Vicente Álvarez Areces, entre Pilar Varela y la diputada socialista Mariví Monteserín, ayer, durante su visita electoral a la plaza de Hermanos Orbón. mara villamuza |
-¿Por qué no realizó antes la cesión de los edificios?
-No podíamos. La decisión administrativa que tomó el Gobierno anterior fue en diciembre 2010. Y el expediente está completo, con todos los informes favorables. Pero no lo llegamos a ceder porque estábamos en funciones. Y no se pudo hacer antes porque no se habían recibido las obras, hubo que inscribir el Niemeyer en el registro, lleva su tiempo.
-Pero aún en funciones, el Gobierno intentó culminar la cesión.
-Bueno, lo que ocurre es que no quisimos dar a entender que lo hacíamos apuradamente intentando que se obviase una decisión que correspondía al nuevo Gobierno. Así consta en el convenio, que ya tiene que hacerse con la mayor celeridad. Si no se ceden los edificios, los gestores no pueden hacer contratos más allá de diciembre. Y hay una resolución parlamentaria por mayoría que dice que se haga. En cuanto al número de años, tampoco sería un obstáculo. Si no quieren que sea por el máximo legal, pues por menos.
-El Principado dice que por cuatro años. ¿Le parece poco?
-Evidente. Así no se puede gestionar un centro. Pero si ese es un elemento a debatir, que lo negocien. No debe ser obstáculo. Así que ni el número de miembros del Principado ni el plazo de la cesión son un problema. En tercer lugar está que se mantenga el equipo gestor, que ha realizado una gestión brillante y reconocida, y con el modelo que inicialmente se pactó para que Asturias tuviera una proyección internacional y se vinculara a figuras reconocidas.
-Esa vinculación a figuras reconocidas lo distingue del resto...
-Lo diferencia de cualquer otro centro del mundo. Las puertas de acuerdos como el que alcanzamos con el embajador de Brasil nos las abrieron los premiados que Natalio Grueso vinculó a la actividad del centro, y de otros personajes que sin ser premiados tuvieron que ver con Asturias, como Brad Pitt. ¿Por qué desaprovechar este capital, si funciona? ¿Por qué cambiar el modelo, como parece que quieren hacer? Y luego, cultura de carácter internacional que no puede estar vinculada al gobierno de turno, yo no lo hice ni creo que deba hacerlo nadie. Si no respetan el modelo de gestión ponen en riesgo el patrocinio privado.
-El consejero de Cultura ha dicho que lo del Niemeyer es espectáculo.
-Son unas de las declaraciones más desafortunadas que he escuchado en mi vida de una persona que viene del mundo de la cultura. Tratar de decirles a los demás qué es cultura y qué no, no lo he visto en mi vida.
-¿Pensó que ocurriría esto, con la llegada de Foro al Principado?
-Sinceramente, nunca creí que las cosas llegasen a este extremo. Actuamos con todo el respeto democrático. El resultado fue brillante, la imagen del Niemeyer había transpasado nuestras fronteras. El Niemeyer es un gran patrimonio del Principado. Y cuanto más brillante sea su repercusión, más valor tendrá. Su cesión es en uso, no hay descapitalización. Pero cuando está en el cúlmen Cascos intenta desmantelarlo en lugar de plantear las dudas en el seno del patronato.
-Pero se debate quién puede convocar el patronato.
-Todos los cambios que se han producido en los estatutos son legales. Y la actitud del Principado para clarificar cosas no parece la más adecuada. Camina todo hacia una conflictividad judicial, que es lo peor que puede suceder. En el ámbito judicial se resuelven tardíamente las cosas y, quizá la solución llegue cuando el centro ya esté cerrado.
-Sin embargo la primera en judicializar el conflicto fue la Fundación.
-No lo ha judicializado. Tiene unos plazos para reclamar la negativa de la Consejería de registrar los acuerdos. Y si no reclama, quiere decir que lo acepta. Si hay un acuerdo en los términos que propone la alcaldesa, esos contenciosos se retiran inmediatamente. Es el camino que deberíamos de seguir todos para encontrar un acuerdo rápido, los plazos corren en contra.
-Este conflicto tiene varios protagonistas: Principado, Ayuntamiento, gestores, Autoridad Portuaria de Avilés, ciudadanos.
-Hasta la entrada del nuevo Gobierno, la sintonía entre ciudadanos, gestores, proyecto y Gobierno fue total. Por lo tanto algo hemos hecho bien, hemos conseguido sintonía y una repercusión más rápida de lo habitual. Si eso se altera, quienes tienen que dar explicaciones son los que lo están alternado.
-¿Hay razón para que ocurra en Avilés, reducto del PSOE?
-El Gobierno tiene muchos conflictos. En Gijón es evidente que la renuncia de Rosina (Gómez Baeza) está motivada por la falta de confianza. También ha chocado con el sector audiovisual un Gobierno que promete crear empleo y se apura en destruirlo. Es un suicidio meterse con proyectos que funcionan bien. Yo he hecho política mirando hacia adelante, aquí todas las energías son para destruir lo que hicimos.
-Las relaciones entre Avilés y el Puerto están tensas.
-Es insólito que el Puerto niegue la representatividad del presidente anterior, que legitimó todos los acuerdos. Nunca en Avilés el Puerto tuvo un presidente que se enfrentase a la ciudad. Inaugura una etapa de conflictividad que no lleva a ningún sitio, hay que dialogar. Pero cualquier negociación tiene que respetar el modelo de política cultural y el equipo gestor. Sin incrementar el patrocinio privado no hay futuro, los fondos públicos no bastan. ¿Por qué va a estar mal que llegue a haber más patronos privados que públicos?
-El Principado puso en duda la gestión económica.
-Esa tinta de calamar es tan vieja como la historia de la humanidad, cuando se quiere desprestigiar con acusaciones sin fundamento. Lo que haya que aclarar será en el seno del patronato.
-¿Es optimista?
-Soy realista, se está destruyendo uno de los proyectos más importantes de Asturias. Me gustaría que hubiera unanimidad; demostraría que los asturianos sabemos unirnos para construir el futuro. Destruir lo que otros han hecho es antipolítica.
Fuente: lne.es
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