Diputaciones
Maite Nolla
Pretenden instaurar ni más ni menos que siete provincias al modo nacionalista catalán, que no se llaman diputaciones, sino veguerías. Es decir, la propuesta de Duran es la de casi doblar el sistema actual; a lo nacionalista, pero doblado
La verdad es la verdad y, aunque la cuestión es más compleja y exige muchas más reformas colaterales, la idea de suprimir las diputaciones no sólo es necesaria, sino que parece casi inevitable. Pienso que la cosa tiene que ver más con el reparto de las atribuciones y con las necesidades de cada caso, pero es un principio. Lo que sucede es que siendo novedoso que en España, por fin, se pueda hablar de reorganizar un poco el amplio concepto de eso que se llama la Administración Pública, nunca se podía pensar que los ideólogos del debate sobre la supresión de las diputaciones fueran Pepe Blanco, Rubalcaba y Duran i Lleida. Y menos que los socialistas le pretendan dar al tema un toque ideológico, y que el socialcristiano quiera darnos un ejemplo de la sensatez del nacionalismo moderado.
De los tres, el que tiene alguna disculpa es el ministro Blanco. Pedirle que antes de dar una rueda de prensa se lea el artículo 137 de la Constitución, el 141 y el 143, y que los procese, ya sé que puede ser excesivo, pero redundaría en su propio beneficio. Dijo el portavoz del Gobierno que las diputaciones respondían a una concepción "preautonómica" del Estado. Franquista, quiso decir. La Constitución no dice que las diputaciones tuvieran que desaparecer cuando se constituyeron las comunidades, ni lo prevé como algo a extinguir. Estamos en agosto, y no es plan de soltar un rollo sobre el carácter potestativo del acceso a la autonomía, pero tan constitucionales son las diputaciones como las autonomías, aunque sólo sea porque son dos cosas distintas. Si lo que ha querido decir Blanco es que lo moderno es lo autonómico y lo retrogrado las diputaciones, que despida al que le ha redactado la nota.
En el capítulo de los falsos, aparecen dos habituales: Rubalcaba y Duran. Difícil determinar cuál de los dos lo es más, pero empezando por el líder nacionalista, dice que su partido lleva proponiendo la supresión de las diputaciones desde 1931. Lo que sucede es que ellos proponen la supresión de la provincia por ser una forma española de dividir y organizar a Cataluña. Pero una vez liberados de la imposición española, ellos pretenden instaurar ni más ni menos que siete provincias al modo nacionalista catalán, que no se llaman diputaciones, sino veguerías. Es decir, la propuesta de Duran es la de casi doblar el sistema actual; a lo nacionalista, pero doblado. Y de Rubalcaba hay que decir lo mismo, porque él cocinó, redactó y votó en el Congreso la ley que prevé esa posibilidad: el Estatut. Vamos, que de creernos su propuesta cabría preguntarse por qué ha necesitado salir del Gobierno para ver la luz. Como con la solución al paro.
Dicho todo esto, el PSOE no saca el tema porque el PP sea ahora el que gobierna en las diputaciones. ¡Bong!, respuesta incorrecta. En el PSOE se apuntan a esto porque ya no saben qué hacer. Con lo cual, a ver si los que se quedan de guardia en el PP en verano se trabajan un poquito más las ruedas de prensa.
Fuente: Libertad Digital
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