A pesar del descalabro del sector, la mayoría de los primeros espadas de las principales inmobiliarias españolas continúan cobrando nóminas de seis ceros, mientras sus plantillas han sido cercenadas a la mitad. Sus planes de austeridad se limitan a congelarse el salario...y no en todos los casos.
Los primeros ejecutivos de las principales inmobiliarias españolas han seguido el consejo del gobernador del Banco de España y ha decidido congelar sus remuneraciones para este año.
Pecata minuta para unos directivos que, en su inmensa mayoría, siguen percibiendo nóminas de seis ceros, sin importar la situación de quasi quiebra de sus empresas, ni los masivos de recortes de plantilla y rebajas de sueldo que han aplicado en los últimos años
Este ajuste de cinturón responde a la pésima situación por la que atraviesa el mercado inmobiliario, donde las compañías soportan astronómicas deudas y sus ingresos no cubren los gastos.
A pesar de esta agónica situación, las cúpulas han encontrado atajos para mantener, al menos, su nivel de vida. Algunos, como los primeros espadas de Realia, lo han hecho aplicándose la subida correspondiente del IPC, una mejora salarial que, paradójicamente, son los propios empresarios quienes piden eliminarla para los trabajadores.
Así, el presidente y el director general de la inmobiliaria controlada por Caja Madrid y FCC, Ignacio Bayón e Iñigo Aldoz, repetirán este año los 1,3 millones de euros que ganaron en 2010, más el correspondiente incremento de la inflación, que ya se sitúa en el 3,2% este año.
No obstante, también debe recordarse que ambos ejecutivos eliminaron las dietas y la remuneración variable el pasado ejercicio.
El salario más alto
Aunque no hay una vara de medir exacta que valga para todas las inmobiliarias, los números indican que aquellas donde el primer ejecutivo es también el dueño de la empresa son las más generosas con su primer espada.
Éste es el caso de Martinsa-Fadesa, que protagonizó el mayor concurso de acreedores de la historia española en 2008. Su principal ejecutivo y dueño, Fernando Martín, encabeza el ranking de los salarios más altos dentro de la liga del ladrillo.
Su remuneración superó los 2,1 millones de euros el año pasado, cifra que le sitúa en la media de los consejeros ejecutivos del Ibex 35, con la diferencia de que era su empresa estaba en concurso de acreedores.
Desde Martinsa-Fadesa aseguran que, en realidad, el salario de su presidente se limita a 1,6 millones y que el resto corresponde a otros dos ejecutivos cuya identidad declina comunicar.
De ser cierta esta información, la inmobiliaria estaría saltándose la normativa de transparencia y buen gobierno, ya que en la información enviada a la CNMV se limita a señalar a Martín como único beneficiario de dicha cantidad. En cualquier caso, esos 2,1 millones son un 20% inferiores a los 2,6 millones declarados en 2009.
De cara a la retribución de este ejercicio, el promotor sigue la misma línea que hace cuatro años, tal y como se desprende de su informe del Gobierno corporativo. Y no ha elevado ninguna propuesta a la junta.
Otro caso llamativo es el de Rafael Santamaría, principal accionista y primer ejecutivo de Reyal Urbis, que este año cobrará el mismo salario que el pasado, es decir, 1,5 millones de euros.
Para hacerse una idea del alcance de esta retribución, puede señalarse que equivale a la percibida, en conjunto, por los dos primeros espadas de Realia, una inmobiliaria del mismo tamaño que Reyal Urbis por valor de activos.
La excepción a la norma
A pesar de las elevadas nóminas inmobiliarias, en toda normal siempre hay una excepción, y esta vez se llama Quabit. La promotora se sitúa en el otro lado del ranking, ya que su presidente y principal dueño, Félix Abánades, y su mano derecha, Alberto Quemada, sí que se han apretado un agujero más en el cinturón.
Ambos ejecutivos no cobran dietas de asistencia y sus salarios se recortaron un 25% en 2009. Desde entonces, tienen la remuneración congelada en los 380.000 euros brutos, que se reparten entre los dos y que prevén mantener este ejercicio.
En cambio, los dos capitanes de Testa prevén incrementar su remuneración este ejercicio. Tanto el presidente, Fernando Rodríguez, como el consejero delegado, Daniel Loureda, probablemente cobrarán un poco más que el año pasado (721.000 euros) gracias a la remuneración variable que prevén concederse si consiguen que la compañía conceda dividendos a sus accionistas.
Por su parte, en Renta Corporación son cada vez más los consejeros que dejan de percibir una paga en concepto de dietas por asistencia a los consejos. La última en apuntarse a esa lista ha sido la hija del presidente, Elena Hernández Cabanyes.
Para los tres consejeros ejecutivos de la inmobiliaria, más el secretario, se ha establecido un presupuesto salarial de 1,6 millones de euros, cifra inferior a la partida fijada en 2010.
Las más grandes
Colonial y Metrovacesa, las otrora mayores inmobiliarias del país y ahora principales componentes de los bancos malos de las entidades financieras, tampoco han aplicado apenas ninguna medida de austeridad entre sus primeros espadas.
El presidente de Colonial, Juan José Bruguera, contará con un blindaje en caso de cese o cambio de control de la compañía, con un máximo de 1,25 millones de euros; y se beneficiará del plan de entrega de acciones ligadas a objetivos que se repartirán todos los directivos.
En Metrovacesa, Eduardo Pareja repetirá este año el mismo sueldo que en 2010, pero se aplicará la subida del IPC. Y eso que su nómina representa el 70% de todo el dinero que se pagó al consejo de administración el pasado ejercicio, con una remuneración fija de 900.000 euros más un salario ligado a objetivos de medio millón de euros.
Pecata minuta para unos directivos que, en su inmensa mayoría, siguen percibiendo nóminas de seis ceros, sin importar la situación de quasi quiebra de sus empresas, ni los masivos de recortes de plantilla y rebajas de sueldo que han aplicado en los últimos años
Este ajuste de cinturón responde a la pésima situación por la que atraviesa el mercado inmobiliario, donde las compañías soportan astronómicas deudas y sus ingresos no cubren los gastos.
A pesar de esta agónica situación, las cúpulas han encontrado atajos para mantener, al menos, su nivel de vida. Algunos, como los primeros espadas de Realia, lo han hecho aplicándose la subida correspondiente del IPC, una mejora salarial que, paradójicamente, son los propios empresarios quienes piden eliminarla para los trabajadores.
Así, el presidente y el director general de la inmobiliaria controlada por Caja Madrid y FCC, Ignacio Bayón e Iñigo Aldoz, repetirán este año los 1,3 millones de euros que ganaron en 2010, más el correspondiente incremento de la inflación, que ya se sitúa en el 3,2% este año.
No obstante, también debe recordarse que ambos ejecutivos eliminaron las dietas y la remuneración variable el pasado ejercicio.
El salario más alto
Aunque no hay una vara de medir exacta que valga para todas las inmobiliarias, los números indican que aquellas donde el primer ejecutivo es también el dueño de la empresa son las más generosas con su primer espada.
Éste es el caso de Martinsa-Fadesa, que protagonizó el mayor concurso de acreedores de la historia española en 2008. Su principal ejecutivo y dueño, Fernando Martín, encabeza el ranking de los salarios más altos dentro de la liga del ladrillo.
Su remuneración superó los 2,1 millones de euros el año pasado, cifra que le sitúa en la media de los consejeros ejecutivos del Ibex 35, con la diferencia de que era su empresa estaba en concurso de acreedores.
Desde Martinsa-Fadesa aseguran que, en realidad, el salario de su presidente se limita a 1,6 millones y que el resto corresponde a otros dos ejecutivos cuya identidad declina comunicar.
De ser cierta esta información, la inmobiliaria estaría saltándose la normativa de transparencia y buen gobierno, ya que en la información enviada a la CNMV se limita a señalar a Martín como único beneficiario de dicha cantidad. En cualquier caso, esos 2,1 millones son un 20% inferiores a los 2,6 millones declarados en 2009.
De cara a la retribución de este ejercicio, el promotor sigue la misma línea que hace cuatro años, tal y como se desprende de su informe del Gobierno corporativo. Y no ha elevado ninguna propuesta a la junta.
Otro caso llamativo es el de Rafael Santamaría, principal accionista y primer ejecutivo de Reyal Urbis, que este año cobrará el mismo salario que el pasado, es decir, 1,5 millones de euros.
Para hacerse una idea del alcance de esta retribución, puede señalarse que equivale a la percibida, en conjunto, por los dos primeros espadas de Realia, una inmobiliaria del mismo tamaño que Reyal Urbis por valor de activos.
La excepción a la norma
A pesar de las elevadas nóminas inmobiliarias, en toda normal siempre hay una excepción, y esta vez se llama Quabit. La promotora se sitúa en el otro lado del ranking, ya que su presidente y principal dueño, Félix Abánades, y su mano derecha, Alberto Quemada, sí que se han apretado un agujero más en el cinturón.
Ambos ejecutivos no cobran dietas de asistencia y sus salarios se recortaron un 25% en 2009. Desde entonces, tienen la remuneración congelada en los 380.000 euros brutos, que se reparten entre los dos y que prevén mantener este ejercicio.
En cambio, los dos capitanes de Testa prevén incrementar su remuneración este ejercicio. Tanto el presidente, Fernando Rodríguez, como el consejero delegado, Daniel Loureda, probablemente cobrarán un poco más que el año pasado (721.000 euros) gracias a la remuneración variable que prevén concederse si consiguen que la compañía conceda dividendos a sus accionistas.
Por su parte, en Renta Corporación son cada vez más los consejeros que dejan de percibir una paga en concepto de dietas por asistencia a los consejos. La última en apuntarse a esa lista ha sido la hija del presidente, Elena Hernández Cabanyes.
Para los tres consejeros ejecutivos de la inmobiliaria, más el secretario, se ha establecido un presupuesto salarial de 1,6 millones de euros, cifra inferior a la partida fijada en 2010.
Las más grandes
Colonial y Metrovacesa, las otrora mayores inmobiliarias del país y ahora principales componentes de los bancos malos de las entidades financieras, tampoco han aplicado apenas ninguna medida de austeridad entre sus primeros espadas.
El presidente de Colonial, Juan José Bruguera, contará con un blindaje en caso de cese o cambio de control de la compañía, con un máximo de 1,25 millones de euros; y se beneficiará del plan de entrega de acciones ligadas a objetivos que se repartirán todos los directivos.
En Metrovacesa, Eduardo Pareja repetirá este año el mismo sueldo que en 2010, pero se aplicará la subida del IPC. Y eso que su nómina representa el 70% de todo el dinero que se pagó al consejo de administración el pasado ejercicio, con una remuneración fija de 900.000 euros más un salario ligado a objetivos de medio millón de euros.
Fuente: lainformacion.com
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