Internacional - Asia
Las autoridades de Corea del Norte han confirmado este lunes por primera vez que las lluvias caídas en las últimas semanas en el país y el paso de un tifón han provocado decenas de muertos y heridos.
Los fuertes vientos y las inundaciones sufridas recientemente en suelo norcoreano han destruido 2.900 viviendas en todo el país y han anegado unas 60.000 hectáreas de cosechas, lo que hace temer un empeoramiento de la crisis alimentaria por la que atraviesa el país, según la agencia de noticias oficial KCNA, cuya nota recoge la surcoreana Yonhap.
Además, unas 170 fábricas y edificios públicos han quedado destruido, añade la KCNA, que informa también de daños en carreteras y puentes por corrimientos de tierra.
Pese a que los graves daños causados por las recientes inundaciones en Corea del Sur hacían temer un escenario similar al otro lado de la frontera, hasta ahora Pyongyang había mantenido su habitual política de guardar silencio. Su mensaje de este lunes parece un intento por apelar a la ayuda, con la esperanza de que ésta llegue a un país reacio a abrirse a la comunidad internacional y al que las carencias en materia de prevención de desastres y la extendida deforestación parecen pasarle factura con este tipo de fenómenos atmosféricos.
El año pasado, los medios oficiales norcoreanos confirmaron la muerte de 14 personas tras las inundaciones registradas en la localidad de Sinuiju, en la frontera con China. En 2007, las lluvias más fuertes caídas en cuatro décadas causaron la muerte o desaparición de 600 personas y dejaron a unas 100.000 personas sin hogar.
Además, unas 170 fábricas y edificios públicos han quedado destruido, añade la KCNA, que informa también de daños en carreteras y puentes por corrimientos de tierra.
Pese a que los graves daños causados por las recientes inundaciones en Corea del Sur hacían temer un escenario similar al otro lado de la frontera, hasta ahora Pyongyang había mantenido su habitual política de guardar silencio. Su mensaje de este lunes parece un intento por apelar a la ayuda, con la esperanza de que ésta llegue a un país reacio a abrirse a la comunidad internacional y al que las carencias en materia de prevención de desastres y la extendida deforestación parecen pasarle factura con este tipo de fenómenos atmosféricos.
El año pasado, los medios oficiales norcoreanos confirmaron la muerte de 14 personas tras las inundaciones registradas en la localidad de Sinuiju, en la frontera con China. En 2007, las lluvias más fuertes caídas en cuatro décadas causaron la muerte o desaparición de 600 personas y dejaron a unas 100.000 personas sin hogar.
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