El experto en mafias denuncia la connivencia de las autoridades con el aumento de organizaciones que blanquean capitales procedentes de negocios ilícitos
Barcelona es una de las principales sedes del narcotráfico internacional. Una parte de la historia oculta de la ciudad está estrechamente ligada a la Camorra napolitana, organización mafiosa que entre los años 2004 y 2005 convirtió la capital catalana en la base de operaciones para la guerra desatada entre los clanes Amato – Pagano y Di Lauro. Un conflicto que elevó sustancialmente las estadísticas de muertos en las calles de Nápoles. Sin embargo, la historia de la Camorra y de las organizaciones mafiosas va mucho más allá de la sangre, ya que son los delitos económicos su máxima expresión. El periodista experto en crimen organizado Joan Queralt, que acaba de publicar La Gomorra catalana (Angle Editorial), alerta del peligro creciente de las ramificaciones de la mafia en nuestra sociedad.
¿A qué se refiere cuando habla de “la Gomorra catalana”?
A la presencia de todas las organizaciones criminales de origen italiano en nuestro país, que son mayoritariamente napolitanos. En los años ochenta también vinieron algunos mafiosos sicilianos, pero la Cosa Nostra está atravesando una crisis histórica muy profunda que ha hecho que se encierre en Sicilia y pierda buena parte de su internacionalidad, un espacio que ha pasado a ocupar la Camorra y la 'Ndrangheta, la organización con más proyección en Europa en estos últimos años.
¿Cuándo empezó la actividad de la Camorra en Catalunya?
La llegada de los camorristas se remonta a los años setenta. La situación económica de estos últimos años en España ha sido muy favorable para esta organización criminal. No obstante, nuestro caso no es excepcional. En Alemania, por ejemplo, la presencia de la 'Ndrangheta, es mucho más intensa que la de mafiosos napolitanos en Catalunya.
¿Cuáles son los capos más importantes que han vivido entre nosotros?
Raffaele Amato, Paolo Di Mauro, Patrizio Bosti, son algunos de los grandes capos que han formado parte de la renovación de la Camorra durante los últimos 25 años.
¿Cuál era el principal adversario de Raffaele Amato?
La familia Di Lauro, clan del cual había sido pieza clave para el tráfico de drogas, pero en el año 2002 se producen cambios en el sí de la familia; los Amato - Pagano se ven obligados a irse de Nápoles para evitar conflictos internos. Este clan decide trasladarse a Barcelona – ciudad que Amato conocía muy bien. En algunos momentos la presencia del clan supuso que por la capital transitaran cerca de 100 camorristas de su facción; desde aquí se planificaron y ejecutaron una de las grandes guerras de sangre que provocó la muerte de 70 personas en Nápoles entre los años 2004 y 2005: desde Barcelona salían las armas y las drogas para financiar el conflicto.
En la actualidad, ¿la mafia napolitana aún está presente en Barcelona?
Por supuesto. Mientras juguemos un papel importante en el tráfico de drogas, seguiremos teniendo napolitanos. En este sentido, he constatado a lo largo de la investigación la presencia fija de algunos miembros de la Camorra que sirven como base logística para la llegada de otros capos.
¿Cuáles son sus principales actividades?
El tráfico de drogas es el primer negocio de la mafia en la ciudad, seguido del blanqueo de capitales, aunque este último se ha reducido un poco con la actual situación económica. Mafiosos napolitanos, calabreses, rusos y colombianos están presentes entre nosotros.
Usted dice en el libro que Barcelona es sede de la mafia internacional.
Lo es por razones geoestratégicas, ya que es un territorio de paso imprescindible entre el Sur de España y el Norte de África, de donde procede el hachís que inunda el mercado europeo. También somos la puerta de entrada y de salida de gran parte de la cocaína que llega de América Latina, que pasa por Catalunya y la franja costera que va del Sur de España a Francia. Las costas y los puertos juegan un papel muy importante en el tráfico de drogas.
Pero no todas las actividades mafiosas acaban en la droga.
No, la especulación inmobiliaria ha hecho de España un país idóneo para el blanqueo de capitales, que es la segunda actividad de estas organizaciones criminales. Además, se han instalado aquí porque tenemos un régimen penitenciario más blando que en otros países europeos, las investigaciones policiales son lentas y la implicación de la justicia es menor que en Italia.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la Camorra catalana?
La magnitud de los agujeros negros en la investigación policial y judicial en relación a las organizaciones criminales en nuestro país; los déficits en su control. El crimen organizado no es una prioridad en España, no lo ha sido nunca y sigue sin serlo. Durante muchos años hemos tenido como prioridades dentro de la agenda de seguridad nacional, en primer lugar, el terrorismo de ETA, y en segundo lugar, el terrorismo islámico. Sin embargo, el crímen organizado tiene hoy más fuerza que nunca y se ha convertido en un problema transnacional; espero que esto cambie una vez pasada la página de ETA.
Víctimas de los estereotipos difundidos por el cine, vemos la parte más criminal de la delincuencia pero no su expresión económica. Los mafiosos son emprendedores de la economía ilegal, pero un delito estrictamente económico no lo catalogamos como crimen organizado o mafia; el tráfico de seres humanos, que es la versión moderna del tráfico de esclavos del siglo XVIII, no lo relacionamos con crimen organizado; la intoxicación de la economía legal, la penetración de las organizaciones criminales en mercados como la ecomafia, los carburantes, no lo vemos como actividades del crimen organizado, aunque lo son.
Sí, porque su expansión no se produce actualmente a través de la violencia, sino a través de la actividad económica. El monopolio de ciertos establecimientos comerciales en diferentes sectores de la economía son expresiones del avance del crimen organizado que la opinión pública no reconoce como tales. Los delitos económicos han perdido la etiqueta criminal porque no vienen acompañado de episodios de violencia. Nos parece que si la mafia no mata, no existe.
¿Hasta qué punto son negativos los efectos sobre la sociedad de las organizaciones criminales?
El crimen organizado no vive dentro de una pantalla de cine, sino a nuestro lado y afecta a nuestra vida cotidiana; sus actividades tienen repercusiones sociales, por ejemplo, el mercado de la falsificación ha provocado en los últimos diez años la pérdida de 270.000 puestos de trabajo. Si no fuera de las connivencias del crimen organizado con aparatos del Estado, haría muchos años que se hubiera solucionado el problema a través de la lucha policial y judicial.
¿En qué sectores las organizaciones criminales blanquean capitales en España?
En el inmobiliario, el turístico y el de la restauración, sectores tradicionales de inversión para los capitales ilícitos, no sólo en España, también en otros países, como Italia. Me gustaría conocer la cantidad de empresas españolas de los últimos 25 años relacionadas con el crimen organizado. Nos llevaríamos una sorpresa. Por ejemplo, en Italia, en el sector de la restauración puede haber cerca de 5.000 restaurantes vinculados a capitales procedentes de la mafia.
¿Por qué estos tres sectores son tradicionalmente herramientas para el blanqueo de capitales?
Porque a través de ellos se pierde fácilmente las huellas del blanqueo de dinero. Los capos consiguen limpiar los orígenes ilícitos de su dinero mediante terceros, que compran propiedades o hacen otras inversiones.
Nada que ver con las películas de gángsters.
Una de las cosas que han aprendido las organizaciones mafiosas cuando actúan en un territorio que no es el suyo es que los episodios de violencia o de alarma social son malos para el negocio.
Fuente: LA VANGUARDIA.com
Sucesos | 02/12/2011 - 00:41h
¿A qué se refiere cuando habla de “la Gomorra catalana”?
A la presencia de todas las organizaciones criminales de origen italiano en nuestro país, que son mayoritariamente napolitanos. En los años ochenta también vinieron algunos mafiosos sicilianos, pero la Cosa Nostra está atravesando una crisis histórica muy profunda que ha hecho que se encierre en Sicilia y pierda buena parte de su internacionalidad, un espacio que ha pasado a ocupar la Camorra y la 'Ndrangheta, la organización con más proyección en Europa en estos últimos años.
¿Cuándo empezó la actividad de la Camorra en Catalunya?
La llegada de los camorristas se remonta a los años setenta. La situación económica de estos últimos años en España ha sido muy favorable para esta organización criminal. No obstante, nuestro caso no es excepcional. En Alemania, por ejemplo, la presencia de la 'Ndrangheta, es mucho más intensa que la de mafiosos napolitanos en Catalunya.
¿Cuáles son los capos más importantes que han vivido entre nosotros?
Raffaele Amato, Paolo Di Mauro, Patrizio Bosti, son algunos de los grandes capos que han formado parte de la renovación de la Camorra durante los últimos 25 años.
¿Cuál era el principal adversario de Raffaele Amato?
La familia Di Lauro, clan del cual había sido pieza clave para el tráfico de drogas, pero en el año 2002 se producen cambios en el sí de la familia; los Amato - Pagano se ven obligados a irse de Nápoles para evitar conflictos internos. Este clan decide trasladarse a Barcelona – ciudad que Amato conocía muy bien. En algunos momentos la presencia del clan supuso que por la capital transitaran cerca de 100 camorristas de su facción; desde aquí se planificaron y ejecutaron una de las grandes guerras de sangre que provocó la muerte de 70 personas en Nápoles entre los años 2004 y 2005: desde Barcelona salían las armas y las drogas para financiar el conflicto.
En la actualidad, ¿la mafia napolitana aún está presente en Barcelona?
Por supuesto. Mientras juguemos un papel importante en el tráfico de drogas, seguiremos teniendo napolitanos. En este sentido, he constatado a lo largo de la investigación la presencia fija de algunos miembros de la Camorra que sirven como base logística para la llegada de otros capos.
¿Cuáles son sus principales actividades?
El tráfico de drogas es el primer negocio de la mafia en la ciudad, seguido del blanqueo de capitales, aunque este último se ha reducido un poco con la actual situación económica. Mafiosos napolitanos, calabreses, rusos y colombianos están presentes entre nosotros.
Usted dice en el libro que Barcelona es sede de la mafia internacional.
Lo es por razones geoestratégicas, ya que es un territorio de paso imprescindible entre el Sur de España y el Norte de África, de donde procede el hachís que inunda el mercado europeo. También somos la puerta de entrada y de salida de gran parte de la cocaína que llega de América Latina, que pasa por Catalunya y la franja costera que va del Sur de España a Francia. Las costas y los puertos juegan un papel muy importante en el tráfico de drogas.
Pero no todas las actividades mafiosas acaban en la droga.
No, la especulación inmobiliaria ha hecho de España un país idóneo para el blanqueo de capitales, que es la segunda actividad de estas organizaciones criminales. Además, se han instalado aquí porque tenemos un régimen penitenciario más blando que en otros países europeos, las investigaciones policiales son lentas y la implicación de la justicia es menor que en Italia.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la Camorra catalana?
La magnitud de los agujeros negros en la investigación policial y judicial en relación a las organizaciones criminales en nuestro país; los déficits en su control. El crimen organizado no es una prioridad en España, no lo ha sido nunca y sigue sin serlo. Durante muchos años hemos tenido como prioridades dentro de la agenda de seguridad nacional, en primer lugar, el terrorismo de ETA, y en segundo lugar, el terrorismo islámico. Sin embargo, el crímen organizado tiene hoy más fuerza que nunca y se ha convertido en un problema transnacional; espero que esto cambie una vez pasada la página de ETA.
¿Cómo han influido los estereotipos en la percepción del problema?
Víctimas de los estereotipos difundidos por el cine, vemos la parte más criminal de la delincuencia pero no su expresión económica. Los mafiosos son emprendedores de la economía ilegal, pero un delito estrictamente económico no lo catalogamos como crimen organizado o mafia; el tráfico de seres humanos, que es la versión moderna del tráfico de esclavos del siglo XVIII, no lo relacionamos con crimen organizado; la intoxicación de la economía legal, la penetración de las organizaciones criminales en mercados como la ecomafia, los carburantes, no lo vemos como actividades del crimen organizado, aunque lo son.
Así pues, ¿hay que cambiar los parámetros con los que analizamos el crimen organizado?
Sí, porque su expansión no se produce actualmente a través de la violencia, sino a través de la actividad económica. El monopolio de ciertos establecimientos comerciales en diferentes sectores de la economía son expresiones del avance del crimen organizado que la opinión pública no reconoce como tales. Los delitos económicos han perdido la etiqueta criminal porque no vienen acompañado de episodios de violencia. Nos parece que si la mafia no mata, no existe.
¿Hasta qué punto son negativos los efectos sobre la sociedad de las organizaciones criminales?
El crimen organizado no vive dentro de una pantalla de cine, sino a nuestro lado y afecta a nuestra vida cotidiana; sus actividades tienen repercusiones sociales, por ejemplo, el mercado de la falsificación ha provocado en los últimos diez años la pérdida de 270.000 puestos de trabajo. Si no fuera de las connivencias del crimen organizado con aparatos del Estado, haría muchos años que se hubiera solucionado el problema a través de la lucha policial y judicial.
¿En qué sectores las organizaciones criminales blanquean capitales en España?
En el inmobiliario, el turístico y el de la restauración, sectores tradicionales de inversión para los capitales ilícitos, no sólo en España, también en otros países, como Italia. Me gustaría conocer la cantidad de empresas españolas de los últimos 25 años relacionadas con el crimen organizado. Nos llevaríamos una sorpresa. Por ejemplo, en Italia, en el sector de la restauración puede haber cerca de 5.000 restaurantes vinculados a capitales procedentes de la mafia.
¿Por qué estos tres sectores son tradicionalmente herramientas para el blanqueo de capitales?
Porque a través de ellos se pierde fácilmente las huellas del blanqueo de dinero. Los capos consiguen limpiar los orígenes ilícitos de su dinero mediante terceros, que compran propiedades o hacen otras inversiones.
Nada que ver con las películas de gángsters.
Una de las cosas que han aprendido las organizaciones mafiosas cuando actúan en un territorio que no es el suyo es que los episodios de violencia o de alarma social son malos para el negocio.
Fuente: LA VANGUARDIA.com
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