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domingo, 28 de agosto de 2011

Un gran paso adelante

Galicia / EL CALEIDOSCOPIO


Es justo reconocer que en esta coyuntura histórica el gobierno gallego ha funcionado como vanguardia
Día 28/08/2011
SOLO nueve años separan el giro hacia la autocrítica total de José Luis Rodríguez Zapatero. En octubre del 2002 ridiculizó la política de Aznar en defensa del déficit cero, y ahora, en los estertores de su mandado, no solo la defiende sino que postula que se convierta en regla constitucional. Lástima que no cayera antes de la burra, porque si sus gobiernos aplicasen la filosofía integrada del equilibrio macroeconómico, otro gallo nos cantaría.

Obviamente el PP apoya su propuesta, porque ha sido la filosofía política que ha inspirado su práctica económica real, su seña de identidad diferencial. En Galicia Feijóo volvió a renovarla como instrumento contra una crisis económica heredada y negada por toda la izquierda, gallega y española. Primero con la contención de los gastos corrientes, después con la formulación de una ley de Disciplina Presupuestaria y Financiera. Todo en el marco de un modelo de fijación de prioridades, señalización de alertas y atención a los sectores estratégicos en dificultades, en particular el financiero, el industrial y el sanitario. Es justo reconocer que en esta coyuntura histórica el gobierno gallego ha funcionado como una vanguardia de propuestas alternativas, como una comunidad a seguir e imitar, como una seria referencia.

Por sectarismo político permanente la izquierda gobernante boicoteó sus propuestas y se abandonó a los palos de ciego, sin línea ni programa. Todo fue gasto puntual y cortoplacista, despilfarro del endeudamiento y partidismo para sostener una precaria mayoría parlamentaria en Madrid. Hasta que en mayo del 2010 los poderes europeos y los acreedores internacionales le mandaron parar, exigiéndole una política de austeridad y reorientación económica so pena de cortar la refinanciación de la deuda. Fue el principio del fin. Luego continuaron las derrotas electorales y ahora asistimos a la puntilla final del viaje hacia la nada.

Merkel y Sarkozy exigen realismo y responsabilidad en la Unión Europea, el abandono del espejismo socialdemócrata y una nueva vía de liberalismo consecuente. Para el PP, el órdago de los líderes europeos es simple homologación de sus posiciones básicas. Tal es la visión de Rajoy, eso que sus oponentes quisieran anatematizar como programa oculto, cuando es política de equilibrio, estabilidad y sensatez manifiestas. A Rubalcaba, la propuesta de constitucionalizar una filosofía de estabilidad presupuestaria lo ha cogido a contrapié. Parece que no figuraba en su caja mágica de recetas infalibles que solo él conocía. Y en este nuevo esperpento se suma al del propio gobierno en materia de precariedad laboral o en el caso del apaciguamiento contra los grandes patrimonios. Es la fase de la incoherencia general previa al hundimiento manifiesto.

En sí mismo el acuerdo por la estabilidad no obligará directamente en cantidades concretas por mandato constitucional, pero por filosofía y contenidos en un gran paso adelante. Para Galicia es una condición de futuro desarrollo en estabilidad; porque su ámbito económico y de referencia fundamental es el resto de España. Las cifras de los márgenes de déficit permitidos para la Xunta y la del equilibrio puro para las administraciones locales será también una medida impulsora de su necesaria renovación.
La política no volverá a ser lo que fue.
Fuente: ABC Galicia

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