«El mercado de vivienda unifamiliar ha desaparecido», afirman las inmobiliarias Ribadesella, P. MARTÍNEZ |
En la villa cuesta encontrar casas nuevas por la falta de iniciativa y liquidez de los promotores, pero el stock de segunda mano es grande
Cuatro años después del estallido de la «burbuja inmobiliaria», en Ribadesella cuesta encontrar una vivienda nueva, pero no una de segunda mano. Lo primero se explica por la falta de iniciativa y liquidez de los promotores y porque el municipio lleva más de una década sin calificar nuevo suelo urbanizable. Lo segundo se debe a muchas de las compras que se hicieron entre 2003 y 2007, insostenibles ahora para los propietarios por diferentes motivos y cuya reventa se complica en el panorama actual.
«De segunda mano el stock es grande. Ahora la gente se ve apurada y necesita vender, pero no puede hacerlo al precio por el que compró», explica Roberto Rojo, de Rianorte Grupo Inmobiliario. Las sumas se elevaron tanto en esa época que ahora «estamos vendiendo obra nueva mucho más barata que de segunda mano», apunta Rojo. Por ejemplo, una vivienda nueva en la urbanización «Los Naranjos», a 500 metros de la playa de Santa Marina, cuesta 125.000 euros, equivalente a muchos precios de subrogación hipotecaria. En esta promoción, a Rianorte sólo le quedan «cinco o seis viviendas» y a Promociones Bada, otra de las empresas consultadas por este periódico, «siete de las últimas 115 que construimos».
La cosa cambia en la segunda mano y más aún si se sale del casco urbano de Ribadesella. «El mercado de vivienda unifamiliar que antes se vendía por 300.000 euros desapareció, no existe», explica Rojo, a quien le parece «dificilísimo» vender estas viviendas, cuyos precios «bajaron un montón respecto a los años buenos».
A la inflación se une, según la experiencia de Rianorte, «el cambio de mentalidad del comprador». Hace unos años, si al vendedor le fallaba alguien, sabía que encontraría otro comprador; ahora «la gente llega y dice «te doy tanto». En lugar del gusto de cada uno o lo idóneo de la zona, el criterio que rige ahora en la compra de vivienda es «el mejor precio. Viene un montón de gente con carpetas llenas de información que ha recopilado desde Foz a Comillas y se queda donde mejor precio le dan».
La zona rural riosellana tiene un mayor stock de vivienda, a pesar de que el metro cuadrado es más barato que en el centro urbano. Sin embargo, es otro tipo de propiedad con superficies mucho mayores, y eso hace que la financiación sea más complicada. «Ir al banco ahora y que te den 250.000 euros es muy difícil», señala Rojo.
Esta cantidad está por debajo de la media de lo que se pide en muchos portales inmobiliarios por una casa en Ribadesella. El stock se refleja, por ejemplo, en los 615 resultados que lanza la web «Trovit.es» para el municipio y en la que una casa a partir de 150 metros cuadrados con algo de finca rara vez baja de los 200.000 o 300.000 euros y se duplica sin mucho buscar. Eso si se quiere entrar a vivir, porque el ojo del buscador se alegra al tropezar con 51.000 euros y vuelve a la realidad cuando lee que se trata de una cuadra a tres kilómetros de la villa.
En la red se encuentran sumas que cuesta traducir a pesetas, como los 550.000 euros que se piden por un chalé de 140 metros cuadrados junto a la playa de Santa Marina o los casi dos millones de euros por 345 metros cuadrados construidos en una finca de 1.220 a tres pasos contados del arenal riosellano.
En el número de ceros y el consabido grifo de la financiación, que sigue cerrado, está quizá la clave fundamental del stock de vivienda. Desde Promociones Bada García denuncian que el problema «son las propias entidades bancarias, que hacen de inmobiliarias y llegan a rozar la competencia desleal. Cuando yo tengo un cliente y va a pedir financiación, le sacan su cartera de viviendas embargadas y le ofrecen, además de un precio inferior, la financiación incluida. Yo llevo el cliente y ellos venden su vivienda».
Sin embargo, no todo son malos augurios. La misma fuente de Promociones Bada presiente que Ribadesella «va a ser uno de los sitios donde primero se va a recuperar» el mercado inmobiliario. Cree que «no hay mucho suelo y será cuestión de esperar unos años para que el stock que hay, que no es mucho, se vaya del mercado y seguir con nuevas promociones».
La concejala de Urbanismo, Verónica Blanco (FAC), piensa que «el stock no es excesivo ni alarmante respecto a otros concejos» y apunta que el futuro Plan General se encuentra «en fase de elaboración». La norma municipal, muy esperada en Ribadesella durante los tres últimos mandatos, pretende «desarrollar nuevas áreas y ordenar las que ya existen, de forma que se facilite la construcción de vivienda colectiva, tanto libre como protegida», en venta y en alquiler». Blanco añade que el Plan General será una «solución para muchos años», para que se puedan «cubrir las necesidades de vivienda» del municipio: las actuales y las futuras.
Su antecesor en el cargo, Francisco Vázquez, de IU, no se muestra preocupado por las viviendas vacías. «El stock en Ribadesella no es excesivo, es relativamente normal». A Vázquez tampoco le inquieta la falta de suelo ya que, según sus cálculos y con la actual legislación urbanística, «se podrían hacer 2.000 viviendas nuevas».
«De segunda mano el stock es grande. Ahora la gente se ve apurada y necesita vender, pero no puede hacerlo al precio por el que compró», explica Roberto Rojo, de Rianorte Grupo Inmobiliario. Las sumas se elevaron tanto en esa época que ahora «estamos vendiendo obra nueva mucho más barata que de segunda mano», apunta Rojo. Por ejemplo, una vivienda nueva en la urbanización «Los Naranjos», a 500 metros de la playa de Santa Marina, cuesta 125.000 euros, equivalente a muchos precios de subrogación hipotecaria. En esta promoción, a Rianorte sólo le quedan «cinco o seis viviendas» y a Promociones Bada, otra de las empresas consultadas por este periódico, «siete de las últimas 115 que construimos».
La cosa cambia en la segunda mano y más aún si se sale del casco urbano de Ribadesella. «El mercado de vivienda unifamiliar que antes se vendía por 300.000 euros desapareció, no existe», explica Rojo, a quien le parece «dificilísimo» vender estas viviendas, cuyos precios «bajaron un montón respecto a los años buenos».
A la inflación se une, según la experiencia de Rianorte, «el cambio de mentalidad del comprador». Hace unos años, si al vendedor le fallaba alguien, sabía que encontraría otro comprador; ahora «la gente llega y dice «te doy tanto». En lugar del gusto de cada uno o lo idóneo de la zona, el criterio que rige ahora en la compra de vivienda es «el mejor precio. Viene un montón de gente con carpetas llenas de información que ha recopilado desde Foz a Comillas y se queda donde mejor precio le dan».
La zona rural riosellana tiene un mayor stock de vivienda, a pesar de que el metro cuadrado es más barato que en el centro urbano. Sin embargo, es otro tipo de propiedad con superficies mucho mayores, y eso hace que la financiación sea más complicada. «Ir al banco ahora y que te den 250.000 euros es muy difícil», señala Rojo.
Esta cantidad está por debajo de la media de lo que se pide en muchos portales inmobiliarios por una casa en Ribadesella. El stock se refleja, por ejemplo, en los 615 resultados que lanza la web «Trovit.es» para el municipio y en la que una casa a partir de 150 metros cuadrados con algo de finca rara vez baja de los 200.000 o 300.000 euros y se duplica sin mucho buscar. Eso si se quiere entrar a vivir, porque el ojo del buscador se alegra al tropezar con 51.000 euros y vuelve a la realidad cuando lee que se trata de una cuadra a tres kilómetros de la villa.
En la red se encuentran sumas que cuesta traducir a pesetas, como los 550.000 euros que se piden por un chalé de 140 metros cuadrados junto a la playa de Santa Marina o los casi dos millones de euros por 345 metros cuadrados construidos en una finca de 1.220 a tres pasos contados del arenal riosellano.
En el número de ceros y el consabido grifo de la financiación, que sigue cerrado, está quizá la clave fundamental del stock de vivienda. Desde Promociones Bada García denuncian que el problema «son las propias entidades bancarias, que hacen de inmobiliarias y llegan a rozar la competencia desleal. Cuando yo tengo un cliente y va a pedir financiación, le sacan su cartera de viviendas embargadas y le ofrecen, además de un precio inferior, la financiación incluida. Yo llevo el cliente y ellos venden su vivienda».
Sin embargo, no todo son malos augurios. La misma fuente de Promociones Bada presiente que Ribadesella «va a ser uno de los sitios donde primero se va a recuperar» el mercado inmobiliario. Cree que «no hay mucho suelo y será cuestión de esperar unos años para que el stock que hay, que no es mucho, se vaya del mercado y seguir con nuevas promociones».
La concejala de Urbanismo, Verónica Blanco (FAC), piensa que «el stock no es excesivo ni alarmante respecto a otros concejos» y apunta que el futuro Plan General se encuentra «en fase de elaboración». La norma municipal, muy esperada en Ribadesella durante los tres últimos mandatos, pretende «desarrollar nuevas áreas y ordenar las que ya existen, de forma que se facilite la construcción de vivienda colectiva, tanto libre como protegida», en venta y en alquiler». Blanco añade que el Plan General será una «solución para muchos años», para que se puedan «cubrir las necesidades de vivienda» del municipio: las actuales y las futuras.
Su antecesor en el cargo, Francisco Vázquez, de IU, no se muestra preocupado por las viviendas vacías. «El stock en Ribadesella no es excesivo, es relativamente normal». A Vázquez tampoco le inquieta la falta de suelo ya que, según sus cálculos y con la actual legislación urbanística, «se podrían hacer 2.000 viviendas nuevas».
Fuente: lne.es
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