El secretario de Estado aplicará “toda la fuerza de la ley”
Cristina Delgado Barcelona 28 ENE 2012 - 00:41 CET
El Ministerio de Fomento va a iniciar “inmediatamente” un expediente sancionador a Spanair, para exigir a la compañía toda la responsabilidad que le corresponde por un abrupto cese de la actividad, según señaló anoche el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Rafael Catalá. Spanair comunicó a Fomento, a través de la Agencia Estatal de Seguridad Aeronáutica, a las 20.16 horas de ayer la suspensión de las operaciones, según informó Efe. El secretario de Estado aseguró que se hará recaer sobre la aerolínea catalana toda la fuerza de la ley por el daño causado de manera irreparable a las personas que tenían expectativas de viajar en los próximos días y que han visto frustrados sus planes. Para Catalá, la suspensión de la actividad de manera abrupta y tan inmediata como la que llevó a cabo ayer Spanair, sin un preaviso suficiente a los pasajeros, es una causa evidente para abrir un expediente sancionador. “Es una causa de infracción y, por tanto, de hipotética sanción”, ha resaltado.
Spanair da trabajo directa e indirectamente a unas 4.000 personas (su plantilla directa en 2010, último año en el que ha entregado al Registro Mercantil sus cuentas, era de unas 2.700 personas).
Ninguno de ellos sabe todavía qué será de ellos. Pero anoche comenzaron ya a organizar movilizaciones y anunciaron que se encerrarán en los aeropuertos.
Qatar Airways debía insuflar a Spanair el oxígeno financiero que necesitaba. Pero el sueño de una aerolínea de bandera catalana se acabó. Spanair fue refundada en 2009, cuando un grupo de empresarios catalanes tomó las riendas de la compañía. Con la aerolínea, en Cataluña nació un mantra que han repetido políticos, empresarios y patronales: el aeropuerto de Barcelona-El Prat necesitaba contar con una compañía que apostara por convertirlo en un hub internacional. Y esa compañía era Spanair.
La Generalitat ha sido la que ha pilotado después de tres años de andadura la negociación con Qatar Airways para agotar el último cartucho antes del temido fracaso. El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, viajó en persona a Qatar a tratar de convencer a su directiva. Trataban de evitar el fin de la empresa que han sostenido con dinero público a través de compañías públicas como Avançsa y Fira de Barcelona y en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad. Pero ayer el Gobierno catalán confirmó que no volverá a salir al rescate de Spanair. “En un contexto de crisis económica como la actual, el Gobierno tiene que ser extraordinariamente cuidadoso con sus prioridades de gasto. La Administración catalana ha participado en el proyecto teniendo en cuenta las limitaciones de la legislación europea referente a la libre competencia. Estos dos factores imposibilitan nuevas aportaciones de capital de la Generalitat”, dijo el Gobierno en un comunicado.
Fuentes de Fira de Barcelona aseguraron ayer que todas las inyecciones que se han hecho a través de esta institución “están provisionadas”, y por tanto, la institución no sufrirá por la quiebra. La escandinava SAS también había provisionado dinero ante una posible quiebra de la empresa. Ayer anunció que Spanair le debe 168 millones de euros, que también tenía previstos, por lo que el impacto negativo en sus cuentas, se reducirá a unos 28 millones.
Fuente: EL PAÍS.com CATALUÑA
Spanair da trabajo directa e indirectamente a unas 4.000 personas (su plantilla directa en 2010, último año en el que ha entregado al Registro Mercantil sus cuentas, era de unas 2.700 personas).
Ninguno de ellos sabe todavía qué será de ellos. Pero anoche comenzaron ya a organizar movilizaciones y anunciaron que se encerrarán en los aeropuertos.
Qatar Airways debía insuflar a Spanair el oxígeno financiero que necesitaba. Pero el sueño de una aerolínea de bandera catalana se acabó. Spanair fue refundada en 2009, cuando un grupo de empresarios catalanes tomó las riendas de la compañía. Con la aerolínea, en Cataluña nació un mantra que han repetido políticos, empresarios y patronales: el aeropuerto de Barcelona-El Prat necesitaba contar con una compañía que apostara por convertirlo en un hub internacional. Y esa compañía era Spanair.
La Generalitat ha sido la que ha pilotado la negociación con Qatar Airways para agotar el último cartucho antes del temido fracaso
Fuentes de Fira de Barcelona aseguraron ayer que todas las inyecciones que se han hecho a través de esta institución “están provisionadas”, y por tanto, la institución no sufrirá por la quiebra. La escandinava SAS también había provisionado dinero ante una posible quiebra de la empresa. Ayer anunció que Spanair le debe 168 millones de euros, que también tenía previstos, por lo que el impacto negativo en sus cuentas, se reducirá a unos 28 millones.
Fuente: EL PAÍS.com CATALUÑA
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