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viernes, 17 de junio de 2011

Cóctel cultural: Jorge Semprún. Su cine

SU FACETA DE GUIONISTA

Semprún, en tres películas

Foto: Arriba, tres fotogramas de 'Z', 'La guerra ha terminado' y 'La 
confesión'. Debajo, en un acto en Barcelona. | Quique García

por LUIS ALEMANY
Un activista político de izquierdas español cruza clandestinamente la frontera francesa en un sentido y otro para encontrarse con su país, una veces, y con sus amigos y su amante las otras. En cada viaje, el desencanto ideológico y la soledad hacen mella en él. La película se llamaba 'La guerra ha terminado' (Alain Resnais, 1966) y el personaje se llama Diego Mora. Pero podría haberse llamado Jorge Semprún, como el escritor que inventó (que vivió su historia). Casi al mismo nivel que un escritor de memorias y novelas, Jorge Semprún ha sido un escritor de cine. «Y muy valioso. Todo lo que se diga del cine escrito por Semprún debe ser muy positivo».
Manuel Hidalgo, escritor y guionista como Semprún, lo deja muy claro cuando alguien le sugiere que algunas películas (las que filmó Costa Gavras) del escritor recién fallecido han envejecido regular. «El cine político al modo Semprún/Gavras ha quedado en la Historia. No había nada parecido antes y ha tenido una influencia enorme en el cine posterior. El cine político francés, el italiano, el latinoamericano... Anoche mismo estuve viendo 'Carlos', la serie sobre El Chacal de Olivier Assayas, y está clarísima la influencia de Gavras y Semprún».
Hidalgo rescata 'Z' como la película más significativa de esa faceta: «Es una película de peripecia política, películas de dossier, cercanas al reportaje. Son rápidas, tienen algo de thriller...». 'Z' contaba la historia de un político joven que quería renovar un sistema político corrupto. Pero el sistema movía sus hilos para acabar con aquel Bobby Kennedy idealista. ¿No era un poco naíf aquella historia? ¿Demasiado buenos los buenos y demasiado malos los malos para nuestra época? «Aquel era un cine que respondía a un compromiso y que tenía un objetivo y un contexto. 'Z' hablaba de la Grecia de los coroneles Y allí, no había demasiadas medias tintas».
Claro que la faceta ciinematográfica de Semprún no se agota en sus películas de peripecia política. «Además de 'La guerra ha terminado' tiene otra película imprescindible que es 'La confesión', también de Costa Gavras», recuerda Alberto Bermejo, crítico de la revista 'Metrópoli' de EL MUNDO. «Es una película muy contundente, quizá la mejor película de memoria y denuncia de lo que fue el stalinismo». 'La confesión' era también una historia de desencanto político en la Hungría prosoviética. «Si ahora se olvidan películas así es, me temo, porque la gente ya ni se acuerda de lo que fue el stalinismo, ni de lo que fue el franquismo [en referencia a 'La guerra ha terminado']».
«'La confesión' es una película con más envergadura, más novelesca. Pero hay más películas interesantes», recuerda Hidalgo: «'Stavisky', también de Resnais, que también era una película política, pero de un modo diferente. 'Las rutas del sur', de Joseph Losey, aunque fuera una película fallida. Y 'Una mujer en la ventana', a partir de un texto de Pierre Drieu LaRochelle, con Romy Schneider fue otra gran película».
Más crítico se muestra Alberto Luchini, redactor jefe de Metrópoli y autor del blog 'Soñar despierto': «El tiempo ha sido muy cruel con las películas escritas por Semprún, que han envejecido muy mal. Lógico, pues se trata de denuncias y/o testimonios que reflejan demasiado coyunturalmente los conflictos ideológicos y políticos de la época en que fueron realizadas. Tal vez sea 'Z' la única que ha sobrevivido, y tampoco excesivamente bien. Pero ver a día de hoy 'La guerra ha terminado' o 'Las rutas del sur' resulta casi un ejercicio de masoquismo».

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