Indicadores económicos
ATENAS (Reuters) - Hace un siglo, los empleados públicos griegos aseguraron sus empleos de por vida después de décadas de protestas en un lugar del centro de Atenas llamado Klafthmonos, que significa plaza de las Lágrimas.
Hace un siglo, los empleados públicos griegos aseguraron sus empleos de por vida después de décadas de protestas en un lugar del centro de Atenas llamado Klafthmonos, que significa plaza de las Lágrimas. En la imagen, médicos y personal sanitario protestan en el centro de Atenas, el 30 de septiembre de 2011. REUTERS/John Kolesidis |
Esa decisión ha dado lugar a una nueva generación de manifestantes en la histórica plaza.
"La historia se repite pero esta vez como una farsa. Además de los recortes, ahora podríamos perder nuestros empleos", dijo Maria Bavgiadaki, de 54 años, sentada en un café en la plaza Klafthmonos poco antes de una manifestación contra de las medidas de austeridad.
"No sabemos qué nos va a pasar", aseguró.
A fines del siglo XIX, los políticos griegos contrataban y despedían a los funcionarios públicos a su voluntad, en un sistema asediado por la corrupción en el que mucha gente perdía sus trabajos en el sector estatal cada vez que un nuevo Gobierno asumía el poder tras elecciones.
Durante décadas, las personas despedidas se reunieron en la plaza, ahora llena de tiendas y cafés, para lamentarse por la dura situación económica que debían afrontar hasta 1911, cuando la Constitución fue modificada y se permitió a los sindicatos organizarse y asegurar los empleos de por vida.
Por estos días, los funcionarios públicos están volviendo a la plaza para luchar por el derecho ganado hace 100 años. Los 730.000 trabajadores del sector público se enfrontan la posibilidad de despido y su derecho constitucional podría ser desmantelado debido a la colosal crisis de deuda.
Bavgiadaki ha trabajado 27 años en el sector estatal. Su salario ha sido recortado en un 20 por ciento y sus primas suprimidas. El viernes se unió a sus colegas en la plaza para una protesta contra las reducciones de sueldos y despidos solicitados por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El país está amargamente dividido entre los empleados del sector privado, que dicen que la burocracia está estrangulando a los griegos, y trabajadores públicos que culpan por la crisis a la corrupción política y la evasión de impuestos por parte de los empresarios.
Con los años, el sector público ha crecido de forma tan incontrolada que en 2010 el Gobierno socialista tuvo que realizar un censo para enterarse de que empleaba a casi un quinto del total de la fuerza laboral griega de 4,2 millones de personas.
"Nuestros colegas del sector privado deberían darse cuenta de que no somos los enemigos", afirmó Bavgiadaki, que dijo que ella y sus compañeros son las víctimas de decisiones políticas tomadas fuera de su control.
/Por Renee Maltezou/cristina.fuentes@thomsonreuters.com))
(Reuters)
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