenta los problemas que pueden atravesar otras partidas, como el crédito a empresas y particulares. De hecho, HSBC calcula que solo para estos dos sectores serán necesarias provisiones adicionales por un importe superior a los 23.000 millones de euros entre los años 2012 y 2013.
El actual fondo de rescate, el FEEF será sustituido por un mecanismo permanente, el MEDE, que debería entrar en vigor el próximo 1 de julio y que está dotado con medio billón de euros. La posibilidad de que las entidades entren individualmente bajo el paraguas del fondo requiere cambios legislativos que precisan de la aprobación de los 17 miembros del área euro. En conclusión, es un proceso lento, demasiado lento para la velocidad del mercado. El Gobierno se ha comprometido a evitar la intervención de Bruselas. Podría hacerlo, pero para eso es preciso una relajación sustancial de la prima de riesgo, algo que ahora mismo no se vislumbra.
5 ¿Existe riesgo de un 'corralito' bancario en España?
Esta misma semana se han publicado los datos de la balanza de pagos correspondientes al mes de marzo, que reflejan una salida de capitales de España por un valor de 67.000 millones de euros, el peor dato desde que hay estadísticas. Recurrentemente, surge el tema del miedo a una restricción de movimientos de capital en las cuentas de ahorro del sistema financiero español. Esa posibilidad, sin embargo, no está autorizada dentro de la UE, salvo que concurran circunstancias graves, de un tenor similar al del estallido de un conflicto bélico. O sea, en condiciones normales, no es posible imponer un corralito financiero. Se trata de un término importado de la crisis argentina de comienzos de la década pasada, cuando el Gobierno de Buenos Aires prohibió la retirada de dinero, tras aprobar la conversión forzosa de los depósitos en un nuevo peso argentino, con un tipo de cambio sustancialmente inferior al previo, que establecía una paridad uno a uno entre el dólar y el peso. Un corralito en España solo se decretaría si se abandonara el euro y se regresara a la peseta, con la inevitable devaluación de la moneda. Se trata de un escenario tan caótico que supondría directamente el fin del proyecto de la moneda única y abriría la puerta a una nueva crisis económica y financiera global de efectos imprevisibles.
6 ¿Qué consecuencias tiene una prima de riesgo tan elevada?
La prima de riesgo está en el entorno de los 530 puntos. Esto significa que la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y el alemán (considerado como el activo libre de riesgo) es exactamente de 5,3 puntos porcentuales; un 6,5% frente a un 1,16%. Cuanto más elevado es el interés, más difícil es financiarse a largo plazo. El recurso de financiarse a corto tiene el inconveniente de la necesidad de tener que acudir al mercado constantemente. Pero es que además los tramos más cortos también se están encareciendo mucho. Las letras a tres meses ya rentan un 1,28% y para los títulos a un año se pide un 4,2%. Todo esto dificulta la financiación privada, pues se exigen más intereses que al Estado, considerado más solvente, o directamente se cierra el mercado.
7 ¿Cuáles son las repercusiones en clave de inversión?
La renta variable es el activo más líquido, el más fácil de comprar y vender, y, en consecuencia, el que más sufre cuando el pánico se instala en los mercados. La condición de internacional y de negocio diversificado de una buena parte de las empresas del Ibex no parece que esté impresionando demasiado a los inversores. El Ibex acumula en lo que va de año un retroceso del orden del 30%. Desde el cambio de Gobierno, la capitalización del selectivo ha descendido en 76.215 millones de euros. No solo se trata de las depreciaciones de los valores, cuyas pérdidas no se materializan hasta que no se vende el título; es que todas las compañías se están viendo obligadas a recortar el dividendo. Europa entera se ha visto arrastrada por la crisis. Solo el Dax está en positivo en el año, pero este índice ya ha descendido ya más de un 15% desde los máximos de marzo.
Ninguno de los refugios tradicionales está funcionado. El oro cae un 9% desde los máximos de febrero y el euro y el petróleo han caído un 8% y un 22% respectivamente desde fechas similares. Solo están siendo efectivos los bonos soberanos de determinados países. Los bonos suecos y británicos cotizan ya a más de 20 puntos por encima de su valor nominal. La rentabilidad del bund alemán a 10 años es históricamente baja: un 1,16%.
8¿Cuál es la posición política de España dentro de Bruselas?
La puesta en marcha por voluntad propia de medidas ortodoxas para atajar el gasto público ha permitido a Mariano Rajoy eludir el aislamiento en el que se encontraba su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Moncloa ha cometido dos errores que han debilitado su posición. En primer lugar, revisar al alza el objetivo de déficit sin tener en cuenta la opinión de sus socios. En segundo término, decidir la nacionalización de Bankia y una inyección sustancial de capital sin abrir un diálogo con el BCE (Banco Central Europeo) para consensuar una solución que fuera aceptable por la autoridad central. Por otra parte, la incapacidad del Gobierno para impulsar una reforma decidida del sector financiero que ponga fin a la cascada de rumores e incertidumbres sobre la solvencia de la industria bancaria ha terminado agotando la paciencia de Bruselas, que ha impuesto la figura de dos consultoras externas para delimitar el perímetro del agujero inmobiliario. El Gobierno cifra los activos problemáticos directamente vinculados al ladrillo en 184.000 millones; pero el deterioro económico puede hacer aumentar la partida rápidamente.
9 ¿Qué papel puede jugar el BCE en la crisis?
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha recalcado que la autoridad monetaria no está para llenar el vacío provocado por la inacción de los Gobiernos, ni tampoco para bajar las primas de riesgo. Sin embargo, este mismo viernes, en el mercado cundió rápidamente el rumor de que el BCE estaba realizando compras de bonos públicos italianos y españoles. El efecto fue inmediato en la prima de riesgo española, que pasó en cuestión de minutos de 540 a 527 puntos, aunque luego volvió a reanudar su senda ascendente. Los expertos consideran que solo una intervención coordinada del BCE y la Comisión Europea puede detener el ataque de los mercados financieros a los activos españoles. La autoridad monetaria ha invertido 210.000 millones en el programa de estabilización de deuda, en vigor desde mayo de 2010. La cifra contrasta con la de la Fed de EE UU, que ha empleado dos billones de dólares en estabilizar la economía americana. Tras haber inyectado un billón de euros en préstamos a los bancos, en dos tandas, en diciembre y febrero, el BCE rechaza hacer una tercera ronda de liquidez.
10 ¿Saldrá Grecia del euro y con qué consecuencias?
La posibilidad de que Grecia salga del euro es una mera conjetura y no es el escenario principal de las firmas de análisis. Los sondeos previos a las elecciones del próximo 17 de junio varían cada día, pero en términos generales, los ganadores serán el socialista Pasok y el partido de extrema izquierda Syriza, que no es partidario de salirse del euro, sino de renegociar los términos del acuerdo firmado con la troika (la UE, el BCE y el FMI). Pese a la mala situación económica, el déficit primario (excluido el gasto en el pago de intereses) es cada vez menor y el FMI estima ahora que se situará en el 1% del PIB, frente al 10,4% de 2009. El principal temor es que una eventual salida de Grecia del euro provoque una huida masiva de depósitos bancarios en otros países bajo presión, como Portugal, Italia y la propia España. El gran peligro es que no existen verdaderos referentes históricos para vislumbrar qué sucedería en una crisis de esta magnitud.
Fuente: Cinco Días.com
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