Buscador Google

Búsqueda personalizada

jueves, 3 de noviembre de 2011

Empleo, déficit, impuestos y banca centran la campaña que arranca hoy

Irene Rivas / Marta Yoldi
8:00 - 3/11/2011
  • Rubalcaba y Rajoy coinciden en prometer más trabajo y menos gasto
  • El PSOE defiende subidas fiscales y el PP a bajadas selectivas de tributos
Esta madrugada arranca la campaña con el relevo electoral, sobre el papel, más claro de la democracia. Quince días previos a la cita con las urnas en los que la economía cobra, si cabe, un papel aún más central que en la precampaña, teniendo en cuenta los acontecimientos de los últimos días.

Ante este complicado panorama, los programas para el 20-N de los dos grandes partidos centran todos sus esfuerzos en la economía en un documento con el que el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba pretende recuperar el voto de izquierdas perdido y el Partido Popular de Mariano Rajoy pone por escrito "un listado de tareas" para salir de la crisis, con guiños claros a empresarios, pymes y autónomos.


Empleo, la prioridad

Conscientes de que la principal preocupación para el 86% de los españoles, según el CIS, es el paro y de que la tasa de desempleo supera el 21,5%, las dos grandes formaciones quieren convencer a los votantes de que su principal prioridad es el empleo. "Lo urgente", reza el PSOE. "Lo que España necesita", defiende el PP.

Sin embargo, los dos partidos se han cuidado muy mucho de prometer métodos mágicos para atajar el paro de raíz tras sendos deslices. Rubalcaba, al asumir la candidatura, dijo tener la fórmula contra el paro con lo que le llovieron críticas sobre por qué no había hecho nada cuando era el todopoderoso vicepresidente primero. Uno de los primeros espadas de Rajoy, Esteban González Pons, reconoció que el PP aspiraba a crear de 3,5 millones de empleos en la próxima legislatura, declaración que tuvo después que matizar.

El PSOE aboga por un pacto por el empleo y defiende el desarrollo de una reforma laboral para la que pide tiempo frente a un PP que promete una reforma integral en la que plantea simplificar la contratación, modificar la negociación colectiva para dar primacía a los convenios de empresa sobre los de ámbito superior en materia salarial y de condiciones de trabajo, así como la creación de un fondo de capitalización individualizado para que cada trabajador cubre su propia indemnización por despido. Los socialistas prometen un plan de empleo para jóvenes que incluye programas de cualificación profesional, un contrato para la formación, prácticas en empresas para 100.000 universitarios, así como planes sectoriales específicos. Los populares, por su parte, centran sus promesas de más empleo en el apoyo fiscal y administrativo a las empresas, especialmente pymes, para que con su actividad creen puestos de trabajo.

La austeridad y la reforma constitucional para garantizar la estabilidad presupuestaria son otro de los temas clave.

Compromiso por el déficit

Sin embargo, las diferencias en este punto entre socialistas y populares las pone de manifiesto el compromiso concreto de Rajoy de presentar en sus cien primeros días una ley orgánica a este respecto, además de un pacto territorial por la austeridad; frente a un Rubalcaba que ha defendido su compromiso con la consolidación fiscal con la boca pequeña ya que, al mismo tiempo, aboga por que el ajuste no ahogue el crecimiento y la creación de empleo.

El PSOE quiere, por otro lado, facilitar a los ciudadanos la posibilidad de invertir sus devoluciones del IRPF en títulos especiales de deuda pública a uno o dos años. El PP reducirá gastos corrientes metiendo la tijera en altos cargos, personal eventual, parque móvil y gastos suntuarios. Y exigirá la misma austeridad que se aplique en el Estado a comunidades y ayuntamientos a los que se fijará un límite de déficit, cuyas excepciones habrán de estar también reguladas.

Impuestos, la gran diferencia

Los impuestos marcan una de las grandes diferencias entre PSOE y PP. En un claro gesto al votante de izquierdas, los socialistas han hablado abiertamente de subidas fiscales con un nuevo impuesto sobre las grandes fortunas y otro tributo sobre los beneficios de las instituciones financieras. En su frente contra los más ricos, plantean también una nueva fiscalidad sobre las sicav y abogan por aumentar la progresividad del sistema fiscal. Además, Ferraz defiende una subida de impuestos sobre el tabaco y el alcohol -a excepción de la cerveza- para financiar así la sanidad pública, así como la creación de una oficina de lucha contra el fraude.

En el PP no quieren ni oír hablar de subidas fiscales. Pero eso sí, la crisis obliga al programa popular a seleccionar las bajadas. En vez de proponer reducciones de impuestos en bloque como en anteriores campañas, ahora se comprometen a bajadas selectivas que favorezcan sectores y actividades concretas. Así, la reducción de cinco puntos en los tipos de Sociedades se dirige únicamente a las empresas que facturen al año hasta 12 millones y cinco, respectivamente; el IRPF contendrá ayudas al ahorro y a los planes de pensiones; y el IVA será superreducido para la compraventa de vivienda habitual.

No se renuncia tampoco a utilizar la vía fiscal para incentivar la I+D, la contratación en las empresas nuevas.

Administración

Ambos partidos coinciden en la necesidad de reducir las duplicidades entre las Administraciones Públicas. El principal frente de batalla pasa por las diputaciones que el PSOE quiere suprimir, extremo al que el PP se niega. Los socialistas defienden, en respuesta al 15-M, una reforma de la Ley Electoral y que cada político tenga sólo un sueldo. Los populares quieren que las retribuciones de los cargos locales varíen en función de la dimensión de los municipios. Los dos coinciden en la necesidad de crear una ley de transparencia y de acceso a la información pública, mientras que otro de los frentes en los que el PP hace hincapié es en la reducción de entes y organismos de la Administración Pública.

Sistema financiero

El PSOE aboga por una mayor regulación del sistema financiero y al impuesto sobre los beneficios de la banca suma en su programa la publicación de las retribuciones de los miembros de los Consejos de las empresas, además de la extensión a los trabajadores de las empresas de los bonus o stock options de los directivos.

Los de Rajoy emprenderán nada más aterrizar en el Gobierno un saneamiento del sistema que incluye la desaparición de entidades ineficientes y la creación de un "banco malo" que absorba, con ayuda pública, los activos tóxicos inmobiliarios de la banca.

Vivienda

En materia de vivienda, los socialistas han dado marcha atrás -a medias- en la que fue una de las cruzadas de Rodríguez Zapatero y que los populares desvelaron hace tiempo que iban a recuperar: la deducción por vivienda. El PSOE promete elevar la deducción de los 24.000 euros actuales a 30.000 euros, además abogan por la dación en pago como parte de una Ley Hipotecaria en la que se obligue a las entidades financieras a ofrecer préstamos en los que sea efectivo eso de llaves por hipoteca. Además, en un terreno más ideológico los socialistas han suprimido en su programa los privilegios hipotecarios de la Iglesia Católica. Los populares ofrecen recuperar la deducción por vivienda en el IRPF para todos los contribuyentes, sin límite de renta. Se inclinan también por la dación de la vivienda hipotecada y por planes de alquiler para los más desfavorecidos y arrendamientos bonificados con opción a compra para cuando el inquilino pueda.

Emprendedores

PSOE y PP han centrado gran parte de sus esfuerzos hasta ahora en seducir a este sector. Los socialistas prometen modificar el Impuesto de Sociedades para favorecer a las pymes, además de una agencia que unifique toda la financiación destinada a los emprendedores.

Rajoy ha realizado en este campo una de sus propuestas más precisas: 3.000 euros a los que contraten a su primer trabajador y bonificaciones de cuotas.

Prometen también que el IVA se pagará cuando se cobren las facturas; una cuenta para compensar con Hacienda pagos y devoluciones y una nueva ley de apoyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Forges