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sábado, 2 de junio de 2012

Banca: ¿Más conejos de la chistera?

01.06.2012 Mª del Mar Verdet
 
Las noticias sobre la reforma del sistema bancario se suceden sin tiempo para digerirlas.

Desde que el 11 de mayo pasado se publicara el segundo real decreto de saneamiento del sector financiero (Real Decreto-ley 18/2012 sobre saneamiento y venta de los activos inmobiliarios del sector financiero) se han ido solapando las informaciones relacionadas con el sector bancario, protagonizadas por la intervención y las necesidades de financiación de Bankia, y secundadas por la valoración de los activos de la banca por consultoras externas, el aplazamiento de la subasta de CatalunyaCaixa o el incremento de la prima de riesgo. Tal es la velocidad de los acontecimientos que incluso se está hablando de un futuro tercer saneamiento sin que el segundo haya llegado a adquirir siquiera la categoría de trending topic. Tal aluvión de información nos ha impedido analizar con un poco más de detenimiento los posibles efectos de esta segunda reforma, más allá de Bankia. Vamos pues a darle una rápida ojeada.

La principal novedad del segundo real decreto de saneamiento del sector financiero es el establecimiento de requerimientos de cobertura adicionales a las entidades de crédito para cubrir el deterioro de las financiaciones no problemáticas vinculadas a la actividad inmobiliaria. Las entidades deben cumplir con estos requerimientos antes del 31 de diciembre de este año (a excepción de las que se encuentren inmersas en procesos de integración, que dispondrán de más tiempo). A tal fin, deben presentar al Banco de España, antes del próximo día 11 de este mes, un plan en el que detallen las medidas previstas para dar cumplimiento a los nuevos requerimientos en el que deben incluir un programa de desinversión de los activos relacionados con riesgos inmobiliarios. Si del plan resulta que, una vez constituidas las provisiones, la entidad puede incurrir en déficit de capital o recursos propios, dicho plan deberá incluir las medidas propuestas para evitarlo. El Banco de España deberá autorizar el plan y podrá imponer, si así lo considera, medidas adicionales, en particular la solicitud de apoyo financiero del Frob.

La otra novedad destacada es la creación de una sociedad de gestión de activos a la que las entidades deberán aportar todos sus inmuebles adjudicados o recibidos en pago de deudas relacionadas con el suelo para la promoción inmobiliaria y con las construcciones o promociones inmobiliarias (el famoso ‘banco malo’). La valoración de los inmuebles aportados deberá ajustarse a la realidad del mercado (valor razonable o, en su defecto, valor en libros tomando en consideración las nuevas provisiones adicionales) y la gestión de estas sociedades deberá profesionalizarse. Además, las sociedades de gestión de activos dependientes de aquellas entidades que requieran apoyo financiero deberán enajenar a terceros anualmente al menos el 5% de los activos. Esta medida se acompaña, además, de otras medidas de exención fiscal para apoyar la adquisición de estos inmuebles.

Disipar incertidumbres

La finalidad pretendida con estas medidas es la de lograr el saneamiento de las entidades de crédito mediante la disminución de su exposición al sector inmobiliario, con el objeto de disipar las incertidumbres sobre el sector financiero español y recuperar la confianza de los mercados y la canalización del crédito a la economía real. ¿Pero va a ser esto realmente posible? Dado que muchas entidades van a necesitar apoyo financiero para poder cumplir con los requerimientos de cobertura adicionales, es de prever que a partir de 31 de diciembre de este año los precios de los inmuebles se reduzcan sensiblemente y se reactive (si no mucho, al menos algo) el mercado inmobiliario, actualmente inerte. Ahora bien, esta reactivación parece difícil si tenemos en cuenta la elevada tasa de desempleo y la falta de crédito para financiar adquisiciones inmobiliarias (aunque si los inmuebles proceden de la cartera de una entidad bancaria, la concesión del crédito está prácticamente asegurada). Sea como sea, se trata de que las entidades suelten el lastre inmobiliario, liberando así las provisiones asociadas al mismo y facilitando la fluidez del crédito.

Parece ser que los mercados no confían mucho en esta reforma, y así lo demuestran con el incremento constante de la prima de riesgo. Y todo ello azuzado por el descrédito del Banco de España, al que en su día le crecieron los enanos (o mejor dicho, los inspectores) y con los datos en la mano no supo prever ni gestionar la situación, viéndose ahora sustituido por un ministro de Economía que dirige bajo su batuta una reforma por fascículos cuya trama parece encontrarse permanentemente al borde del desenlace. El devenir de los acontecimientos dirá si es necesario un tercer conejo de la chistera del Ministerio de Economía en forma de nuevo saneamiento.
Fuente: Expansión.com

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