Domingo, 19 de febrero de 2012
El mercado inmobiliario podrá estar golpeado por la crisis en muchas partes del mundo, y algunas ciudades de América Latina no son la excepción, pero los multimillonarios continúan gastándose sumas desorbitantes en nuevas propiedades.
Se especula que Dmitry Ryvolovlev compró el palaciego piso a su hija de 22 años, la estudiante universitaria Ekaterina Ryvolovleva.
El apartamento, de 627 metros cuadrados, sobre Central Park West, constituye la venta de una propiedad individual más cara en la historia de Nueva York.
Su precio total equivale a unos US$13.000 por metro cuadrado, lo que podría constituir un nuevo récord mundial. La marca previa la tenía una propiedad en Hong Kong, en el ultraexclusivo Peak, en el número 10 de Pollock's Path, que se vendió hace unos seis meses por US$102,7 millones, un precio que equivalía a US$12.188 el metro cuadrado.
En América Latina, los metros cuadrados más caros corresponden a propiedades de lujo en Río de Janeiro, Sao Paulo, Buenos Aires, Ciudad de México y Bogotá, coinciden los analistas.
Quienes están dispuestos a desembolsar cuantiosas sumas en la región estarán interesados en saber que, mientras que en algunas zonas del barrio Palermo en la capital argentina el metro cuadrado puede llegar a costar US$4.000, en Lima el precio en las zonas prémium fluctúa alrededor de los US$3.000, según informes recientes de la prensa de ambos países.
XXLujoso
Pero los profesionales que se dedican a seguir las fortunas de los ultrarricos señalan que este nicho se ha recuperado con fuerza y rebota casi que con "venganza". Dicen que incluso ha llegado a estar casi totalmente despegado de las fluctuaciones del mercado inmobiliario convencional... o también podría decirse, de la realidad.
"Una vez que llegas al extremo del ultralujo en el mercado inmobiliario, empiezas a operar en un mercado distinto. No necesariamente se mueve de acuerdo a las variables del resto del mercado", dice el experto en propiedades de la revista Forbes Morgan Brennan.
Los especialistas en este sector creen que la propiedad privada más cara del mundo se ubica en Mumbai, India.
El deslumbrante edificio Antilla, de 27 pisos, con tres helipuertos, seis pisos de estacionamiento y una serie de jardines flotantes, costó unos US$1.000 millones al hombre más rico del país, Mukesh Ambani.
Pero permanece vacío, ya que de acuerdo a informes de la prensa local, la familia Ambani teme que pasar la noche allí les traiga mala suerte. Al parecer no fue construido de acuerdo a las reglas del vastu shastra, una antigua doctrina hindú que establece principios de arquitectura.
Un mercado "fuerte"
De las compraventas acordadas el año pasado, las más resonadas fueron la del billonario ruso Yuri Milner, quien adquirió el Loire Chateau de Palo Alto, de unos 2.370 metros cuadrados en Silicon Valley.
El antiguo hogar del magnate mediático Aaron Spelling, que fue en su época la casa más cara en Estados Unidos, también se vendió en 2011 luego de estar tres años a la venta. La compradora, Petra Ecclestone, hija de 22 años del magnate de la Fórmula Uno, Bernie, consiguió regatear un "buen" precio, bajando la oferta original de US$150 millones a US$85 millones.
"Una vez que llegas al extremo del ultralujo en el mercado inmobiliario, empiezas a operar en un mercado distinto. No necesariamente se mueve de acuerdo a las variables del resto del mercado"
Morgan Brennan, Forbes
Jeff Hyland, el agente inmobiliario de Beverly Hills que ayudó a cerrar el trato entre la viuda de Spelling, Candy, y los Ecclestone, opina que este sector del mercado inmobiliario está aguantando.
"Es bastante fuerte, porque el inventario es tan reducido. Casas como la de Candy Spelling hay sólo unas pocas en el mercado, y se necesita que ocurra algo como una muerte o un divorcio para que aparezcan", dice.
"Hay muchos compradores, tenemos muchos rusos, árabes, y ahora chinos que vienen", agrega.
Los grandes negocios
Las transacciones a este nivel son fáciles de cerrar. El trato de los Ecclestone demoró apenas 48 horas, ya que nunca sucede que el préstamo sea rechazado en el último minuto.
Los vendedores no tienen por qué preocuparse por la gente que hace perder el tiempo o los turistas, ya que todos los potenciales compradores son "vetados" por el agente.
"Si no sabemos quiénes son, si nunca escuchamos su nombre, entonces es poco probable que sean candidatos", explica Hyland.
"Si no los encontramos en Google, entonces pedimos una carta del banco que muestre que tienen un valor neto acumulado superior al precio de venta en fondos disponibles. Si eso no está, entonces no pueden ver la propiedad", sentencia.
Pero para los negociios verdaderamente grandes, cada vez hay que mirar más hacia Europa.
El hombre más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov, desembolsó US$215,6 millones el año pasado para adquirir dos propiedades en el piso 7 y 8 del exclusivo edificio One Hyde Park en el centro de Londres.
Bajo el radar
En septiembre de 2010, los hermanos Nick y Christina Candy, los ingleses que desarrollaron el proyecto One Hyde Park, vendieron una apartamento en Mónaco a un invesor de Medio Oriente por US$314 millones.
El multimillonario ruso, dueño del club de fútbol Chelsea, Roman Abramovich, es uno de los fanáticos de la Costa Azul, que como Suiza, ha experimentado un boom en el mercado de las propiedades de alto valor.
Se cree que adquirió su Villa La Leopolda, una mansión de 10 acres, del magnate de las telecomunicaciones Bill Gates a US$450 millones, la que sería otra de las propiedades privadas más caras del mundo.
Pero la verdad es que nunca se sabrá a ciencia cierta. "Muchas de las mayores compraventas tienen lugar lejos de los ojos inquisidores de los medios, y esas casas ni siquiera están en las listas de los agentes inmobiliarios", explica el corresponsal de la BBC Brian Wheeler.
Morgan Brennan dice: "Muchas de las transacciones en este sector del mercado se realizan a través de terceros, así que incluso si llegan a incluirse en los registros públicos es muy difícil saber a quién pertencen las casas. Muchas de las ventas de estas propiedades pasan por debajo del radar", explica.
"Si yo fuera un individuo de alto perfil y alto valor neto en el banco, probablemente haría eso mismo", señala.
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