El dossier · La recuperación del astillero histórico de Sevilla
Carlos Mármol | Actualizado 22.02.2012 - 13:33
Las obras de rehabilitación integral del antiguo astillero hispalense comenzarán este verano y terminarán en 2015. El proyecto de Vázquez Consuegra cuenta con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio.
La cuenta atrás ha comenzado. Y esta vez, parece que va en serio. El proyecto de rehabilitación integral de las antiguas Atarazanas de Sevilla, el astillero medieval en el que hace siglos se construyeron muchos de los barcos que hacían la ruta americana, entre América y las Antillas, comenzará a hacerse realidad a partir de este mismo verano después de que su diseño arquitectónico definitivo, firmado por el sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, haya cumplido con solvencia todos los trámites a los que obliga la legislación española sobre Patrimonio.
La Comisión Provincial de Patrimonio -organismo dependiente de la Junta de Andalucía- ha dado luz verde de forma definitiva en una reunión en la que se han valorado los nuevos parámetros arquitectónicos introducidos en el proyecto original por el estudio de arquitectura de Vázquez Consuegra. Son esencialmente dos: mayor precisión en relación a los materiales que se utilizarán en toda la restauración del inmueble y un estudio específico sobre las cubiertas del nuevo centro cultural -el CaixaForum- que se construirá tras culminar la restauración completa de todos los restos históricos del edificio.
Ambas cuestiones fueron específicamente solicitadas por los técnicos de Patrimonio hace ahora casi un año, cuando este foro consultivo, que la Junta de Andalucía convoca antes de tomar las decisiones administrativas vinculantes que autorizan las intervenciones arquitectónicas en los edificios históricos, "valoró positivamente" el proyecto básico firmado por el prestigioso arquitecto sevillano, Premio Nacional de Arquitectura.
El proyecto de ejecución, que define al detalle cómo se realizarán las obras de restauración, salva, a priori, estas dos cuestiones. Con respecto a los materiales previstos, la obra de recuperación de la Atarazanas y las zonas de nueva planta que albergarán los usos culturales se construirán utilizando básicamente madera, acero y zinc. Materiales relacionados con el mundo de la navegación y cuyo peso -relativo- permiten suspender el nuevo CaixaForum sin que tenga afección sobre los restos de las Atarazanas. En relación a la cubierta, uno de los hitos del proyecto arquitectónico, el estudio de Vázquez Consuegra ha presentado a Patrimonio un informe en el que demostraría con criterios técnicos que la volumetría global del CaixaForum no tendrá impacto visual con respecto al edificio de la Santa Caridad, cuya planta, al igual que la Delegación de Hacienda, se construyó en su día destruyendo por completo hasta dos terceras partes del perímetro original de la primitivas Atarazanas. El proyecto de Vázquez Consuegra, por contra, pretende reutilizar el edificio medieval a partir de la herencia recibida. De ahí que trabaje con hasta cinco diferentes cotas en altura para poder situar el complejo cultural de la Caixa de forma que los nuevos espacios expositivos se adapten literalmente a las irregularidades que presenta el alzado de la Atarazanas. La nueva volumetría del CaixaForum, según estos documentos técnicos, no será perceptible desde la calle.
Salvadas ambas cuestiones, la autorización definitiva de la Comisión de Patrimonio debería permitir que las obras comiencen a lo largo de este mismo verano. Ésta era, desde el origen, la fecha oficial prevista por La Caixa en su calendario de trabajo. Lo que significa que, salvo que el Ayuntamiento de Sevilla dilate los plazos para otorgar la licencia de construcción -que ya está solicitada- la rehabilitación completa de las Atarazanas arrancará en unos meses. Las obras durarán un mínimo de casi tres años. El CaixaForum tiene previsto abrir sus puertas en el año 2015.
El proyecto permitirá dar viabilidad no sólo a la mayor inversión privada que recibirá Sevilla este año -25 millones de euros es el presupuesto del complejo cultural de la entidad financiera catalana-, sino que permitirá a la ciudad transformar las Atarazanas en un foro ciudadano. Esta apuesta por convertir el mítico espacio de los astilleros medievales en una nueva plaza fue uno de los elementos claves que inclinaron la balanza a favor de Vázquez Consuegra, que obtuvo este encargo tras ganar un concurso de arquitectura, frente al resto de profesionales que concurrieron a dicha convocatoria.
Vázquez Consuegra opta por abrir a la calle las Atarazanas y, tras rehabilitar el edificio histórico, proyecta un complejo cultural de nueva planta que ocupará una superficie de 7.000 metros cuadrados y tendrá una edificabilidad de 14.700 metros repartida sin ocupar -salvo la rampa que dará acceso al CaixaForum (11% del espacio)- las arcadas que dan su característica imagen a las Atarazanas. La principal sala expositiva del nuevo complejo cultural, que tendrá un auditorio, se ubicará en el edificio del XVIII que ahora tiene fachada hacia la calle Temprado. De ella se eliminará el anexo construido el pasado siglo XX durante su etapa militar.
Prácticamente éste es el único cambio, sin afección patrimonial, previsto en el edificio histórico. Su planta baja funcionará como plaza cultural y acceso principal al Caixaforum, cuya entrada se sitúa a 5 metros de altura para no hipotecar la planta medieval. Esto permitirá crear en El Arenal un espacio público cuyas dimensiones serán similares a la Plaza Nueva. El ágora naval de las Atarazanas será así cuatro veces más grandes que la plaza de El Salvador y ocupará dos veces el tamaño integral de la plaza de San Francisco. Se convertirá, tras la Alameda de Hércules y la Encarnación, en el gran enclave civil del centro de Sevilla, si bien su uso -al igual que sucede ya con muchos parques públicos de la ciudad- estará vinculado en buena medida a la actividad del CaixaForum, aunque el proyecto permite utilizarlo de forma autónoma al complejo cultural. El acceso principal a esta plaza está previsto que se haga desde la calle Dos de Mayo, cuyo uso peatonal ya ha sido reclamado por el arquitecto sevillano al Consistorio.
Vázquez Consuegra concibe el CaixaForum como un edificio contemporáneo que se integrará en la trama histórica gracias a las Atarazanas. Su modelo: una intervención arquitectónica reversible cuyas obras se realizarán en seco -a partir de distintas piezas prefabricadas- en la que los nuevos espacios expositivos se repartirán en distintas alturas -10, 14 y 21 metros- precisamente para que la herencia de los astilleros medievales -las inmensas galerías de arcos que estuvieron ocultos durante años- pueda convertirse en un espacio ciudadano capaz de vincular la Sevilla antigua con la nueva.
Fuente: diariodesevilla.es
La Comisión Provincial de Patrimonio -organismo dependiente de la Junta de Andalucía- ha dado luz verde de forma definitiva en una reunión en la que se han valorado los nuevos parámetros arquitectónicos introducidos en el proyecto original por el estudio de arquitectura de Vázquez Consuegra. Son esencialmente dos: mayor precisión en relación a los materiales que se utilizarán en toda la restauración del inmueble y un estudio específico sobre las cubiertas del nuevo centro cultural -el CaixaForum- que se construirá tras culminar la restauración completa de todos los restos históricos del edificio.
Ambas cuestiones fueron específicamente solicitadas por los técnicos de Patrimonio hace ahora casi un año, cuando este foro consultivo, que la Junta de Andalucía convoca antes de tomar las decisiones administrativas vinculantes que autorizan las intervenciones arquitectónicas en los edificios históricos, "valoró positivamente" el proyecto básico firmado por el prestigioso arquitecto sevillano, Premio Nacional de Arquitectura.
El proyecto de ejecución, que define al detalle cómo se realizarán las obras de restauración, salva, a priori, estas dos cuestiones. Con respecto a los materiales previstos, la obra de recuperación de la Atarazanas y las zonas de nueva planta que albergarán los usos culturales se construirán utilizando básicamente madera, acero y zinc. Materiales relacionados con el mundo de la navegación y cuyo peso -relativo- permiten suspender el nuevo CaixaForum sin que tenga afección sobre los restos de las Atarazanas. En relación a la cubierta, uno de los hitos del proyecto arquitectónico, el estudio de Vázquez Consuegra ha presentado a Patrimonio un informe en el que demostraría con criterios técnicos que la volumetría global del CaixaForum no tendrá impacto visual con respecto al edificio de la Santa Caridad, cuya planta, al igual que la Delegación de Hacienda, se construyó en su día destruyendo por completo hasta dos terceras partes del perímetro original de la primitivas Atarazanas. El proyecto de Vázquez Consuegra, por contra, pretende reutilizar el edificio medieval a partir de la herencia recibida. De ahí que trabaje con hasta cinco diferentes cotas en altura para poder situar el complejo cultural de la Caixa de forma que los nuevos espacios expositivos se adapten literalmente a las irregularidades que presenta el alzado de la Atarazanas. La nueva volumetría del CaixaForum, según estos documentos técnicos, no será perceptible desde la calle.
Salvadas ambas cuestiones, la autorización definitiva de la Comisión de Patrimonio debería permitir que las obras comiencen a lo largo de este mismo verano. Ésta era, desde el origen, la fecha oficial prevista por La Caixa en su calendario de trabajo. Lo que significa que, salvo que el Ayuntamiento de Sevilla dilate los plazos para otorgar la licencia de construcción -que ya está solicitada- la rehabilitación completa de las Atarazanas arrancará en unos meses. Las obras durarán un mínimo de casi tres años. El CaixaForum tiene previsto abrir sus puertas en el año 2015.
El proyecto permitirá dar viabilidad no sólo a la mayor inversión privada que recibirá Sevilla este año -25 millones de euros es el presupuesto del complejo cultural de la entidad financiera catalana-, sino que permitirá a la ciudad transformar las Atarazanas en un foro ciudadano. Esta apuesta por convertir el mítico espacio de los astilleros medievales en una nueva plaza fue uno de los elementos claves que inclinaron la balanza a favor de Vázquez Consuegra, que obtuvo este encargo tras ganar un concurso de arquitectura, frente al resto de profesionales que concurrieron a dicha convocatoria.
Vázquez Consuegra opta por abrir a la calle las Atarazanas y, tras rehabilitar el edificio histórico, proyecta un complejo cultural de nueva planta que ocupará una superficie de 7.000 metros cuadrados y tendrá una edificabilidad de 14.700 metros repartida sin ocupar -salvo la rampa que dará acceso al CaixaForum (11% del espacio)- las arcadas que dan su característica imagen a las Atarazanas. La principal sala expositiva del nuevo complejo cultural, que tendrá un auditorio, se ubicará en el edificio del XVIII que ahora tiene fachada hacia la calle Temprado. De ella se eliminará el anexo construido el pasado siglo XX durante su etapa militar.
Prácticamente éste es el único cambio, sin afección patrimonial, previsto en el edificio histórico. Su planta baja funcionará como plaza cultural y acceso principal al Caixaforum, cuya entrada se sitúa a 5 metros de altura para no hipotecar la planta medieval. Esto permitirá crear en El Arenal un espacio público cuyas dimensiones serán similares a la Plaza Nueva. El ágora naval de las Atarazanas será así cuatro veces más grandes que la plaza de El Salvador y ocupará dos veces el tamaño integral de la plaza de San Francisco. Se convertirá, tras la Alameda de Hércules y la Encarnación, en el gran enclave civil del centro de Sevilla, si bien su uso -al igual que sucede ya con muchos parques públicos de la ciudad- estará vinculado en buena medida a la actividad del CaixaForum, aunque el proyecto permite utilizarlo de forma autónoma al complejo cultural. El acceso principal a esta plaza está previsto que se haga desde la calle Dos de Mayo, cuyo uso peatonal ya ha sido reclamado por el arquitecto sevillano al Consistorio.
Vázquez Consuegra concibe el CaixaForum como un edificio contemporáneo que se integrará en la trama histórica gracias a las Atarazanas. Su modelo: una intervención arquitectónica reversible cuyas obras se realizarán en seco -a partir de distintas piezas prefabricadas- en la que los nuevos espacios expositivos se repartirán en distintas alturas -10, 14 y 21 metros- precisamente para que la herencia de los astilleros medievales -las inmensas galerías de arcos que estuvieron ocultos durante años- pueda convertirse en un espacio ciudadano capaz de vincular la Sevilla antigua con la nueva.
Fuente: diariodesevilla.es
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