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domingo, 31 de julio de 2011

El radical giro que prepara el director de El Día de la Independencia

Cine

En Anonymous, su nueva cinta, Roland 
Emmerich cuestiona la autoría de la obra 
de Shakespeare.
por Andrés del Real


Basta revisar las últimas entregas de su exitosa filmografía para que, de forma casi inevitable, el más reciente proyecto de Roland Emmerich llame la atención. El día después de mañana, 2012 y 10.000 a.C, son algunos de los títulos que el alemán ha lanzado en la última década, los que se suman a El día de la independencia, uno de los filmes más taquilleros de la historia y el responsable, para muchos, del resurgimiento de la ciencia ficción en los años noventa. 

Por esto, la curiosidad se ha instalado en torno al próximo estreno del director, quien, esta vez, dejó de lado las tramas de acción y catástrofes para derribar mitos en vez de edificios. Y es que en Anonymous, su nuevo filme, Emmerich presenta una historia de época que cuestiona la autoría de la obra de quien es considerado el más importante escritor de lengua inglesa de la historia: William Shakespeare. 

Con estreno fijado para el 28 de octubre en los cines estadounidenses -a Chile llegará a fin de año-, la cinta está construida como una suerte de thriller político, ambientado en la Inglaterra isabelina (siglo XVI), cuando los Tudor y los Cecil se disputaban la sucesión al trono de la Reina Isabel. Esta última -interpretada por la británica Vanessa Redgrave- mantiene un romance secreto con Edward de Vere (Rhys Ifans), decimoséptimo Conde de Oxford, un poeta que, según postula la película, habría escrito realmente la obra firmada por Shakespeare.

"Lo encontré muy similar a Amadeus, porque incluye envidia y genialidad", comentó Emmerich a la prensa norteamericana, refiriéndose al guión escrito por John Orloff, quien a su vez se inspiró en la controversial "teoría de Oxford". 

El propio Emmerich ha definido a Anonymous como su "proyecto más personal", uno que tardó casi diez años en terminar y que, de paso, podría convertirse en el tapabocas para las críticas que por años han acompañado su trabajo, con reproches que apuntan a su excesiva preocupación por los efectos especiales, en desmedro de los guiones, los que han sido tildados de clichés, poco profundos y con inexactitudes históricas y científicas. 

De lo que probablemente no se salvará el alemán será de los detractores de esta particular tesis sobre Shakespeare, quienes ya se han manifestado en contra del filme. "La gente quiere saber quién escribió algo y esta película muestra una opción de lo que pudo haber sucedido", se ha defendido Emmerich. 

Obra taquillera

El debut en Hollywood de Emmerich fue con Soldado universal (1992), a la que le han seguido exitosas cintas como El día de la Independencia (1996) y 2012 (2009). Según estimaciones, es el director europeo más rentable de hoy. 
Fuente: LA TERCERA

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