Mercados
E.B.
En los mercados, normalmente, cuando un inversor compra un bono lo que pretende es obtener, con el tiempo, una rentabilidad moderada. En otras palabras: busca que su inversión sea rentable. Sin embargo, las turbulencias que asolan a los mercados financieros desde finales de 2009, y que se han recrudecido este mes de agosto, han dejado algunas paradojas curiosas a la hora de examinar determinadas operaciones. La subasta de bonos a seis meses que realizó el Tesoro suizo es una de ellas. Durante esta emisión, los inversores adquirieron bonos con la condición no ya de no cobrar por ellos, sino incluso de pagar.
Aunque no es la primera vez que esto sucede, eso no lo convierte en algo habitual. Ante la pregunta de cuál es el motivo por el que los inversores deciden pagar por tener bonos (a corto plazo) suizos en sus manos, los expertos responden que es tal el temor de los mercados que muchos bancos o grandes fondos de inversión prefieren acudir a un valor refugio contrastado y y así asumir ligeras pérdidas (las que suponen el pago del bono en cuestión) que no deambular por los mercados y que un mal golpe hunda las posiciones marcadas.
Según las cifras que publica el Banco Nacional de Suiza, la demanda alcanzada esta semana por el Tesoro suizo ha sido de 7.820 millones de francos suizos (6.837 millones de euros) a una rentabilidad del -1%. Aunque esta cifra queda por debajo de la demanda obtenida en otra subasta a corto plazo celebrada a mediados de agosto -17.100 millones de francos suizos (cerca de 15.000 millones de euros)- sí se sitúa muy por encima de la demanda media que logran reunir las subastas de bonos a largo plazo: 1.000 millones de francos (874 millones de euros).
Diversos analistas citados por el periódico The Wall Street Journal han explicado que buena parte de estos refugiados son nuevos. Aunque se desconoce en muchas ocasiones el origen del inversor, estos expertos aseguran que los inversores de deuda suiza tradicionales, que son las grandes aseguradoras y los fondos de pensión, no están muy presentes en este tipo de emisiones a corto plazo.
Fuente: EL BOLETIN.com
En los mercados, normalmente, cuando un inversor compra un bono lo que pretende es obtener, con el tiempo, una rentabilidad moderada. En otras palabras: busca que su inversión sea rentable. Sin embargo, las turbulencias que asolan a los mercados financieros desde finales de 2009, y que se han recrudecido este mes de agosto, han dejado algunas paradojas curiosas a la hora de examinar determinadas operaciones. La subasta de bonos a seis meses que realizó el Tesoro suizo es una de ellas. Durante esta emisión, los inversores adquirieron bonos con la condición no ya de no cobrar por ellos, sino incluso de pagar.
Aunque no es la primera vez que esto sucede, eso no lo convierte en algo habitual. Ante la pregunta de cuál es el motivo por el que los inversores deciden pagar por tener bonos (a corto plazo) suizos en sus manos, los expertos responden que es tal el temor de los mercados que muchos bancos o grandes fondos de inversión prefieren acudir a un valor refugio contrastado y y así asumir ligeras pérdidas (las que suponen el pago del bono en cuestión) que no deambular por los mercados y que un mal golpe hunda las posiciones marcadas.
Según las cifras que publica el Banco Nacional de Suiza, la demanda alcanzada esta semana por el Tesoro suizo ha sido de 7.820 millones de francos suizos (6.837 millones de euros) a una rentabilidad del -1%. Aunque esta cifra queda por debajo de la demanda obtenida en otra subasta a corto plazo celebrada a mediados de agosto -17.100 millones de francos suizos (cerca de 15.000 millones de euros)- sí se sitúa muy por encima de la demanda media que logran reunir las subastas de bonos a largo plazo: 1.000 millones de francos (874 millones de euros).
Diversos analistas citados por el periódico The Wall Street Journal han explicado que buena parte de estos refugiados son nuevos. Aunque se desconoce en muchas ocasiones el origen del inversor, estos expertos aseguran que los inversores de deuda suiza tradicionales, que son las grandes aseguradoras y los fondos de pensión, no están muy presentes en este tipo de emisiones a corto plazo.
Fuente: EL BOLETIN.com
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