Medioambiente, sostenibilidad, responsabilidad social corporativa son términos que señalan la evolución del derecho ambiental en nuestro país. Una disciplina legal que en estos diez últimos diez años ha tenido en Garrigues Medioambiente, un protagonista clave “Nuestro proyecto es diferente al de cualquier otro, explica Antonio Baena, ingeniero y uno de socios directores. “Agrupa a consultores que colaboran con los abogados de esta área de negocio. Se trata de poderle darle todo el servicio a la empresa cliente. Desde su asesoramiento técnico hasta la parte legal o económica si fuera necesaria.” Para Santiago Garrido, letrado y socio director, no es posible hablar de hitos concretos en el desarrollo de esta actividad, “Hemos ido creciendo progresivamente gracias a las sinergias obtenidas del trabajo entre todos estos profesionales. “subraya. “En este caso dos más dos ha sido cinco. Los clientes lo han percibido muy bien, como una empresa como interlocutor único, con lo cual no necesitan contratar servicios a otros proveedores”. De cara al futuro se trata de consolidar el trabajo hecho, según observa, Jesús de la Morena, abogado y otro de los socios “y fomentar la especialización, Cuando hablamos de medio ambiente, hablamos de muchas cosas. Ahora ya tenemos especialistas en cambio climático; energías renovables o en responsabilidad social corporativa, por solo citar una significativa muestra. Queremos en el futuro ser capaces de dar un servicio más especializados a nuestros clientes.”
Más de medio centenar de profesionales trabajan en Garrigues Medioambiente, un proyecto pionero a nivel legal, “Creo que también el propio mercado recibió bien esta iniciativa. Se trata de ofrecer un servicio integral con un mismo equipo de trabajo. Ahora somos más de cincuenta personas los que configuran esta división.” comenta Baena. Ni siquiera la crisis ha servido como freno a su actividad. Cuestiones como el desarrollo de la fiscalidad verde en nuestro país; la trasposición del derecho comunitario o los nuevos tipos delictivos recogidos en el último Código Penal dejan claro que el comportamiento medioambiental de las empresas es importante:” Quizás lo más destacado de esta normativa tenga que ver con la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Desde la vertiente medioambiental se indica que algunos comportamientos de personas jurídicas o empresas pueden tener este castigo penal. Aquí entraría todo lo relacionado por catástrofes medioambientales o accidentes. “indica Garrido. De forma paralela a estos fenómenos emerge la responsabilidad social corporativa, una nueva actividad desde el derecho medioambiental “que Europa ya empieza a legislar yque en nuestro país aparece recogido en la Ley de Economía Sostenible”, subraya De la Morena. “Se trata de ayudar a las empresas que sean socialmente responsables”.
Ya han pasado diez años desde que Garrigues puso en marcha una iniciativa pionera en el panorama de los servicios legales y creó su empresa filial de consultoría especializada en Medio Ambiente. Tras una trayectoria eficiente y sostenible, Garrigues Medio Ambiente ha sido capaz de prestar de forma conjunta servicios legales y de consultoría técnica y económica en materia de medio ambiente y energías renovables. Por todo ello, el grupo aprovechó el pasado 29 de Septiembre para celebrar su décimo cumpleaños en un acto que contó con más de 200 invitados y que tuvo lugar en la sede coorporativa de la firma
Antonio Garrigues fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes a quienes agradeció la confianza demostrada hacia la firma. Por su parte, la secretaria de Estado de cambio climático, Teresa Ribera, también estuvo presente en el acto y felicitó al departamento por el trabajo diario y por su extensa trayectoria en un sector “tan joven”.
Si tuvieramos que explicar el éxito de Garrigues Medio Ambiente tendríamos que hacer referencia al hecho que el servicio que prestan a sus clientes se basa en la combinación de abogados especializados en medio ambiente junto a profesionales que tienen una formación técnica en esta área, ya sean ingenieros, químicos, ambientólogos o economistas.
De hecho, cualquier norma ambiental suele tener un componente técnico muy relevante que regula aspectos como la naturaleza de emisiones y vertidos o los límites de emisión aplicables y que, a su vez, calcula su potencial dispersión en el entorno y cuantifica sus impactos. Por todo ello las empresas precisan cada vez más de una asesoría jurídica que sea experta en obligaciones ambientales, a la vez que esté reforzada con conocimientos técnicos sobre la materia.
Hace unos dias, con Carlos Agrasar, Director de Comunicación de Garrigues, como testigo, mantenemos esta entrevista con las tres caras visibles del despacho. Como el lector de DIARIOJURIDICO comprobará no eluden ningún tema por comprometido de quea
Es curioso pero en un momento como el actual, de crisis, da la sensación que la búsqueda de otro modelo productivo convierte al medioambiente en referente..
Antonio Baena:
La verdad que no se trata tanto de saber si es o no un buen momento para la sostenibilidad. Desde hace ya tiempo la sostenibilidad es un factor a tener en cuenta y las empresas ven que es un camino que tienen que discurrir de ahora en adelante.
Lo cierto es que no ha habido un crecimiento importante en los últimos años. Toda esta tendencia ha sido bastante progresiva, contínua y escalonada. Todo esto ha evitado que se generase cualquier burbuja similar a la inmobiliaria o que surgiese un bajón importante a posteriori.
Ahora se habla de eficiencia energética; de ahorro de recursos naturales; de las propias energías renovables y de situación con las primas lo que no las descarta como una apuesta de futuro en este sector.
Realmente hay ciertas áreas de negocio en este sector medioambiental que ofrecen indudables oportunidades de negocio.
Santiago Garrido:
Hay que distinguir del medioambiente como elemento energético como ha comentado hace un momento Antonio, de la protección del medioambiente, que es evidente que en tiempo de crisis no es lo prioritario.
L a falta de capacidad económica de las empresas lo que hace es eliminar los gastos no necesariamente vinculados a producción.
Esto hace que las empresas reduzcan los proyectos donde hay por delante algunas inversiones en materia medioambiental. Se centran más en cumplir con las obligaciones que tienen que asumir.
Jesús de la Morena
Las empresas en este contexto reducen costes, es evidente llegando a sacrificar determinadas partidas de inversiones ambientales. Creo que es un error hacer estas desinversiones aunque también hay muchas otras empresas que están transformando sus servicios en medioambientales.
Se trata de alguna forma de dar un valor verde en este campo que antes no existía. Así esta pasando en sectores como el turismo; reciclaje o industrial por citar algunos. También el propio sector financiero tienen una gran oportunidad de negocio en el sector ambiental.
Otra de las cuestiones que acaparan el primer plano es la fiscalidad verde. ¿En un momento como el actual, creen posible adaptar este modelo a países como España?
A.B.:
En una época como la que atravesamos el déficit de los Gobiernos es algo que hay que es muy delicado. Quizás por ello no sea el momento de impulsar nuevos impuestos como de reestructurar la actual carga impositiva. Que realmente las actividades menos eficientes tengan más impuestos en detrimento del resto.
S.G:
La fiscalidad puede tener un componente recaudatorio pero también de incentivo a la propia economía. La fiscalidad verde se viene utilizando en muchos sitios pero creo que aún su uso no es grande. Se podría por ejemplo gravar comportamientos medioambientales con un impuesto concreto. En este caso se ha hablado de crear un impuesto sobre los vertederos y sus residuos para potenciar más el propio reciclaje.
En el otro lado, estarían las desgravaciones fiscales por otro tipo de actuaciones. Así se habla de impulsar el coche eléctrico como otras iniciativas similares. Que comportamientos medioambientalmente adecuados fueran reconocidos fiscalmente desde esta perspectiva.
En nuestro país, ya hay algunas comunidades autónomas que están poniendo en marcha iniciativas de este tipo pero aún queda mucho camino por recorrer si queremos compararnos con Estados Unidos, país ejemplo de este tipo de actividades medioambientales.
J.M:
Al hilo de lo que se está comentando creo que es muy buena idea la recuperación de la deducción medioambiental por vía de la propia Ley de Economía Sostenible recientemente aprobada. Hubo un momento en que se pensó que iban a desaparecer y con la aparición de esta Ley, ahí siguen. Creo que se debería ampliar más este capítulo dentro del propio sistema impositivo español.
En un momento como el actual también se transfieren muchas directivas europeas a la legislación española ¿Cómo se está haciendo este trasvase en materia medioambiental?
S.G.:
Creo que sobre legislación en este sector. Es muy exhaustiva y uno la encuentra en cualquier ámbito relacionada con el medioambiente. Además de la normativa que viene de la trasposición de directivas comunitarias, también está la que general las propias comunidades autónomas. La cantidad de normas en vigor en materia medioambiental es apabullante.
La dificultad estriba en saber que legislación que regula cada apartado y si no se habrá modificado hace poco. Se echa en falta una mejor organización de nuestra legislación.
Respecto a la trasposición, es compleja, en algunos casos también hay que conjugar ciertos intereses, como ha sido en la reciente aprobación de la Ley de Residuos de Julio, donde se ha querido trasponer el derecho comunitario, manteniendo en parte la anterior normativa y respetando los intereses de las comunidades autónomas.
A.B.:
Creo que en este apartado el reto es la armonización con Europa. Las propias empresas lo reclaman en este contexto medioambiental.
La trasposición es lenta pero vamos haciendo este trabajo de adaptar nuestro derecho ambiental al comunitario.
J. M. :
Hay que darse cuenta que la maquinaria legislativa europea va a toda velocidad. Ahora mismo se preparan muchos desarrollos legislativos que luego tendrán una trasposición en nuestro ordenamiento jurídico interno.
Es complicado que las empresas puedan estar pendiente de toda esta normativa pese a que quizás ahora exista algún parón a nivel nacional y autonómico en esta materia.
Otro asunto que preocupa a las empresas es el endurecimiento de las penas y el reconocimiento de los delitos medioambientales en el Código Penal…
S. G.:
Los delitos ecológicos de alguna forma ya quedaban recogidos en la Constitución cuando habla de que los poderes públicos establecerán las sanciones oportunas para preservar el medioambiente.
Esta figura delictiva ha sufrido una evolución debido al mismo entorno cambiante en el que desarrolla. Se trata, en definitiva, de dar un mayor grado de protección a lo que entendemos por medioambiente.
Quizás lo más destacado de este nuevo Código Penal tenga que ver con la responsabilidad penal de las personas jurídicas que supone un cambio importante en nuestro ordenamiento jurídico.
Desde la vertiente medioambiental se indica que algunos comportamientos de personas jurídicas o empresas pueden tener este castigo penal. Aquí entraría todo lo relacionado por catástrofes medioambientales o accidentes. Esta nueva figura puede tener un comportamiento interesante por lo que estamos comentando.
¿Cómo se ve el debate que enfrenta a las energias renovables con las nucleares?
A.B.:
En este debate hay que huir de dogmatismos. En España hemos cometido el error de enfrentar unas tecnologías con otras. Creo que tenemos que huir de estas discusiones que no conducen a nada porque ahora mismo todas las tecnologías son necesarias.
Creo que si se hace un planteamiento serio de estos temas le corresponde al Gobierno moderar este nuevo debate. Se trata sobre todo de esbozar realmente cuál es el recorrido natural del mix energético en nuestro país.
No podemos olvidar que ahora el coste de electricidad es algo que repercute de forma directa en la competitividad del país. Debemos, como dicen los expertos, avanzar a una economía con menos CO2 y menos carbono. Hace falta pues un análisis serio económico-técnico de por donde queremos ir en este tema.
Por último, es evidente que la responsabilidad social corporativa de las empresas es otro nicho de mercado para una firma como Garrigues Medio Ambiente…
J.M.:
Los temas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se ven como un derecho incipiente. Si hace veinte años se hablaba del derecho medioambiental ahora estamos ante un derecho más especializado que se apoya ya en otras áreas del derecho existentes pero también hace énfasis en el tema de los estándares internacionales; la transparencia y mayor información hacia los stakeholders.
En Europa ya se empieza a legislar este tema que en nuestro país aparece recogido en la Ley de Economía Sostenible de la que ya hemos hablado. Desde esta perspectiva, también apoyados en los temas de buen gobierno en Garrigues ya trabajamos todos estos temas y ayudamos a las empresas a que sean socialmente responsables.
Hace unos días hemos presentado un estudio en colaboración con nuestros socios Forética y ADIF sobre la presencia de la RSC en la empresa pública. De hecho hay una corriente muy extendida que señala que las empresas públicas deben dar ejemplo y ser las primeras en empujar en este tema.
También hemos presentado con Corporate Excelence otro estudio que analiza el impacto de la Ley de Economía Sostenible y el impacto que tiene para las grandes empresas. También se presentarán los estándares internacionales que se utilizan en esta materia.
La verdad que estamos ante una nueva concepción del derecho medioambiental lo que ha hecho que se haya creado en Garrigues un grupo de trabajo con profesionales de diversa procedencia; laboral, buen gobierno; fiscal o administrativo. Informamos de forma interna de todo lo que hacemos y procuramos ofrecer servicios a nuestros clientes en esta nueva parcela del derecho ambiental. Desde hace cinco años editamos nuestra propia Memoria de RSC.
Hablar de responsabilidad social corporativa supone además de hablar de la vertiente medioambiental, de otros aspectos también importantes a nivel económico, empresarial, de buen gobierno o social. Se trata de integrar los temas medioambientales en el día a dia de la empresa y lograr una visión más integrada de las cosas.
Fuente: diariojuridico.com
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