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domingo, 31 de julio de 2011

La jugada andaluza

Opinión
 
CARTA DEL DIRECTOR

31.07.11 - 01:35 -

Griñán lo ha proclamado por activa y por pasiva: no habrá adelanto electoral en Andalucía. El mismo viernes, una vez desvelado el secreto peor guardado de las últimas semanas, con la excepción de la fecha en la que nadie ha acertado, la portavoz de la Junta, Mar Moreno, lo confirmó: el presidente mantiene marzo como fecha para celebrar los comicios autonómicos. Griñán lo ha repetido en público y lo ha hecho en privado al mismísimo Rubalcaba, que viajó expresamente a Sevilla para intentar convencerlo de que era mejor para los dos la opción conjunta. No hubo manera. Por tanto, la puerta de las elecciones separadas, lo que no ocurría en Andalucía desde 1994, está hoy más abierta que ayer y no sabemos si menos que mañana, porque todavía hay margen para cambiar de opinión. Muy improbable, es cierto, pero en política nunca hay que descartar nada. 
 
El presidente le ha dado muchas vueltas al asunto y desde el primer momento llegó a la conclusión de que la gestión de Zapatero es un lastre que tendrá efectos devastadores en las urnas. Por tanto, el castigo del electorado será implacable y se llevará por delante todo lo que huela a socialismo. Pero Griñán está convencido de que ese correctivo se graduará con el tiempo, así que lo más recomendable es retrasar todo lo que se pueda el momento de medirse con Javier Arenas. La experiencia de las municipales ya está tasada y el balance ha sido demoledor. Ahora, cara al 20N, las expectativas no pintan nada bien, pero el líder socialista andaluz prevé que las cosas irán menos mal y que, finalmente, en marzo cuando tocan las andaluzas el castigo se suavizará. ¿Y hasta dónde se tiene que aplacar la ira del electorado para que Griñán acierte en sus planes? Pues que el PP no obtenga mayoría absoluta y él pueda gobernar en coalición con Izquierda Unida. No hay más historia. 
 
Bueno, sí hay un aspecto más a tener en cuenta. Y es la reacción del electorado ante la ola pepera: que los votantes terminen apiadándose. No por pena, sino por buscar un contrapeso. Pero esta hipótesis tiene también la lectura contraria: si todo es azul, aquí más azules que nadie; y en ese caso, el tiro saldría por la culata. 
 
Griñán, sin embargo, vería una última opción: Rajoy presidente del Gobierno tendría que mojarse por fin y tomar medidas duras, antipopulares, y eso les daría oxígeno a los socialistas en la cita andaluza. 
 
-¡Y Arenas se va a quedar quieto, con lo que se juega! Eso no se lo cree nadie. 
 
O sea, que lo realmente jodido vendrá después de marzo. Verán que va a ser verdad. 
SUR.es

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