Benedicto XVI tuvo este viernes el encuentro más delicado de su visita pastoral de cuatro días a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El Papa recibió al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la nunciatura vaticana de Madrid.
De “delicada” ha sido calificada la reunión por los temas políticos que se esperaba fueran tratados y por las duras críticas de la Iglesia católica al Gobierno de Rodríguez Zapatero. El malestar del Vaticano se debe sobre todo, a las políticas de reconocimiento de los derechos civiles a minorías sexuales, pero también a la agilización del divorcio y el aborto libre en las primeras 14 semanas.
Benedikt XVI y José Luis Rodríguez Zapatero se saludan en Madrid |
.Jóvenes peregrinos en Madrid. |
La Santa Sede considera a España una "vanguardia del laicismo" desde la llegada de Rodríguez Zapatero al poder, en 2004. Poco antes de la reunión de Joseph Ratzinger y Rodríguez Zapatero en la nunciatura, el portavoz del Ejecutivo español, José Blanco, expresó el "máximo respeto" del gobierno español a las "creencias del Papa".
Pero, aseguró, "el respeto a la Iglesia Católica no es óbice para que el gobierno legislara en materias como la ley del aborto, el matrimonio de personas homosexuales o la ley de cuidados paliativos y de muerte digna que está tramitándose en el Congreso". En todo caso, “las posturas del Vaticano no deciden sobre la agenda del Gobierno español”, recalca Blanco.
Hasta ahora el Vaticano se ha opuesto a los planes de Madrid de cambiar el “vergonzoso” simbolismo del Valle de los Caídos como sitio de peregrinaje de católicos fascistas y nazis que rinden homenaje a Franco (1892-1975), otrora amigo y homólogo de Hitler.
El objetivo de España es transformar el Valle de los Caídos en "un lugar de memoria reconciliada" y que deje de ser "un espacio de lo que fue el viejo nacional-catolicismo franquista". Una comisión de expertos prepara un informe sobre los usos futuros del Valle de los Caídos, que se publicaría antes de las elecciones del 20 de noviembre. En esa fecha se conmemora el aniversario de la muerte de Francisco Franco, enterrado en el lugar y cuyos restos podrían ser trasladados a otro sitio.
Lo único que transcendió hoy al respecto empero, es que el Vaticano se mostró “receptivo”, como anota el diario español El País. En todo caso, el Papa visitó este 18 de agosto San Lorenzo del Escorial, localidad que fue en numerosas ocasiones, durante tres siglos, capital del imperio español y sus colonias americanas. Para visitar el monasterio de los benedictinos del Valle de Caídos el pontífice tuvo que pasar por delante del problemático mausoleo.
Por otra parte, la Jornada de Juventudes católicas ha estado dominada por las protestas de jóvenes que quieren ser escuchados con sus exigencias de un Estado laico. "¡Esta no es la juventud del papa!". El cántico se ha escuchado estos días en el centro de Madrid, donde manifestantes se han enfrentado verbalmente con peregrinos católicos, en sucesos sin precedentes en las anteriores visitas de un Papa a España.
El rechazo se dirige al gasto público que la Jornada Mundial de la Juventud y la presencia de Benedicto XVI suponen para las arcas públicas de una España sumida aún en una grave crisis económica. Pero también en oposición a la propia estancia del pontífice y sus fieles en la capital española.
Seguidores del dictador Franco en el Valle de los Caídos, San Lorenzo del Escorial, España |
Franquistas protestan contra planes de convertir Valle de los Caídos en lugar de reconciliación. |
España, definida en su Constitución como Estado laico, ya no es el bastión católico que fue en tiempos de la dictadura franquista (1939-1975). Con la llegada de la democracia, las adhesiones a la Iglesia Católica fueron disminuyendo. Y la tendencia parece estar en consonancia con la de la mayoría de los países europeos.
"En Europa, la relación de muchos feligreses con su Iglesia es más distante, más pragmática y muchas veces también tiene un carácter meramente convencional", dijo a la agencia de noticias dpa el sociólogo alemán y experto en el tema Detlef Pollack.
Aún así, las cifras de creyentes en España siguen siendo altas si se comparan con otros países: el 71,7 por ciento de los españoles se dicen católicos, según el Centro español de Investigaciones Sociológicas, frente al 87% de 1992. Pero la práctica es cosa aparte: entre los jóvenes, apenas la mitad se considera católico y sólo el 10,3 por ciento es practicante.
Sea como sea, lo que hoy parece mover a buena parte de la juventud española es el deseo de tener un trabajo fijo sin que autoridades confesionales interfieran en sus vidas. Por ello no extraña que este viernes también se hubiera escuchado en las calles de Madrid gritos como ¡Menos curas, más cultura!". Y también "¡menos crucifijo y más trabajo fijo!".
Pero no todos están de acuerdo con la teoría de que el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero se ha alejado de la Iglesia consecuentemente. El catedrático de Historia Antigua, Ramón Teja, que dirige un curso sobre intolerancia religiosa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, "la Iglesia tiene más privilegios ahora que con Franco. No ha habido nunca un gobierno que haya favorecido tanto a la Iglesia como el de Zapatero".
Teólogos progresistas critican al Ejecutivo socialista por “compensar" tributariamente a la Iglesia Católica tras aprobar leyes incómodas para ésta. Es más, con esta visita de Benedicto XVI a España, el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó deducciones fiscales a las empresas que han realizado donaciones para el desarrollo de la JMJ.
Ni a los jerarcas católicos, ni a nadie, debería sorprenderles las protestas de los jóvenes españoles contra la Iglesia, dice el diario vienés Die Presse, “toda vez que la misma Iglesia y muchos de sus representantes se han ganado con creces la repulsión que ahora cosechan”.
Desde Berlín reciben también los jóvenes madrileños palabras de compresión. El designado arzobispo de Berlín, Rainer Maria Woelki, recuerda que “hoy vivimos en sociedades abiertas y libres. Por eso es legítimo que los jóvenes manifiesten sus convicciones”, dice el prelado alemán en un artículo que se publica este sábado 20 de agosto en el diario capitalino Tagesspiegel.
Es de confiar que Woelki conserve la calma cuando tengan lugar las anunciadas manifestaciones anunciadas por el grupo alemán “¡El Papa viene!” que prepara “ruidosas protestas que se escucharán desde la Puerta de Brandenburgo hasta el Bundestag”; con motivo de la próxima visita del pontífice a Alemania. La policía ya ha anunciado un veto y los manifestantes una apelación jurídica. La cita es este 22 de septiembre en Berlín.
Editora: Claudia Herrera-Pahl
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