ANÁLISIS
La ley de Igualdad, aprobada en 2007 como una de las normas estrella de la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, era contundente en el terreno político -ningún sexo menos del 40% en las listas electorales-, pero dejaba a la libre voluntad de las empresas otro punto clave, la presencia equilibrada de hombres y mujeres en los puestos de poder económico, léase los consejos de administración.
El artículo 75 establece que las grandes empresas “procurarán incluir en su consejo de administración un número de mujeres que permita alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres en un plazo de ocho años a partir de la entrada en vigor de esta ley”. La meta era que en 2015 los sillones estuvieran ocupados con el mismo criterio que se confeccionan las listas electorales: ningún sexo debería ocupar menos del 40%. Pero en 2011 la meta sigue lejos.
Las empresas del IBEX han hecho algún esfuerzo. En 2002 tenían un 2% de consejeras. El pasado mes de julio suponían el 11%. Es lo que Pérez Rubalcaba llamó ayer “un avance a ritmo geológico”.
Los redactores de la norma española optaron por la prudencia al redactar los apartados que se refieren a la empresa privada, pero ello no les hurtó fuertes críticas de los poderes económicos y del PP. Incluyeron estímulos para las empresas igualitarias –a igualdad de méritos en otras cuestiones, tendrían prioridad en los concursos públicos, por ejemplo-, pero ni eran muchos ni han bastado para lograr un gran avance.
El anuncio de Rubalcaba de hacer obligatoria la paridad en los consejos de forma gradual –el calendario se fijará en el programa electoral- supone optar por un modelo similar al noruego. En los consejos de administración de las empresas del país nórdico, las mujeres han pasado del 7% -en 2002- al 44% gracias a una ley de cuotas que obliga a la presencia equilibrada.
El artículo 75 establece que las grandes empresas “procurarán incluir en su consejo de administración un número de mujeres que permita alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres en un plazo de ocho años a partir de la entrada en vigor de esta ley”. La meta era que en 2015 los sillones estuvieran ocupados con el mismo criterio que se confeccionan las listas electorales: ningún sexo debería ocupar menos del 40%. Pero en 2011 la meta sigue lejos.
Las empresas del IBEX han hecho algún esfuerzo. En 2002 tenían un 2% de consejeras. El pasado mes de julio suponían el 11%. Es lo que Pérez Rubalcaba llamó ayer “un avance a ritmo geológico”.
Los redactores de la norma española optaron por la prudencia al redactar los apartados que se refieren a la empresa privada, pero ello no les hurtó fuertes críticas de los poderes económicos y del PP. Incluyeron estímulos para las empresas igualitarias –a igualdad de méritos en otras cuestiones, tendrían prioridad en los concursos públicos, por ejemplo-, pero ni eran muchos ni han bastado para lograr un gran avance.
El anuncio de Rubalcaba de hacer obligatoria la paridad en los consejos de forma gradual –el calendario se fijará en el programa electoral- supone optar por un modelo similar al noruego. En los consejos de administración de las empresas del país nórdico, las mujeres han pasado del 7% -en 2002- al 44% gracias a una ley de cuotas que obliga a la presencia equilibrada.
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