CICLISMO | Confesiones del 'Pollo'
Michael Rasmussen, el día de su victoria en el Aubisque, sus últimas horas en el Tour 2007. | Efe |
- 'Fue una prueba muy muy dura para nuestro matrimonio', dice el corredor, que sigue unido a la misma mujer que en 2007
Hay gente que miente y engaña hasta crear una montaña de falsedades. A una mentira le sucede otra. No sabemos la altura que, en este sentido, alcanza el edificio del danés Michael Rasmussen tras sus últimas declaraciones a un periódico de su país, el 'Ekstra Bladet'. Recuerde que perdió el Tour de Francia de 2007, el primero ganado en la cuenta de Alberto Contador, por haber mentido sobre su paradero en vísperas de la carrera francesa y, por tanto, haber eludido controles en fechas especialmente propicias para ejecutar prácticas tramposas. Tres faltas de localización se consideran como un positivo.
El 'Pollo' ha aireado una explicación definitiva a sus ausencias. Aseguró que estaba en México -el país de su esposa- cuando en realidad se encontraba en Italia, donde fue desenmascarado por un ex ciclista, comentarista de la televisión de ese país. "Pretendía que mi mujer pensara que estaba en México, aunque estaba en Italia, pero no en casa [la pareja reside junto al lago Garda]". De esta forma deja entrever que estaba con otra mujer, aunque sin asegurarlo de forma explícita.
"Lo privado debe permanecer privado", afirmó Rasmussen al diario danés. "Sorprendentemente, muchos ciclistas se divorcian cuando termina su carrera. Estuve cerca de engrosar la estadística, pero felizmente lo superé. El escándalo del Tour y todo lo que siguió fue una prueba muy muy dura para nuestro matrimonio. Fue una situación extrema en un momento extremo. Si no llega a ser por Milo [el hijo de la pareja], dudo que hubiéramos podido salvar nuestro matrimonio. Fue el pegamento que nos mantuvo juntos pese a todo".
La mentira el costó el Tour, por expulsión desde su propio equipo, Rabobank, y dos años de suspensión dictados por la federación monegasca. En septiembre de 2008 se analizaron muestras dadas por Rasmussen en el Tour 2007 que dieron positivo por Dynepo, aunque el caso no tuvo consecuencias por usarse un método de detección no homologado. En junio de 2010 se archivó su proceso penal por dopaje sanguíneo, aunque los fiscales mostraron evidencias de que, junto con el ciclista Bernhard Kohl y el esquiador Christian Hoffman, usaban una centrifugadora de glóbulos rojos comparada por el director deportivo Stefan Matschiner. La ley austriaca contra el dopaje no había sido aprobada aún y por eso no hubo castigo penal.
El 'Pollo' ha aireado una explicación definitiva a sus ausencias. Aseguró que estaba en México -el país de su esposa- cuando en realidad se encontraba en Italia, donde fue desenmascarado por un ex ciclista, comentarista de la televisión de ese país. "Pretendía que mi mujer pensara que estaba en México, aunque estaba en Italia, pero no en casa [la pareja reside junto al lago Garda]". De esta forma deja entrever que estaba con otra mujer, aunque sin asegurarlo de forma explícita.
"Lo privado debe permanecer privado", afirmó Rasmussen al diario danés. "Sorprendentemente, muchos ciclistas se divorcian cuando termina su carrera. Estuve cerca de engrosar la estadística, pero felizmente lo superé. El escándalo del Tour y todo lo que siguió fue una prueba muy muy dura para nuestro matrimonio. Fue una situación extrema en un momento extremo. Si no llega a ser por Milo [el hijo de la pareja], dudo que hubiéramos podido salvar nuestro matrimonio. Fue el pegamento que nos mantuvo juntos pese a todo".
La mentira el costó el Tour, por expulsión desde su propio equipo, Rabobank, y dos años de suspensión dictados por la federación monegasca. En septiembre de 2008 se analizaron muestras dadas por Rasmussen en el Tour 2007 que dieron positivo por Dynepo, aunque el caso no tuvo consecuencias por usarse un método de detección no homologado. En junio de 2010 se archivó su proceso penal por dopaje sanguíneo, aunque los fiscales mostraron evidencias de que, junto con el ciclista Bernhard Kohl y el esquiador Christian Hoffman, usaban una centrifugadora de glóbulos rojos comparada por el director deportivo Stefan Matschiner. La ley austriaca contra el dopaje no había sido aprobada aún y por eso no hubo castigo penal.
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